Es importante limpiar tus brochas de maquillaje con regularidad. Esto no solo impedirá que los colores de tu maquillaje se mezclen, sino que también ayudará a eliminar las bacterias que puedan provocar acné. Por suerte, ¡este es un procedimiento muy sencillo!

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar jabón y agua

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    Determina con cuánta frecuencia limpiar tus brochas de maquillaje. Las brochas de maquillaje sucias no solo albergan bacterias, sino que también afectan el color del maquillaje. Algunos tipos de maquillaje también desgastan las cerdas si se dejan demasiado tiempo. A continuación, te daremos algunos consejos sobre cómo limpiar tus brochas:[1]
    • bochas para base y polvos: una vez a la semana
    • brochas para maquillajes de ojos y corrector de ojos: cada dos semanas
    • otros tipos de brochas: una vez al mes
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Laura Martin

    Laura Martin

    Cosmetóloga con licencia
    Laura Martin es una cosmetóloga con licencia en Georgia. Es estilista desde 2007 y profesora de cosmetología desde 2013.
    Laura Martin
    Laura Martin
    Cosmetóloga con licencia

    El tipo de maquillaje que uses también afecta a la frecuencia con la que debes lavar tus brochas. Laura Martin, cosmetóloga licenciada, aconseja: "Si usas una base líquida o en crema, debes lavar diariamente la brocha con la que la aplicas".

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    Pasa las cerdas de las brochas por agua tibia. Evita mojar la parte inferior del broche metálico del mango, sino echará a perder el pegamento que une las cerdas. Sigue echando agua por las cerdas hasta que salga todo el maquillaje usado. Asegúrate de poner las brochas en ángulo descendente bajo el chorro de agua. Si cae agua debajo del broche metálico del mango, puede dañar las brochas.
    • No uses agua caliente, pues el calor puede dañar las cerdas.
    • Mueve y separa las cerdas mientras las lavadas a fin de que el agua entre en el centro de la brocha.
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    Llena un tazón pequeño o taza con un poco de agua en caso de que quieras remojar la brocha. Necesitarás ¼ taza (60 ml) de agua tibia. Evita usar agua caliente, pues puede dañar las cerdas.
    • También puedes aplicar el jabón directamente sobre la brocha. Esto será de especia utilidad en caso de que la brocha esté muy sucia.
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    Vierte un poco de champú de bebé al agua. Añade 1 cucharadita de champú de bebé en la taza y revuélvelo suavemente.[2]
    • Si no tienes champú de bebé, puedes usar jabón de Castilla líquido.[3]
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    Remoja la brocha en la mezcla y revuelve. Solo debes introducir la mitad inferior de las cerdas en la mezcla para evitar que el agua suba al mango.
    • Si no vas a utilizar un recipiente, puedes verte el jabón en las cerdas con la ayuda de tus dedos.
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    Retira el cepillo de la mezcla en caso de que tengas uno. Para soltar el maquillaje y la suciedad, impregna el agua jabonosa en las cerdas frotándolas suavemente con tus dedos.
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    Enjuaga las cerdas con agua tibia. Sigue frotando las cerdas debajo del chorro de agua hasta que el agua salga completamente transparente. Evita mojar el mango.
    • Es posible que necesites lavar y enjuagar la brocha varias veces con la finalidad de limpiarla. Si el agua del enjuague se vuelve muy turbia, entonces lava la brocha de nuevo.
    • La brocha no estará completamente limpia hasta que el agua que pase por las cerdas salga totalmente transparente.
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    Seca las cerdas dándoles toquecitos. Usa una toalla para quitar suavemente la humedad. Dóblala alrededor de las cerdas mojadas y escúrrelas suavemente con tus dedos.[4]
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    Vuelve a darles forma a las cerdas. Si las cerdas se tuercen, tienes que volverles a dar forma. Usa tus dedos para estirarlas, abrirlas o halarlas a su forma original.
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    Deja que las brochas se sequen. No las extiendas sobre una toalla, sino podrían desarrollar moho. Más bien, ponlas sobre una encimera de modo que la parte de las cerdas esté sobresaliendo por el borde.[5]
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    Sacude las cerdas para suavizarlas. Cuando las cerdas estén completamente secas, sacúdelas un poco. Tus brochas estarán ahora listas para usar.

Método 2
Método 2 de 3:
Eliminar el maquillaje a base de aceite

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    Examina la brocha. Si has usado tu brocha para aplicarte maquillaje en crema, el agua y jabón de por sí no serán suficientes para quitar el maquillaje. Necesitarás un poco de aceite para ayudar a soltar el maquillaje, especialmente si ha estado en la brocha por un tiempo.
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    Vierte un poco de aceite en un papel toalla. Dobla un papel toalla y vierte un poco de aceite en él. Puedes usar aceite de oliva o aceite de almendras ligeros.[6] Introduce las cerdas de la brocha en el aceite y revuélvelo un poco. No introduzcas toda la brocha en el aceite. Pasa la brocha hacia atrás y hacia delante de la toalla para desprender la suciedad.
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    Pon las cerdas de las brochas en agua tibia. Asegúrate de que las brochas estén en ángulo descendente bajo el chorro de agua. Evita mojar la parte donde las cerdas se unen al mango, sino el broche de metal puede oxidarse o el pegamento que tiene puede desprenderse. Sigue echando agua por las cerdas hasta quitar casi todo el maquillaje usado.
    • No uses agua caliente, sino el calor puede dañar las cerdas.
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    Echa un poco de champú de bebé en tu palma. Si no tienes champú de bebé, puedes usar jabón de Castilla líquido.
    • Ten el jabón a la mano, pues quizás necesites un poco más. En muchos casos, deberás lavar la brocha más de una vez.
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    Mueve la brocha en espiral en tu palma. Remoja las cerdas en el champú de tu palma. Mueve suavemente la brocha haciendo movimientos circulares. Las cerdas deben tocar continuamente tu piel. Verás el champú de tu palma ensuciarse. Esto se debe a la suciedad que se desprende de las cerdas.
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    Enjuaga la brocha con agua tibia. Usa tus dedos para frotar suavemente las cerdas mientras enjuagas y quitas el champú. Te lo reiteramos: evita mojar la unión de las cerdas con el mango. Sigue haciéndolo hasta que el agua salga clara.
    • Si la brocha está muy sucia, quizás debas lavarla más de una vez. Si el agua del enjuague sigue siendo muy turbia, pasa el jabón por las cerdas una segunda vez y vuelve a enjuagar. Sigue realizando este procedimiento hasta que el agua que pase por las cerdas salga totalmente transparente.
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    Seca las cerdas dándole toquecitos y vuélveles a dar forma, si es necesario. Cuando el agua salga transparente, saca la brocha del agua y dobla una toalla suavemente alrededor de las cerdas. Escurre el exceso de agua con tus dedos. Quita la brocha de la toalla y vuélveles a dar forma a las cerdas, si es necesario. Para hacerlo, puedes presionarlas suavemente, abrirlas o halarlas. Procura devolverles su forma original lo más que puedas.
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    Pon la brocha sobre una superficie plana para secar. No la pongas sobre una toalla, sino podría desarrollar moho. Más bien, pon la parte del mango sobre una encimera o mesa, de modo que las cerdas sobresalgan del borde.
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    Sacude las cerdas para suavizarlas. Si tu brocha es esponjosa, algunas de las cerdas podrían pegarse, incluso después de secarse. Si te sucede, agarra la brocha y dale una sacudida con fuerza.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidar las brochas y mantenerlas limpias

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    No guardes las brochas en posición vertical mientras se secan. De lo contario, el agua caerá al metal y lo oxidará. También puede desprender el pegamento que une las cerdas.[7]
    • Es seguro guardar las brochas en posición vertical una vez que estén completamente secas.
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    No uses un secador de pelo o planchita en la brocha. El calor intenso del secador o de la planchita arruinarán las fibras, aunque sean fibras naturales, como de sable o pelo de camello. Las cerdas de una brocha son mucho más frágiles que el cabello humano.[8]
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    Seca tus brochas en un área bien ventilada. Si secas tus brochas en un lugar cerrado, como el baño, las cerdas podrían no recibir suficiente corriente de aire, lo cual puede desarrollar moho. Esto hará que las cerdas terminen oliendo a moho.[9]
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    Guarda las brochas correctamente. Cuando las brochas estén secas, ponlas o bien en posición vertical en una taza o bien extendidas de lado. No las guardes en posición vertical, sino las cerdas se torcerán.[10]
    • Si quieres llevar las brochas en una bolsa, guárdalas en un estuche específicamente destinado para ellas.
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    Considera la posibilidad de desinfectar tus brochas. Antes de poner tu brocha para que se seque, o incluso entre lavadas, desinféctala con una solución de agua y vinagre. No te preocupes, el olor fuerte del vinagre desparecerá cuando las cerdas se sequen. Llena un tazón pequeño o taza con 2 partes de agua y 1 parte de vinagre. Revuelve la brocha en la solución, pero evita mojar la unión de las cerdas con el mango. Enjuaga la brocha con agua limpia y ponla a secar.[11]

Consejos

  • Los pañitos para bebé o de algodón son excelentes para limpiar las brochas y los estuches de maquillaje.
  • Si es posible, deja colgando las brochas para que sequen. Para hacerlo, puedes colgarlos en una percha con un gancho de ropa o sujetador para documentos.
  • Los pañitos desmaquillantes son perfectos para limpiar brochas.
  • Evita usar limpiadores con fragancias fuertes o que dejen residuos o que dañen la brocha (como el líquido o detergente lavavajilla, el aceite de almendras, el aceite de oliva, la mezcla de aceite y vinagre o los exfoliantes).
  • Puedes comprar máquinas para limpiar brochas en caso de que consideres una solución de limpieza sencilla. Si bien son costosas, te permitirán limpiar con facilidad tus brochas.[12]

Advertencias

  • Deja que las brochas se sequen completamente antes de usarlas, especialmente con maquillaje en polvo. Si tus brochas están mínimamente húmedas, puedes echar a perder el maquillaje en polvo.
  • No remojes las brochas en agua, sino echarás a perder el pegamento del mango.
  • No emplees calor en tus brochas. Deja que sequen a su propio ritmo.

Cosas que necesitarás

  • agua
  • champú de bebé o jabón de castilla líquido
  • aceite de oliva o aceite de almendras ligeros (para brochas muy sucias)
  • toalla

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Categorías: Maquillaje
Resumen del artículoX

Si quieres limpiar las brochas que has usado para aplicarte polvos de maquillaje, primero lávalas con agua tibia con las cerdas hacia abajo. Luego, llena un tazón pequeño con 1/4 de taza de agua y 1 cucharadita de champú para bebé. Remoja la mitad inferior de las brochas en la mezcla, suelta las impurezas o el maquillaje de las cerdas con tus dedos y vuélvelas a lavar con agua tibia. Nuevamente, dales forma a las cerdas con tus dedos y ponlas sobre una superficie plana para que sequen. Sigue leyendo para aprender a lavar brochas que se han usado para aplicar maquillaje en crema.