Durante tus idas y venidas, tu auto puede acumular mucha tierra y polvo. Por lo tanto, no ha de sorprenderte que las luces o faros de freno se ensucien y requieran una limpieza cada cierto tiempo. Afortunadamente, puedes lijar la superficie al agua, usar pasta dental o aplicar un limpiador de plástico para dejarlas como nuevas.

Método 1
Método 1 de 3:
Emplear una lija al agua

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    Corta la lija. Corta el pedazo de lija de un tamaño que puedas sostener cómodamente. Este trabajo se hace a mano, así que la lija debe ser lo suficientemente grande como para cubrir un área considerable sin dejar de ser fácil de manipular. De preferencia, utiliza una lija al agua de grano 2000.[1]
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    Remoja la lija en agua. Una vez que tengas una lija del tamaño apropiado, sumérgela en agua limpia. Este material no retiene mucho líquido, así que es posible que tengas que remojarla más de una vez conforme limpias las luces.
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    Moja las luces de freno. Antes de empezar a usar la lija húmeda, tendrás que humedecer la superficie de cada luz también. De esta manera, evitarás que el material se arañe demasiado, incluso si la lija se seca más de la cuenta.[2]
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    Lija cada luz de freno con mucho cuidado. Pasa la lija por la superficie de cada faro por alrededor de un minuto. No apliques demasiada presión, ya que esto podría crear raspones. Es mejor solo frotar la superficie y permitir que la lija haga el trabajo por ti.[3]
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    Aplica un barniz para plástico a las luces de freno. Luego de lijar las luces, tendrás que aplicar un barniz o laca para plástico. Coloca dos gotas en cada faro. El producto se esparcirá conforme empiezas a pulirlo.[4]
    • Cualquier barniz para plástico servirá, pero existen algunos que están hechos para el plástico de un vehículo. Por ejemplo, podrías usar la cera Turtle Wax.
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    Pule las luces de freno. Una vez que hayas aplicado el barniz para plástico, utiliza una esponja para pulir la superficie y eliminar los raspones. Estos podrían ser causados por la misma lija o simplemente son tan profundos que la lija no los pudo quitar.[5]
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    Limpia las luces de freno. Una vez que termines de pulir, puedes limpiar la superficie con un paño limpio. Esto sirve para quitar el exceso de barniz y dejará los faros relucientes.

Método 2
Método 2 de 3:
Utilizar pasta dental

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    Enjuaga las luces de freno. Antes de aplicar la pasta dental, asegúrate de enjuagar la tierra o residuos de la superficie que vas a limpiar. Si echas la pasta sin limpiar, la tierra podría mezclarse, lo que hará que no puedas limpiar las luces de freno.
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    Esparce la pasta dental sobre cada luz. Puedes usar hasta 3 veces la cantidad que normalmente empleas para cepillarte los dientes para cada una. No es necesario esparcirla de forma pareja, ya que esto pasará naturalmente mientras limpias.[6]
    • Si vas a frotar la pasta dental con una toalla en lugar de una esponja para pulir, aplica la pasta en pequeñas cantidades a un área determinada de cada luz. Si usas una gran cantidad de una sola vez y no la frotas de inmediato, tendrás que lidiar con la pasta dental seca.
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    Frota la pasta dental. Puedes trabajar con una toalla o una esponja para pulir. Sin embargo, si vas a usar una toalla, considera que tomará un poco más de tiempo. La idea es que frotes la pasta hasta que desaparezca casi por completo.[7]
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    Limpia las luces de freno con un paño limpio. Una vez que la pasta dental haya desaparecido, toma un paño limpio y frota la superficie. De esta manera, verás si te faltó alguna parte y si necesitas darle una repasada.[8]

Método 3
Método 3 de 3:
Usar un limpiador para plástico en aerosol

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    Elige un producto que combine protección, limpieza y pulido. Si no quieres tener que pulir o limpiar, puedes elegir una opción que combine estas funciones. Las marcas más comunes de este tipo de limpiador son Armor All y Chemical Guys.[9]
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    Rocía el limpiador. Este producto es más espeso y no fluye tan fácilmente, pero igual podría chorrearse. Asegúrate de rociar suficiente cantidad, incluso si llega a gotear, pero procura que la mayor cantidad quede en la superficie de las luces de freno.
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    Deja que el producto actúe por unos minutos. Luego de rociar el limpiador en la superficie de las luces de freno, permite que repose de 5 a 10 minutos. De esta manera, el aerosol podrá penetrar en la tierra y los raspones de los faros.[10]
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    Limpia las luces con un paño limpio. Una vez que el aerosol haya actuado, límpialo con un paño. Las luces deben quedar completamente limpias y relucientes. Si están particularmente sucias, es posible que debas repetir el proceso una o dos veces más.[11]

Consejos

  • Emplea una lija de grano 2000 para lijar al agua.
  • Si las luces de freno tienen un protector, usar una lija podría arruinar este acabado. En este caso, es posible que debas volver a aplicar un sellador una vez que termines con la limpieza.
  • Puedes repetir el método de la pasta dental, pero con bicarbonato de sodio.

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