Si tienes una chimenea, seguramente sabes lo bueno que es poder encenderla durante una noche fría en casa. Sin embargo, también sabes lo sucios que pueden quedar los ladrillos de la chimenea a causa del humo y el hollín. Como los ladrillos de la chimenea se ensucian tanto, deben limpiarse al menos una vez al año. Afortunadamente, el proceso de limpieza es relativamente fácil, ya sea que uses productos de limpieza tradicionales o artículos domésticos comunes.

Método 1
Método 1 de 2:
Usar productos de limpieza

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    Aspira los ladrillos usando un accesorio de cepillo suave. Coloca el accesorio de cepillo en la aspiradora y pásalo sobre todos los ladrillos. Aspira todo el polvo suelto, el hollín y los residuos que puedas para que los ladrillos se puedan limpiar con mayor facilidad más adelante.
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    Friega la chimenea con detergente lavaplatos para eliminar las manchas superficiales. Combina 120 ml (1/2 taza) de detergente lavaplatos con 950 ml (4 tazas) de agua en una botella con rociador y agítala. Luego, rocía esta solución sobre los ladrillos y friégalos con los cepillos para fregar del tamaño diferente que tengas. Una vez que termines de limpiarlos, enjuaga los ladrillos con agua tibia y sécalos con un trapo limpio y seco.[1]
    • El detergente lavaplatos es el método de limpieza más fácil y rápido para los ladrillos de las chimeneas, por lo que deberá ser el primer método a probar si los ladrillos no lucen demasiado mal.
    • El detergente lavaplatos es relativamente inofensivo, así que este es también el mejor método para usar en los ladrillos muy viejos.
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    Usa bórax para limpiar y desinfectar los ladrillos de la chimenea. Mezcla 2 cucharadas de bórax y 1 cucharada de detergente lavaplatos con 950 ml (4 tazas) de agua caliente en una botella con rociador. Agita la mezcla y luego rocíala sobre los ladrillos. Friega los ladrillos rociados con el cepillo usando un movimiento circular, luego usa un trapo limpio húmedo para limpiar la suciedad después de limpiarlos.[2]
    • También puedes hacer esta solución de limpieza en un cubo y aplicarla a los ladrillos con una brocha o una esponja, si no tienes una botella con rociador.
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    Limpia los ladrillos más nuevos y resistentes con amoníaco y detergente lavaplatos. Combina 120 ml (1⁄2 taza) de amoníaco, 60 ml (1⁄4 taza) de detergente lavaplatos y 950 ml (4 tazas) de agua caliente en una botella con rociador, agitándola para mezclar los ingredientes. Rocía esta solución sobre los ladrillos y friégalos con un cepillo para limpiarlos. Una vez que estén limpios, usa un trapo húmedo para quitar la solución limpiadora.[3]
    • El amoníaco puede ser dañino para los ladrillos, así que no uses este método en aquellos que sean muy viejos o frágiles.
    • Usa guantes de goma y gafas de seguridad cuando trabajes con amoníaco.
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    Usa fosfato trisódico (también conocido como TSP) en las manchas más difíciles y en la grasa. Haz una mezcla de 30 ml (1⁄8 de taza) de TSP con 3,8 litros (1 galón) de agua caliente en un cubo alto. Luego, sumerge el cepillo en la solución limpiadora y úsalo para fregar los ladrillos. Por último, enjuaga los ladrillos con agua tibia.[4]
    • Usa el TSP solo si no funciona el agua con detergente lavaplatos.
    • El TSP es una solución de limpieza muy fuerte, así que asegúrate de no manipularlo sin usar guantes de goma y gafas de seguridad. Evita que la solución entre en contacto con la piel, la ropa o el alfombrado.
    • Puedes comprar el TSP en la mayoría de las tiendas de mejoras para el hogar y en algunas tiendas de comestibles.

Método 2
Método 2 de 2:
Limpiar la chimenea con artículos domésticos comunes

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    Usa bicarbonato de sodio y jabón para un método de limpieza práctico. Combina de 2 a 3 cucharadas de detergente lavaplatos con 140 g (1/2 taza) de bicarbonato de sodio para hacer una pasta limpiadora. Deja que la pasta se asiente sobre los ladrillos durante unos 5 minutos para después enjuagarla con agua tibia.[5]
    • Trabaja de abajo hacia arriba cuando friegues los ladrillos, para evitar dejar residuos.
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    Rocía los ladrillos con agua y vinagre si no son demasiado viejos. Mezcla partes iguales de vinagre y agua tibia en una botella rociadora y rocía los ladrillos con esta solución. Vuelve a rociar los ladrillos después de unos minutos y friégalos con un movimiento circular con un cepillo para fregar. Enjuaga los ladrillos con agua tibia una vez que hayas terminado.[6]
    • Debido a que la acidez del vinagre lo hace un poco abrasivo, lo mejor es que no uses este método en ladrillos que tengan más de 20 años de antigüedad.
    • Para evitar dejar manchas, trabaja desde el fondo de la chimenea hacia arriba cuando friegues los ladrillos.
    • Es posible aplicar una mezcla de agua con bicarbonato de sodio a los ladrillos después de terminar, para cancelar la acidez del vinagre rociado sobre ellos. Sin embargo, esto no es estrictamente necesario.
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    Haz una pasta de cremor tártaro y úsala para limpiar los ladrillos. Para hacer la pasta, combina 2 cucharadas de cremor tártaro con una pequeña cantidad de agua. Luego, usa un cepillo de dientes viejo para aplicar una capa delgada de la pasta a un área de los ladrillos que tenga hollín y déjalo reposar durante 5 a 10 minutos. Por último, enjuaga la pasta con agua tibia.[7]
    • A menos que tengas mucho cremor tártaro a la mano, este método es mejor para limpiar áreas específicas con hollín que sean relativamente pequeñas.
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    Prueba con un limpiador para baños o uno para hornos si eso es lo que tienes. Hay quienes han tenido éxito limpiando los ladrillos de la chimenea con un aerosol limpiador para baños o un limpiador para hornos. Rocía el limpiador sobre los ladrillos y déjalo reposar durante 20 o 30 minutos. Luego, friega los ladrillos con un cepillo y usa una esponja empapada en agua para eliminar los residuos que queden.[8]
    • Los limpiadores para baños o los limpiadores para hornos no funcionan el 100 % de las veces, por lo que solo debes considerar este método si no tienes otra forma de limpiar los ladrillos de la chimenea.
    • Puedes comprar limpiador en aerosol para baños y limpiador para hornos en cualquier tienda que venda artículos de limpieza para el hogar.

Advertencias

  • Asegúrate de usar guantes de goma y gafas de seguridad cuando uses productos químicos para limpiar la chimenea.
  • Antes de usar cualquier solución química para limpiar los ladrillos, haz una prueba primero en un lugar pequeño de la chimenea que no sea tan visible. Algunos productos químicos pueden blanquear o manchar y es mejor saber si pueden afectar la chimenea antes de usarlos.
  • A veces se recomienda usar ácido muriático diluido como una buena manera de limpiar los ladrillos de la chimenea sin tener que frotarlos. Sin embargo, hay muchas precauciones de seguridad que hay que tomar cuando se usa el ácido, así que es mejor dejarles este método de limpieza a los profesionales.

Cosas que necesitarás

  • detergente lavaplatos
  • sal
  • cubo
  • cepillo de cerdas duras
  • agua tibia
  • bórax
  • amoníaco
  • fosfato trisódico (TSP)
  • guantes de goma
  • vinagre
  • cremor tártaro
  • bicarbonato de sodio
  • limpiador para baños o para hornos

Acerca de este wikiHow

Michelle Driscoll, MPH
Coescrito por:
Fundadora de Mulberry Maids
Este artículo fue coescrito por Michelle Driscoll, MPH. Michelle Driscoll es la propietaria de Mulberry Maids en el norte de Colorado. Ella recibió su maestría en Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de Colorado en 2016. Este artículo ha sido visto 18 464 veces.
Categorías: Limpieza del hogar