Los techos suelen absorber el polvo, la grasa y el humo, especialmente en las cocinas, los lavaderos y las zonas cercanas a puertas, ventanas o chimeneas. Las manchas de humo grises, negras y amarillas no solo son antiestéticas, sino que pueden dañar la pintura y el pladur. Por suerte, hay bastantes métodos para eliminar las manchas de humo del techo mediante una buena preparación y utilizando los materiales adecuados para el tipo de humo causante de las manchas.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar la zona

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    Prepara un método de ventilación. Antes de manipular productos de limpieza cáusticos, asegúrate de disponer de una buena ventilación en la habitación. Puedes conseguirlo de distintas formas, pero la manera más básica de ventilar un espacio cerrado es abrir la ventana y encender un ventilador.
    • Si la habitación en cuestión no tiene ninguna ventana, asegúrate de dejar la puerta abierta y encender un ventilador a la mayor potencia posible.
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    Cubre el piso bajo la zona que vayas a limpiar. Es posible que caigan residuos de las manchas de hollín y humo, por lo que extender algún material protector sobre el piso facilitará la limpieza. Este paso es especialmente importante si hay manchas de humo profundas y hollín, ya que el hollín se desmoronará y se descamará.
    • El material protector también se puede utilizar para recoger el polvo y cualquier gota que caiga durante el uso de soluciones limpiadoras que puedan dañar el piso. Normalmente, lo mejor es usar una lona resistente para proteger el piso.
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    Ponte unos guantes de limpieza resistentes. Algunos productos de limpieza son cáusticos y no deben entrar en contacto con la piel. Elige un par de guantes de limpieza gruesos, evitando los finos de látex para uso médico, ya que estos se rompen y se queman fácilmente con ciertas soluciones de limpieza.
    • En la mayoría de los supermercados hay guantes de limpieza suficientemente gruesos para esta tarea. También puedes buscarlos en la sección de limpieza de una tienda de bricolaje local.
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    Utiliza protección facial. Dado que los residuos de las manchas y los productos de limpieza pueden caer del techo, debes cubrirte los ojos con gafas protectoras. Dependiendo de la ventilación que tenga la habitación, puedes usar una mascarilla sencilla para protegerte la nariz y la boca, o una mascarilla con filtro de alta protección para tareas pesadas.[1]
    • También puedes ponerte un sombrero o una gorra para evitar que los residuos te caigan en el cabello y las cejas, pero solo por cuestión de comodidad, no de seguridad.
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    Agarra una escalera plegable. Utiliza una escalera plegable resistente y estable para llegar a las paredes y los techos altos, evitando las banquetas o las escaleras endebles diseñadas para su uso en exterior. Una escalera robusta te permitirá mantener el equilibrio, lo cual será fundamental a la hora de frotar las manchas.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Limpiar el hollín

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    Pasa la aspiradora por la zona manchada. Antes de empezar a limpiar, pasa la aspiradora por la zona manchada de la pared y el techo. El polvo puede adherirse al hollín y a las manchas de humo de origen graso. Aspirar el polvo acortará el proceso de limpieza y te permitirá ahorrar en soluciones limpiadoras y paños.[2]
    • Pasar la aspiradora es especialmente importante en los techos pintados al gotelé o con otros acabados texturizados, ya que el paño y el agua no llegarán a todos los huecos.
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    Elimina el polvo con una toalla o una esponja seca. Una vez que hayas pasado la aspiradora, elimina los restos de polvo con una toalla o una esponja seca.[3]
    • Hay esponjas específicamente diseñadas para eliminar las manchas de humo y hollín. Puedes encontrarlas en la mayoría de las tiendas de bricolaje.
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    Pulveriza desengrasante sobre la zona. Si la zona es muy reducida, puedes utilizar un jabón lavavajillas desengrasante para empezar a limpiar. Si la zona es más extensa, necesitarás un producto más potente. Una solución a base de fosfato trisódico te ayudará a eliminar la grasa, el hollín y la coloración de las manchas rápidamente, facilitando el proceso de limpieza.[4]
    • El fosfato trisódico nunca debe entrar en contacto directo con la piel, así que asegúrate de utilizar guantes. Asegúrate también de utilizar un paño o una esponja que no te importe que se estropee, ya que el fosfato trisódico puede desteñir y deteriorar ciertos materiales.
    • Si prefieres una alternativa menos corrosiva, utiliza 1 taza (240 ml) de amoniaco diluido en un cubo de agua caliente.
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    Frota la zona afectada con una esponja o un paño limpio. Una vez que hayas pulverizado el desengrasante sobre la zona, empieza a frotar para eliminar los restos de producto y hollín mediante movimientos firmes. Si hay mucho hollín, tal vez tengas que usar varios paños o esponjas, y puedes tener cerca un grifo para eliminar los restos de polvo y suciedad.
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    Sigue limpiando con el desengrasante hasta que desaparezca el hollín. Una sola pasada con desengrasante probablemente no sea suficiente, especialmente si se trata de una superficie amplia con manchas profundas. Sigue frotando la zona con desengrasante hasta que desaparezcan todos los residuos de hollín y la coloración de la mancha.
    • Si la zona está profundamente dañada, tal vez tengas que aumentar la cantidad de desengrasante en la solución limpiadora. Para hacerlo, ve modificando la proporción mediante pequeños aumentos.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Eliminar manchas de humo de tabaco

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    Raspa cualquier gota endurecida que encuentres. Las manchas de humo de tabaco pueden producir gotas amarillas en los techos y las paredes. Si la gota se ha endurecido, tendrás que rasparla para poder limpiar bien la zona. Puedes utilizar un cuchillo de untar mantequilla o una espátula para raspar estas gotas endurecidas.[5]
    • Si raspas y hay muchas gotas o están muy endurecidas, se podría desprender parte del pladur. Si es el caso, tal vez tengas que emparchar el techo antes de continuar.
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    Mezcla agua con vinagre o con una solución a base de fosfato trisódico. Una vez que hayas eliminado las gotas, remueve la solución a base de vinagre o de fosfato trisódico, preparando suficiente cantidad para cubrir la zona afectada varias veces. Si la zona es reducida, como puede ocurrir en un cuarto de baño pequeño, será suficiente con un cubo de unos 4 litros (1 galón). Sigue las instrucciones del recipiente del producto de limpieza para lograr un resultado óptimo.[6]
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    Aplica una cantidad generosa de vinagre o fosfato trisódico sobre el techo. Sumerge el paño o la esponja en la solución y escúrrelo suavemente para eliminar el exceso. De este modo, evitarás que la solución te gotee en la cara. Con los guantes puestos, aplica la solución limpiadora sobre las zonas en las que haya gotas endurecidas.
    • Sumerge y vuelve a escurrir el paño o la esponja cuando veas que una cara está totalmente sucia.
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    Ve secando cada sección sobre la marcha. Una vez que termines con una sección, sécala con una toalla limpia o un paño de microfibra. De este modo, podrás comprobar si hace falta otra pasada sobre esa zona. A veces, da la sensación de que las gotas han desaparecido cuando la zona aún está mojada, pero vuelven a aparecer cuando se seca.
    • Si es posible, utiliza un paño de microfibra para evitar raspar o desconchar los techos texturizados.
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Consejos

  • Asegúrate de saber qué tipo de humo ha causado las manchas que quieras tratar, ya que las manchas de humo de tabaco son muy distintas de las originadas por un incendio, por una vela o por la hornilla de la cocina.
  • Hay productos de limpieza específicamente creados para eliminar manchas de humo, incluyendo esponjas y soluciones limpiadoras. Tal vez tengas que utilizar alguno de estos productos para tratar las manchas de humo más resistentes.
  • Coloca un cuenco pequeño lleno de vinagre en la habitación que tenga manchas de humo. El vinagre absorberá los olores que puedan quedar en el ambiente después de limpiar las paredes y el techo.
  • Otra opción es utilizar bicarbonato sódico. Espolvoréalo directamente sobre la zona manchada de humo o échalo en un bol para dejarlo en la habitación.
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Advertencias

  • Si empiezas a marearte o te duele la cabeza, deja de limpiar y descansa en un lugar mejor ventilado antes de continuar.
  • Si las manchas son muy extensas o profundas, probablemente tengas que contratar un servicio profesional. La exposición excesiva al hollín y al humo puede dañar el sistema respiratorio.
  • No satures las paredes ni el techo de agua, vinagre o fosfato trisódico, ya que el exceso de humedad puede dañar el pladur.
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Acerca de este wikiHow

Michelle Driscoll, MPH
Coescrito por:
Fundadora de Mulberry Maids
Este artículo fue coescrito por Michelle Driscoll, MPH. Michelle Driscoll es la propietaria de Mulberry Maids en el norte de Colorado. Ella recibió su maestría en Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de Colorado en 2016. Este artículo ha sido visto 23 145 veces.
Categorías: Limpieza del hogar
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