Los bebederos para colibríes se deben limpiar con regularidad para cerciorarte de que sean seguros para las aves. Debes enjuagar el bebedero con agua caliente cada vez que lo vas a recargar. Para hacerle limpiezas regulares, puedes hervir los bebederos en una olla con agua si resisten las temperaturas altas sin deformarse. Este procedimiento es efectivo para eliminar los residuos de azúcar. Debes enjuagar el bebedero después de hervirlo, ya que algunos líquidos azucarados pueden permanecer en el agua que utilizas para hervir. Si no puedes hervir el bebedero, debes lavarlo con limpiadores leves (como vinagre blanco o peróxido) con mayor frecuencia. Sin embargo, en caso de que detectes moho negro, debes remojarlo con vinagre y peróxido por más tiempo, hasta que los residuos hayan desaparecido por completo. Como alternativa, puedes utilizar lejía diluida, pero es muy importante eliminar todos los residuos de esta sustancia antes de recargar el bebedero. Debes darle mantenimiento al bebedero después de limpiarlo cambiando el néctar con regularidad y limpiándolo a profundidad una vez al mes. El néctar se fermentará si no lo mantienes fresco, lo que puede dañar los órganos de las aves. Al fermentarse, el líquido luce claro, por lo que no puedes confiar en la nubosidad para saber si ya es hora de cambiarlo. Si descuidas el bebedero, se formará un moho negro que matará a las aves más rápido que el néctar estropeado.

Método 1
Método 1 de 3:
Llevar a cabo una limpieza de rutina

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    Desecha todo el néctar. Si llenas el bebedero con néctar, debes asegurarte de desecharlo por completo antes de empezar a limpiar. Simplemente debes vaciar el néctar en el desagüe. Una vez que las aves se hayan alimentado con el líquido, este se llenará de moho y otros contaminantes. Por lo tanto, no debes dejar restos de líquido azucarado en el interior de los bebederos. Puedes elaborar más néctar en el futuro utilizando agua y azúcar o reabastecer el bebedero con néctar que puedes comprar en una tienda. Si compras el néctar, debes escoger uno del tipo incoloro, no el que tiene colorante rojo. Las aves suelen sentirse atraídas por las partes rojas del bebedero y no necesitan ingerir colorantes sintéticos innecesarios. Las aves prefieren el azúcar de caña más que la de remolacha y nunca debes brindarles otro tipo de azúcar con excepción de estas dos.[1]
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    Desmonta el bebedero. Es probable que necesites revisar la guía del fabricante para llevar a cabo este procedimiento. Sin embargo, desmontar un bebedero con frecuencia es bastante obvio. Por lo general, es sencillo encontrar las perillas y los tornillos que debes desenganchar para retirar la parte del bebedero que contiene el líquido.[2]
    • Sin embargo, si no estás seguro, debes consultar la guía para que te asegures de no romper el bebedero. Si has perdido la guía, puedes escribir el nombre del bebedero en un motor de búsqueda para que encuentres una copia en Internet. Sin embargo, es probable que te recomienden utilizar detergente para limpiar cierto tipo de bebederos. El detergente no es efectivo para eliminar el moho negro y es difícil enjuagarlo sin dejar residuos que perjudiquen los estómagos de las aves.
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    Escoge un limpiador. Normalmente, no es necesario que utilices lejía a menos que se haya formado moho negro dentro del bebedero. Por lo general, los productos de limpieza más leves como el peróxido y el vinagre funcionan mejor, ya que es menos probable que dejen residuos dañinos.[3]
    • A menos que detectes moho, debes optar por un limpiador de vinagre blanco o peróxido de hidrógeno (con 3 % de concentración). Debes utilizar dos partes de agua por una parte de vinagre para diluir este componente.[4]
    • Además, puedes utilizar detergente para lavar platos. Sin embargo, debes hervir el bebedero en una olla grande con agua para eliminar todos los residuos de detergente, ya que incluso una pequeña cantidad de este producto puede dañar la mucosa gástrica de las aves al atacar las células del estómago. Si no puedes hervir el bebedero sin que se deforme, no debes utilizar detergente. Sin embargo, puedes utilizar una pequeña cantidad de detergente y remojar el bebedero en una olla grande con agua, revolviendo con regularidad. Luego, debes enjuagarlo minuciosamente.
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    Remoja el bebedero. Llena el fregadero con un limpiador de tu preferencia. Luego, sumerge el bebedero para que se remoje durante varias horas. De esta manera, eliminarás todas las toxinas y te resultará más sencillo eliminar cualquier suciedad.[5]
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    Limpia minuciosamente el interior del bebedero. Para ingresar en los diversos rincones y grietas del bebedero y limpiar su interior, necesitas utilizar una escobilla delgada para limpiar botellas. El objetivo es eliminar los restos de néctar o de azúcar, ya que pueden echar a perder el néctar nuevo y contaminarlo. Debes hervir el bebedero (si no se deforma) para eliminar los residuos de azúcar sin necesidad de restregarlo. Si el bebedero presenta algo de moho y prefieres no restregarlo, puedes sumergirlo en un baño químico activo (como vinagre o peróxido de hidrógeno). Si lo dejas remojando el tiempo suficiente, todo el tapiz bacteriano (el moho y todo lo demás) será destruido. Recuerda que, al restregar el bebedero, no siempre se elimina el material microscópico.[6]
    • Después de remojar el bebedero, los residuos deberían desprenderse con facilidad. En este punto, no deberías tener que restregar con demasiada fuerza.
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    Enjuaga el bebedero por completo. Puedes llevar a cabo este procedimiento utilizando agua caliente del grifo. Debes enjuagar cada parte del bebedero hasta que el agua salga limpia. Es muy importante que lo enjuagues por completo para evitar que residuos dañinos ingresen en el néctar nuevo.[7]
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    Deja que se seque por completo. Debes colocar el bebedero en un lugar seco y seguro dentro de la casa. Déjalo secar al aire por completo antes de volver a ensamblarlo y colocarlo en su lugar. El tiempo que se tarde en secar dependerá del nivel de humedad de la zona en la que te encuentras. Esto puede tardar desde unas pocas horas hasta toda la noche.[8]
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Método 2
Método 2 de 3:
Tratar el moho

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    Diluye la lejía. Si el bebedero presenta moho negro, debes limpiarlo con lejía, peróxido o vinagre. Nunca debes utilizar lejía sin antes diluirla, ya que resultar muy peligroso. Además, debes asegurarte de utilizar guantes mientras manipulas esta sustancia y de contar con una ventilación adecuada. El vinagre y el peróxido son más leves, por lo que tardan más tiempo en eliminar el moho negro. Sin embargo, tienen la ventaja de no generar productos químicos tóxicos (como las dioxinas) al reaccionar con compuestos orgánicos como el azúcar.[9]
    • Para diluir la lejía, debes mezclar un cuarto de taza de este producto en un galón (4 litros) de agua. Es más sencillo colocar la lejía y el agua en un cubo grande.
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    Sumerge el bebedero en la lejía durante una hora. Este procedimiento es importante para eliminar todo el moho y las esporas que pueden dañar a los colibríes. Debes sumergir todas las partes del bebedero en la solución de lejía y dejarlos reposar durante una hora.[10]
    • No te olvides de utilizar guantes mientras trabajas con lejía.
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    Limpia el bebedero con una escobilla para botellas. Colócate los guantes y retira las partes del bebedero de la solución de lejía. Debes limpiar cada parte utilizando una escobilla para botellas.[11]
    • Debes asegurarte de limpiar cualquier rastro de moho negro. El objetivo es eliminar el moho por completo antes de colocar el bebedero en su lugar.
    • Debes utilizar guantes durante todo el proceso de limpieza.
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    Enjuaga el bebedero minuciosamente. Es vital que lleves a cabo este procedimiento ya que la lejía puede resultar peligrosa para las aves. Debes enjuagar el bebedero con agua caliente del grifo hasta que el agua salga limpia. Debido a que la lejía reacciona al entrar en contacto con compuestos orgánicos como el azúcar, puede crear sustancias químicas tóxicas (como las dioxinas). Te recomendamos encarecidamente que hiervas el bebedero en una olla grande con agua después de enjuagarlo para que te asegures de eliminar todos los residuos de lejía. Si el bebedero está hecho de un tipo de plástico que no se puede hervir, debes sumergirlo en una olla grande con agua durante varias horas, revolviendo con regularidad.[12]
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    Recarga el bebedero. Luego de desinfectarlo, no necesitas dejar que el bebedero se seque al aire. Simplemente puedes recargarlo y volver a colocarlo en su lugar. Sin embargo, si el bebedero se encuentra demasiado húmedo, puedes secarlo ligeramente con una toalla antes de volver a colocarlo en su lugar.[13]
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Método 3
Método 3 de 3:
Darle mantenimiento al bebedero

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    Limpia el bebedero en una frecuencia adecuada, según la estación. En los meses más cálidos, los bebederos deben limpiarse más a menudo. En un clima de 30 °C (90 °F) a más, es probable que sea necesario reemplazar el líquido dos veces al día, ya que la fermentación se produce demasiado rápido. No coloques los bebederos en lugares en los que pueden recibir luz solar directa, ya que esto acelera el deterioro de su contenido. En un clima de 26 °C (80 °F), es una buena idea cambiar el líquido a diario. En una temperatura de 20 °C (70 °F), el líquido puede durar más de un día. Recuerda que, no puedes confiar en la nubosidad para saber si ya es hora de cambiarlo. El líquido de aspecto claro puede estar demasiado fermentado. Por ejemplo, la cerveza tiene un aspecto claro, pero se encuentra extremadamente fermentada.[14]
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    Reemplaza el néctar con regularidad. Debes observar el néctar de cerca y desecharlo cuando sea necesario. La duración del néctar depende de la temperatura del ambiente, la limpieza del bebedero antes de recargarlo, la cantidad de orificios que dejan ingresar el aire y de si recibe o no luz solar directa.[15]
    • En situaciones de mucho calor o si el bebedero se encuentra expuesto a la luz solar directa, el néctar puede estropearse en menos de un día.
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    Limpia de manera minuciosa el bebedero por lo menos una vez a la semana cuando hace calor. Debes examinar el bebedero con regularidad para detectar residuos grasosos. Esto puede indicar la existencia de moho negro. Debes hervir el bebedero (si está hecho de partes que no se deforman) con más frecuencia que limpiarlo minuciosamente. Cuando limpias a profundidad el bebedero con regularidad, tienes la opción de hervirlo tres veces seguidas durante 30 minutos cada vez, dejándolo que se enfríe. De esta manera, eliminarás las esporas de moho que son muy resistentes a la ebullición. Además, puedes sumergir el bebedero en peróxido de hidrógeno o vinagre durante una hora o más. Si detectas moho negro formándose dentro del bebedero (que es lo peor que puede ocurrir), debes sumergirlo en vinagre, peróxido o una solución de una parte de lejía con diez partes de agua. No debe existir ningún rastro de moho negro en el bebedero después de remojarlo. Si aún detectas restos de moho, debes continuar remojando hasta que se hayan disuelto por completo.[16]
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Consejos

  • Debes contar con varios bebederos para que puedas tener al menos uno en uso y otro listo para sustituirlo mientras limpias el anterior. De esta forma, no caerás en la tentación de posponer la limpieza del que está en uso.
  • Para facilitar la limpieza y garantizar que la mayor parte del néctar se consuma entre raciones, solo debes llenar el bebedero parcialmente. Tienes que controlar los bebederos para determinar la cantidad que se puede agregar antes de que se sequen con la alimentación de las aves. El objetivo es encontrar la menor cantidad de néctar que puedes utilizar para minimizar el desperdicio y, al mismo tiempo, no dejar el bebedero seco. Si cuentas con varios beberos pequeños, un tercio de néctar es suficiente en las zonas norteñas donde las aves suelen ser territoriales. Para las zonas que cuentan con especies sureñas comunitarias, es probable que necesites más líquido porque más aves compartirán el bebedero.
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Advertencias

  • Es probable que un bebedero sucio estimule la formación de moho, lo que puede dañar o matar a los colibríes. Debes limpiar los bebederos con regularidad. La fermentación se produce más rápido que la formación de moho negro. Incluso el líquido de aspecto claro puede estar fermentado. Si abres el bebedero una vez que el líquido ha comenzado a fermentarse, deberías ser capaz de percibir el olor. Los colibríes son aves muy pequeñas y el líquido fermentado puede ser perjudicial para su salud (no solo el moho negro). Contrariamente a la creencia popular, no debes esperar hasta que el líquido esté nublado para saber si ya es hora de cambiarlo. El líquido de aspecto claro puede encontrarse demasiado fermentado y perjudicar la salud de las aves.
  • El agua de la ciudad contiene gas cloro o cloramina. Hervir el agua o dejar que se evapore el cloro no funciona con la cloramina, ya que esta se mantiene disuelta. A veces, el agua de pozo se encuentra contaminada con arsénico (entre otros productos químicos) en las áreas agrícolas. Además, el agua de pozo a menudo contiene demasiado hierro para las aves.
  • Los residuos de lejía generan moléculas de dioxinas altamente tóxicas cuando reaccionan con compuestos orgánicos (como el azúcar), por lo que estos residuos nunca deben entrar en contacto con el líquido azucarado del bebedero.
  • Algunas empresas venden néctar que contiene colorante rojo. Este detalle no atrae más a las aves que las partes de plástico rojas del bebedero. Además, el químico adicional no va a volver a las aves más saludables, ya que estos colorantes están hechos a base de petróleo. Algunos venden compuestos de cobre para agregarlos al néctar y desacelerar su deterioro. Esto ocasiona una deficiencia de zinc en las aves, ya que los animales mantienen un equilibrio entre el cobre y el zinc. Por lo tanto, no debes agregarle esta sustancia al néctar ni utilizar preservantes. Debes hervir la mezcla de agua y azúcar. Como fuente de agua, puedes utilizar agua destilada.
  • Las aves anidan cerca de los bebederos, por lo que es necesario que los mantengas limpios y llenos de néctar durante toda la estación en la que permanezcan allí. Además, las aves regresarán al mismo lugar la próxima estación. Muchas especies comunes (especialmente en las zonas norteñas) suelen ser territoriales con los bebederos. Por lo tanto, si deseas alimentar más aves, necesitas contar con más bebederos y ubicarlos lo suficientemente lejos como para que no se fijen si otras aves se alimentan de "sus" bebederos.
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Cosas que necesitarás

  • una escobilla para limpiar botellas
  • agua
  • vinagre blanco destilado
  • lejía
  • bebederos para colibríes
  • comida para colibríes

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Categorías: Aves
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