Un gorro de lana es un accesorio excelente para un atuendo, pero se ensucia al igual que todo lo demás. La diferencia entre un gorro de lana y otras prendas es que requiere un lavado especial y con mayor cuidado. Si el gorro de lana tiene alguna visera o ala, será mejor lavarlo a mano con agua tibia y un detergente suave. Los gorros tipo calceta pueden lavarse en la lavadora a una intensidad suave. Si tienes dudas sobre cómo lavar un gorro, la opción más segura es lavarlo a mano.

Método 1
Método 1 de 3:
Lavar los gorros a mano

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    Llena un tazón grande con agua tibia. Busca un tazón para mezclar, una bañera, una tina o un balde donde quepa el gorro y el agua. Asegúrate de que esté limpio. Agrégale agua tibia o fría; es decir, que esté de 18 a 27 °C (65 a 80 °F) o menos. Básicamente, el agua debe estar a temperatura ambiente.[1]
    • Nunca uses agua caliente, es decir a más de 32 °C (90 °F), ya que esta encogerá las fibras de la lana.
    • Coloca el gorro en el tazón o en la tina antes de agregarle el agua para asegurarte de que quepa cuando la hayas agregado.
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    Agrega un detergente específico para lana o para ropa delicada. Elige un detergente para lana, como Woolite o Persil Silk & Wool, para asegurarte de que sea lo suficientemente suave como para lavar el gorro. Mide una cantidad pequeña y viértela en el agua. Si usas un detergente en polvo, agita el agua para disolver las partículas por completo.[2]
    • Si no encuentras un detergente específico para lana, usa un detergente suave. Algunas buenas opciones son un detergente para bebé, como Dreft, o un detergente para piel sensible, como All Free Clear.
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    Coloca el gorro en el agua. Colócalo en el agua y empújalo hacia abajo para sumergirlo por completo. Sostenlo hasta que absorba el agua. Es posible que te lleve un minuto según el grosor del tejido. Gíralo unas cuantas veces para mojarlo de todos lados.
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    Masajea el gorro en el agua durante unos minutos. Apriétalo con suavidad y frota las fibras para que absorba por completo el agua y el detergente. Si es posible, dale la vuelta para limpiar también el interior.[3]
    • Para quitar las manchas difíciles, usa un cepillo de dientes suave para restregar el gorro. Las fibras se dañan con mucha facilidad, así que nunca laves la lana con un cepillo duro ni con movimientos fuertes.
    • Asegúrate de no estirar el gorro mientras lo laves porque es posible que no regrese a su forma original.
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    Déjalo en remojo de 20 a 30 minutos. Después de lavarlo bien, déjalo reposar un rato en el agua para aflojar los residuos de las manchas o los malos olores. Si quieres, puedes colocarlo en otro tazón con agua tibia y detergente para que absorba el agua limpia.[4]
    • Después de dejarlo reposar, vuelve a masajearlo rápidamente para quitarle todo lo que se haya aflojado mientras ha estado en remojo.
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    Enjuágalo con agua fría. Llévalo al grifo y abre el agua fría. Deja correr el agua sobre la superficie del gorro, en el interior y en el exterior, para enjuagar todo el detergente y el agua sucia. Enjuágalo durante 2 o 3 minutos.[5]

Método 2
Método 2 de 3:
Lavar los gorros blandos en la lavadora

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    Coloca el gorro en la lavadora. Si es posible, reúne la ropa de lana y lávala toda al mismo tiempo. Si no tienes muchas prendas de lana, puedes lavar el gorro con otras prendas similares, como mantas o ropa de punto. Si la lavadora tiene un agitador en el centro, lava el gorro en una bolsa de malla con otras prendas.[6]
    • Asegúrate de lavar el gorro únicamente con colores similares o coloca una toallita atrapacolor para asegurarte de que no absorba otros colores.
    • Si la lavadora no tiene un agitador en el centro, puedes lavar el gorro sin la bolsa.
    • Lava únicamente las gorras tipo calceta en la lavadora. Los gorros que tienen visera, ala u otras partes que conforman la estructura solo deben lavarse a mano.
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    Usa un detergente específico para lana. El detergente básico para ropa puede dañar las fibras de un gorro de lana, así que no debes usar un detergente estándar, sino uno específico para lana, como Woolite, u otro detergente suave para telas delicadas.[7]
    • Nunca viertas el detergente directamente sobre el gorro porque el exceso podría dañar las fibras. Agrega el detergente después de haber colocado el agua o viértelo antes de sumergir el gorro.
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    Configura la lavadora con agua fría o tibia. El agua muy caliente podría encoger la lana y dañar las fibras, así que nunca uses el ciclo caliente para lavar el gorro. Asegúrate de que los ciclos de remojo, lavado y enjuague sean con agua tibia o fría.[8]
    • Si usas agua tibia, la temperatura debe ser de 27 °C (80 °F) o menos. Si no sabes qué temperatura tiene el agua tibia, será mejor que uses agua fría.
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    Elige la intensidad de lavado más baja. Debido a que la lana no es tan resistente como otros materiales, no debes usar el lavado normal. Elige la opción de “Ropa delicada” o “Ropa de lana” si está disponible. La opción de lavado más suave será la mejor para el gorro.[9]
    • Si la lavadora que quieres usar no tiene una opción de lavado suave, es mejor que laves el gorro a mano.

Método 3
Método 3 de 3:
Secar los gorros de lana

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    Enrolla el gorro en una toalla para que absorba la mayor cantidad de agua. Toma una toalla oscura y limpia, y enrolla el gorro para quitarle el exceso de agua. Hazlo más de una vez si fuera necesario hasta que quede ligeramente húmedo. Esto es mejor para los gorros tipo calceta, ya que si tienen una visera o una estructura, se aplastarán si los enrollas.[10]
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    Coloca el gorro sobre una superficie limpia. Nunca seques un gorro de lana en la secadora porque se encogerá mucho y podría arruinarse por completo. Colócalo sobre una superficie limpia y déjalo secar al aire. Dale la vuelta en algún momento para que también se seque la parte inferior o el interior. También debes girar los gorros tipo calceta por un momento.[11]
    • Coloca un ventilador cerca del gorro para que el aire fluya. De esta forma, el gorro se secará más rápido sin dañarse con la secadora.
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    Cuelga el gorro en un tendedero o una percha. Otra opción para secarlo es colgarlo en lugar de secarlo de forma plana. Cuélgalo en un tendedero con una pinza o un gancho para ropa. Quizás sea mejor usar un tendedero en el interior porque si el gorro se expone a la luz solar directa por mucho tiempo, puede dañarse.
    • También puedes colgar el gorro en una percha o en una perilla.
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    Usa el gorro hasta que se seque. Mientras se seca, es posible que no conserve la forma correcta. Si lo dejas secar durante el tiempo suficiente sobre tu cabeza, tomará la forma exacta que necesitas que tenga.
    • Otra opción es colocarlo en un tazón al revés, en una lata de café o en cualquier otra cosa redonda para que mantenga la forma.
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    Devuélvele su forma al gorro antes de que se seque por completo. Si lo cuelgas o lo dejas de forma plana para que se seque, tómalo cuando esté casi seco y vuelve a darle la forma que quieras. Si se seca por completo mientras está colocado en una superficie, quizás no recupere su forma original.[12]
    • Esto sucede principalmente con los gorros blandos tipo calceta, porque los gorros de béisbol y otros gorros de lana que tienen una estructura sí conservarán su forma.

Cosas que necesitarás

  • gorro de lana
  • agua
  • tina o lavadora
  • detergente suave o específico para lana

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