Si lo mejor de las mañanas es tomar una ducha caliente y revitalizante, es probable que ya hayas pensado en la mejor manera de mantener tu baño sacrosantamente limpio y reluciente. Por fortuna, las duchas y los revestimientos más recientes (hechos de materiales sintéticos, como el acrílico) son fáciles de limpiar. Por otra parte, el acrílico es un material blando que puede rayarse o decolorarse con facilidad, por lo que es importante que te asegures de contar con las herramientas adecuadas al llevar a cabo el trabajo de limpieza para evitar daños permanentes. La clave para limpiar el acrílico de manera segura y efectiva es utilizar una solución suave a base de ácido y un paño no abrasivo.

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar productos de limpieza comerciales

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    Escoge una solución de limpieza no abrasiva. El acrílico cuenta con un acabado suave y maleable, lo que significa que puede rayarse o marcarse con facilidad si no tienes cuidado. Para evitar daños permanentes en la ducha, debes escoger un producto que no contenga sustancias químicas agresivas o astringentes. La mejor opción es emplear una solución suave a base de ácido (por ejemplo, Power Bathroom Cleaner de Lysol, All-Purpose Cleaner de Formula 409 o Bar Keeper's Friend).[1]
    • Debes mantenerte alejado de cualquier tipo de limpiador astringente (incluidas las marcas Comet, Ajax y Scrubbing Bubbles), así como de los solventes (por ejemplo, la acetona).
    • Para limpiar el baño, la opción más segura es emplear derivados naturales siempre que sea posible.[2]
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    Rocía el producto sobre las manchas de la ducha. Aplica el limpiador abundantemente sobre las áreas que presentan acumulaciones de mugre, espuma de jabón y manchas de agua dura. Debes concentrarte en las áreas que presentan suciedad visible o decoloraciones. Es probable que necesites utilizar un poco de limpiador para penetrar en varias capas de residuos secos.
    • Asegúrate de retirar todos los jabones, champús y otros productos de higiene personal de la ducha antes de comenzar para que puedas limpiar la superficie debajo de estos.
    • Debes correr la cortina de la ducha y encender el ventilador de techo para mantener el baño bien ventilado mientras limpias.
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    Deja que el limpiador repose de 5 a 10 minutos. Después de unos minutos, la mugre que se haya acumulado sobre la superficie de la ducha de acrílico comenzará a disolverse. Esto te permitirá limpiarla con mayor facilidad.[3]
    • Si vas a lidiar con manchas o restos de jabón particularmente difíciles, puede resultarte útil volver a aplicar el limpiador una o dos veces más.
    • Puedes emplear este tiempo para encargarte de cualquier otra tarea de limpieza que necesites completar (por ejemplo, pulir el grifo o el cabezal de ducha).
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    Enjuaga y limpia la ducha. Abre la llave de la ducha y dirige el flujo de agua sobre las áreas del acrílico que acabas de rociar. Debes enjuagar la mayor cantidad posible de suciedad líquida y solución de limpieza. Una vez que hayas llevado a cabo un enjuague preliminar de la ducha, pasa una toalla de microfibra suave o una esponja sobre el acrílico para eliminar los residuos.[4]
    • Si no tienes un cabezal de ducha desmontable, la manera más sencilla de enjuagar las paredes de la ducha es usar una taza o una cubeta para salpicar agua tibia en las áreas que necesites enjuagar.
    • Nunca utilices un limpiador abrasivo sobre una superficie de acrílico (por ejemplo, un cepillo de alambre o una esponja de cocina áspera), ya que esta herramienta dejará pequeños rayones sobre el acabado que atraparán la suciedad en el futuro, lo que dificultará aún más su limpieza.[5]
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Método 2
Método 2 de 3:
Utilizar vinagre y agua

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    Mezcla vinagre y agua. El vinagre común se considera una solución de limpieza versátil, segura y totalmente natural. Mezcla vinagre blanco destilado y agua tibia en partes iguales en una pequeña botella de aerosol. Debes agitar la botella para asegurarte de que ambos ingredientes se mezclen por completo.[6]
    • El agua caliente es aún más útil para desprender las manchas secas de la superficie de la ducha.
    • Para lograr resultados incluso mejores, puedes agregar unas cuantas gotas de un lavavajillas suave. Este detergente hará emulsionar la suciedad y la grasa mientras que el vinagre pulirá y desinfectará la ducha.[7]
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    Dales tratamiento a las áreas problemáticas aplicándoles la solución de vinagre. Rocía el interior de la ducha con la solución de vinagre. Debes concentrarte en los lugares que presentan las peores acumulaciones, por ejemplo, lugares inesperados como las estanterías en la parte superior de la ducha o el área alrededor del drenaje.[8]
    • No te olvides del interior de las grietas y hendiduras, los paneles empotrados y las jaboneras.
    • El vinagre puro es el antídoto perfecto para evitar el crecimiento de hongos y la formación de moho.[9]
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    Deja que el vinagre descomponga las manchas. El vinagre se considera un solvente natural efectivo, pero tarda un poco en hacer efecto. Para la mayoría de desastres ligeros o moderados, el vinagre debe reposar durante al menos media hora. Para eliminar las acumulaciones más persistentes, puedes dejar incluso que repose durante una hora o dos.[10]
    • Si el vinagre solo no hace efecto, puedes esparcir un poco de bicarbonato de sodio sobre el área manchada antes de volver a rociarla. La acción espumosa (que se produce al combinar ambos productos de limpieza) acabará con la mugre y la suciedad persistentes.[11]
    • Una mezcla de peróxido de hidrógeno y crémor tártaro puede constituir un sustituto conveniente para el bicarbonato y el vinagre.[12]
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    Frota el acrílico con un paño suave. Puedes emplear un paño limpio y seco, una toalla de microfibra o una esponja para eliminar cualquier rastro de residuo suelto. Debes limpiar realizando movimientos circulares suaves y aplicar presión donde sea necesario para acabar con las manchas difíciles. Luego, enjuaga el interior de la ducha con agua caliente.[13]
    • Utiliza las yemas de los dedos o la esquina de una esponja para alcanzar los lugares de difícil acceso.
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Método 3
Método 3 de 3:
Utilizar un limón

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    Corta un limón grande por la mitad. Con una pequeña aplicación creativa, un solo limón puede servirte como solución de limpieza y esponja. Corta el limón por la mitad a lo ancho. De esta manera, podrás sujetarlo por el lado de la cáscara y utilizarlo como un estropajo con asa para limpiar las manchas asquerosas.[14]
    • Debes extraer las semillas antes de comenzar a limpiar para que no terminen en el fondo de la ducha.
    • Los ácidos naturales del jugo de limón son lo suficientemente seguros y puedes utilizarlos para limpiar la ducha con la frecuencia que desees sin tener que preocuparte por desgastar el acabado de acrílico.
    • También puedes utilizar otro tipo de cítricos (por ejemplo, jugo de toronja).[15]
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    Frota el limón directamente sobre la superficie de la ducha. Debes frotar la parte expuesta de la fruta sobre la superficie de acrílico. A medida que presionas el limón sobre el acrílico, el jugo se escurrirá de manera gradual, eliminando manchas de agua dura, moho y acumulaciones de minerales.[16]
    • Una vez que el jugo de limón se acabe, simplemente debes tomar la otra mitad o cortar otro limón y continuar sobre el área hasta que quede impecable.
    • Solo como precaución, evita utilizar el limón junto con otros agentes de limpieza ecológicos (como la sal marina). Incluso los productos abrasivos solubles en agua pueden ser suficiente para rayar el acrílico.
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    Deja que el jugo de limón repose durante 10 a 20 minutos. Una vez que hayas lavado bien la ducha, debes darle un poco de tiempo al jugo de limón para que surta efecto. Aunque son leves, los ácidos que contiene el jugo de limón por lo general serán suficiente para eliminar la mayoría de las manchas comunes. Cuanto más tiempo dejes reposar el jugo, mejor será el resultado final.[17]
    • El jugo de limón es especialmente útil para disolver las manchas que resultan de la exposición al agua dura o productos químicos.
    • El ácido cítrico no solo limpia y desinfecta, sino que también ayuda a aclarar el acrílico y a restaurar su brillo original.[18]
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    Enjuaga la ducha. Debes enjuagar todas las superficies de la ducha con agua tibia. Ten cuidado de eliminar todos los restos de jugo o pulpa del limón. Si es necesario, vuelve a pasar una toalla suave o una esponja sobre el acrílico. Una vez que termines, la ducha debe quedar inmaculada y con un aroma fresco y limpio.[19]
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Consejos

  • Asegúrate de seguir las pautas de limpieza que recomienda el fabricante del revestimiento acrílico de la ducha.
  • Para que la ducha luzca bien entre limpiezas, debes enjuagarla después de cada uso y esperar a que se seque por completo. Esto también ayudará a evitar la formación de moho y hongos, que necesitan un entorno húmedo para crecer.
  • Siempre es aconsejable comenzar con el método de limpieza más suave antes de pasar a emplear otras soluciones más potentes.
  • Puedes conservar los limpiadores naturales (como el jugo de limón y el vinagre) en una botella de aerosol debajo del fregadero para que siempre tengas estos suministros a la mano.
  • Puedes darles tratamiento a los rasguños y raspones sobre el acabado de la ducha aplicándoles un esmalte aprobado para revestimientos acrílicos.
  • Una manera fácil de eliminar los residuos de un cabezal de ducha es atar una bolsa plástica llena con partes iguales de vinagre y agua alrededor de él y dejarlo remojar toda la noche.
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Advertencias

  • Los productos químicos y disolventes fuertes pueden provocar deformaciones, burbujas o decoloraciones cuando se aplican sobre el acrílico. Una vez que el acabado de la ducha sufre este tipo de daños, es prácticamente imposible repararlo.
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Cosas que necesitarás

  • un limpiador químico no abrasivo
  • vinagre blanco destilado
  • la mitad de un limón
  • agua tibia
  • un paño o una esponja suave
  • una botella de aerosol
  • bicarbonato de sodio (opcional)
  • peróxido de hidrógeno (opcional)
  • crémor tártaro (opcional)

Acerca de este wikiHow

Michelle Driscoll, MPH
Coescrito por:
Fundadora de Mulberry Maids
Este artículo fue coescrito por Michelle Driscoll, MPH. Michelle Driscoll es la propietaria de Mulberry Maids en el norte de Colorado. Ella recibió su maestría en Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de Colorado en 2016. Este artículo ha sido visto 29 955 veces.
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