Virginia Kelley, MA es coautor(a) de este artículo, un(a) miembro de confianza de la comunidad de wikiHow. Virginia Kelley es una artista y maestra de arte de Nueva York con más de 30 años de experiencia. Tiene una licenciatura y una maestría en Educación Artística de SUNY-Buffalo State y ha enseñado arte en las escuelas K-12 y a nivel universitario. Durante los últimos 20 años, ha centrado su trabajo y su enseñanza en la acuarela.
Las frutas de vistosos colores y maduras son un tema clásico para pintar durante todos los siglos. Las cerezas, debido a su cálido color rojo y su promesa de un delicioso bocado, nunca dejan de llamar la atención. Aunque tengan una forma sencilla, las cerezas requieren estudio y que parezcan creíbles. Afortunadamente, el verano es la estación para comprar cerezas frescas en casi cualquier supermercado. Si solo piensas en ellas, se te hace agua la boca.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 4:Establecer el tema
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1Compra un puñado de cerezas maduras de la tienda. Elígelas bien para encontrar las que estén en perfecto estado. Las hay en varios colores, del amarillo al rojo naranja y el granate intenso. Elige lo que te atraiga o compra un surtido de colores. Busca cerezas que aún tengan pedúnculos. Si la hoja no está sujetada, haz una investigación en línea para ver qué forma tienen, su color y su tamaño en comparación al fruto redondo.
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2Dispón el orden del bodegón. Pon los objetos que pienses pintar cerca de donde vayas a trabajar. Tendrás que ver claramente el tema, más cerca y con buena luz.
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3Haz que las cerezas sean el tema central ya que estas son el tema. Sin embargo, incluye uno o dos artículos más para añadir interés al arreglo; por ejemplo, un tazón o recipiente interesantes. El vidrio tiene la ventaja de ser transparente para que puedas pintar lo que se ve en él. La plata u otros objetos metálicos son brillantes, y los reflejos añaden un toque ecléctico al trabajo.
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4Pon las cerezas en un mantel blanco u otro liso. Junta y gira un poco el mantel para añadir dobleces interesantes. Estos dobleces pueden servir de líneas para llevar el ojo del espectador por la pintura. Al no complicar el mantel, te aseguras de que el foco siga estando en la fruta.Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 4:Planear y bosquejar
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1Dispón las pinturas a la acuarela. Cualquier tipo o estilo está bien: almohadillas secas o colores en tubo apretados sobre una paleta limpia.
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2Obtén una hoja de papel de acuarela n.º 140. Utiliza una página de un bloc de acuarela o un cuarto de hoja (aproximadamente 280 x 360 mm [11 x 14 pulgadas]) de un buen papel de acuarela. Elige un conjunto de pinceles de acuarela, incluidos unos puntiagudos pequeños, medianos y grandes, un trapeador de acuarela suave o pincel de lavar, un estilo plano orientado a 20 mm (¾ de pulgada) y un pincel delineador. Utiliza un recipiente para delicatessen lleno de agua para activar y diluir los colores y enjuagar el pincel. Ten a mano unos pañuelos o toallitas de papel.
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3Bosqueja suavemente tu dibujo. Empieza con las cerezas como círculos, manteniéndolos de tamaño natural. Agrupa y coloca algunas de manera que queden parcialmente cubiertas unas con otras, pero deja separar algunas aisladas de la masa central. Los pedúnculos debieran ir en muchas direcciones. Añade unas hojas para rellenar lugares en blanco o en los bordes del racimo de cerezas. Si vas a añadir un plato o florero, bosquéjalo.
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4Piensa en cómo harás que los círculos bidimensionales parezcan realistas, redondeados y rechonchos. Los toques de luz ayudan, así que en cada cereza traza un círculo pequeño para que lo dejes sin pintar. Si lo deseas, ahórrate el blanco del papel utilizando una gota de líquido o película para cubrir. También puedes pensar en pintar alrededor de las manchas claras y pequeñas.
- Otra forma de crear una ilusión de redondez en las cerezas es controlando la luz que cae sobre los objetos. Decide de qué dirección proviene la luz y sé coherente a medida que pintas los objetos. Mantén el lado que está más cerca de la fuente de luz más claro, casi a punto de parecer pálido, que el otro lado. Si no ves realmente tal luz espectacular, improvísala.
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Parte 3
Parte 3 de 4:Pintar las cerezas
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1Moja algunos de los círculos para las cerezas, conservando el toque de luz manteniendo el lugar seco para resistir la pintura. Carga el pincel con pintura y tócalo hacia el lado de la sombra o el lado que está lejos de la fuente de luz. El agua llevará el color por encima de toda la forma de la cereza. El depósito más abundante de color estará en el lado de la sombra, con el color diluido y más claro al otro lado. Añade otro chorrito de pintura roja sobre el lado oscuro. No te olvides de hacer las pinceladas semicirculares para imitar la forma redonda de la cereza.
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2Pinta algunas de las formas de la cereza sin mojarlas primero. Además, dirígete todos tus esfuerzos a tener tres valores de rojo en cada cereza: el rosa más claro en el lado claro y de tonalidades medias y el color más oscuro y más vivo en el lado de la sombra.
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3Mientras lo mojas, pinta las sombras. Baja una forma diminuta y redondeada de la cereza para formar una sombra tenue. Haz esto en un susurro del pincel y procura no alterar ni editar la sombra. Trata de hacer que esté conectada a la cereza en un punto. Si el rojo de la cereza es demasiado fuerte para una sombra, dale algunos toques con un pañuelo de papel para hacerlo más claro. O añade un poquito de verde para neutralizarlo y encanecerlo.
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4Pinta las hojas de la misma forma. Moja algunas hojas y pinta las otras sobre un papel seco. Utiliza diversos verdes, que varían del verde-amarillo al verde oscuro, también con tres valores de verde. Mientras esté mojado, raya el dibujo de las venas con el borde afilado de una tarjeta de crédito de plástico o pinta las venas con un pincel diminuto y puntiagudo. Haz primero la vena central como una línea ondulada para crear la ilusión de que la hoja está viva, encorvándola y retorciéndola levemente. O haz una combinación de ambas técnicas y deja que las venas tributarias se salgan de la principal.
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5Mira cuidadosamente los pedúnculos de las cerezas. Son un poco más gruesos en el otro extremo y, en el mejor de los casos, aparecerán como tres valores de marrón. Oriéntalos por todos lados. Deja secar la pieza.Anuncio
Parte 4
Parte 4 de 4:Añadir los detalles y el fondo
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1Trabaja en el mantel debajo de las cerezas. Utilizando un lápiz, indica las líneas donde la tela fluye desde debajo de las cerezas. Añade un borde interesante al mantel, si lo deseas. Pinta las sombras del mantel de marrón o gris diluido y neutro. Suaviza un borde poniendo una línea de agua a lo largo de la sombra gris.
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2Dibuja una jarra o un tazón. Para crear una ilusión de un recipiente de plata, pinta por los bordes del objeto con tonos de gris. Muestra ciertos reflejos. Podrías reflejar las cerezas rojas, las hojas verdes y los pedúnculos, pero para crear una ilusión de distancia, haz solo una o dos de las cerezas de manera realista y haz que las otras se apaguen al parecer manchas sueltas.
- Para indicar que el recipiente es de vidrio, muestra señales de los colores y formas que hay detrás de él. También pinta el vidrio solo en los bordes del objeto. Deja secar la pieza.
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3Si quieres añadir un fondo, hazlo en este momento. Pon un color que haga contraste o uno neutro e intenso en el espacio que está encima del mantel. También deja que se seque la pintura.
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4Añade los toques finales. Utiliza un pincel delineador o uno puntiagudo pequeño cargado con un tono oscuro de pintura. Analiza lo que tengas que realzar dentro del agrupamiento de las cerezas, las hojas y el recipiente. Traza estas líneas oscuras con un pincel fino y puntiagudo. Mantén las líneas trazadas al mínimo y procura no bosquejar todas las formas.
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5Además, apuntala la pintura, retrocede y examínala. Déjala que se seque toda la noche y vuelve a examinarla desde lejos. Vuelve a retocarla, pero al mínimo.
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6Cuelga la pintura. Te recordará las maravillas de la naturaleza todo el año.Anuncio
Consejos
- Procura no hacer trabajar demasiado la pieza. Menos es realmente más si tienes que intentar conseguir una ilusión de cerezas a la acuarela.
- Para sacar el exceso de agua o color, utiliza un pincel limpio y húmedo sobre la zona mojada. Esta es una buena técnica para restaurar los toques de luz o bordes claros. Simplemente utiliza un pincel y limpia el exceso de pintura.
- Evita tocarlo ligeramente con un pañuelo de papel, ya que eso suele quitar demasiado color.
- Mantén las elipses de la abertura y el borde inferior de la jarra o tazón coherentes. Además, asegúrate de que concuerde la curvatura de los lados del recipiente. Haz correcciones si es necesario.