Las personas deciden quemar incienso por diferentes razones. Ya sea que lo hagas para relajarte, por tus creencias religiosas o simplemente porque te gusta el olor, es importante que sepas usarlo de forma adecuada.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Seleccionar tu incienso e incensario

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    Piensa en comprar una varilla hueca de incienso. Estas varillas están hechas con una vara delgada de madera (por lo general hecha de bambú) recubierta con incienso. Tan solo un pedacito de la parte inferior queda al descubierto. El incienso puede ser suave y fino o granuloso y áspero. El aroma, que por lo general es fuerte, consiste en el olor del incienso y del centro de bambú al quemarse.[1]
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    Piensa en comprar una varilla sólida de incienso. Estas están hechas solo de incienso y no tienen ningún material al interior. Su aroma es más suave, por lo que son perfectas para espacios pequeños como las habitaciones y oficinas. Como no tienen centro, el olor es más simple y no tiene notas subyacentes de madera quemada.[2]
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    Encuentra un portaincienso adecuado. Los portainciensos, conocidos también como incensarios, vienen en diferentes formas y tamaños. El objeto que utilices para sostener el incienso dependerá del tipo: hueco o sólido. Puedes comprar un incensario diseñado especialmente para sostener varillas de incienso o puedes hacer uno tú mismo con los materiales que tengas a la mano.
    • Si tienes una varilla hueca de incienso, piensa en utilizar un "bote" de incienso, que es una pieza de metal, madera o cerámica delgada y larga que tiene un agujero pequeño en uno de los extremos. Este recipiente, por lo general, tiene el centro hundido que se utiliza para contener las cenizas que caen.
    • Si tienes una varilla sólida de incienso, no utilices un portaincienso de madera. Estos se consumen por completo, así que es peligroso utilizar cualquier objeto hecho de un material inflamable como incensario. Más bien, puedes llenar un bol o una taza con granos, arroz, sal o arena, e insertar la varilla de incienso adentro.[3] Si quieres utilizar un incensario, busca uno hecho de cerámica o piedra.
    • Ten en cuenta que puedes comprar un incensario que tenga una forma especial. Por lo general, estos portainciensos vienen en diferentes formas como elefantes, flores de loto, hojas o boles. Generalmente el material de fabricación es la cerámica (por lo que son adecuados para las varillas huecas y sólidas) y tienen un pequeño agujero en la parte superior.
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    Piensa en elaborar tu propio incensario. Puedes hacer un incensario sencillo con un bol y un material de textura granulada o elaborar tú mismo uno de arcilla. Aquí te dejamos algunas ideas:
    • Elabora un incensario de una forma especial con arcilla. Toma un pedazo de arcilla de secado al aire y amásalo hasta aplanarlo. Córtalo en una forma que te guste con una cuchilla o un cortador de galletas. Puedes dejarlo plano o levantar los bordes para darle la forma un poco más parecida a la de un bol. Con una varilla de incienso, haz un agujero en la arcilla. Sácala y deja que la arcilla se seque antes de utilizarla como incensario.
    • Elabora un portaincienso con un bol o un cubo. Elige un recipiente que tenga el ancho suficiente para contener cualquier ceniza que caiga de la varilla de incienso. Llénalo de granos, arroz, sal o arena.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Utilizar el incienso

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    Encuentra un lugar adecuado para quemar el incienso. Como las varillas despiden mucho humo, tendrás que quemarlas en una habitación bien ventilada. Sin embargo, al mismo tiempo debes alejarlas de las ventanas o puertas abiertas, donde hay mucha corriente de aire. Asegúrate de que no haya nada inflamable, como cortinas o sábanas, cerca del incienso.[4]
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    Enciende la punta de la varilla de incienso. Puedes hacerlo con un fósforo o un encendedor. Sostén la varilla en la llama hasta que se encienda.
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    Deja que la llama arda por unos 10 segundos.[5] Esta podría apagarse sola y, si así sucede, observa la punta de la varilla. Si puedes ver un ascua que brilla, el incienso se estará quemando correctamente. Si no ves nada y la punta tiene cenizas, tendrás que volver a encenderlo.
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    Sopla y apaga la llama ligeramente. Podrás ver un ascua que brilla en la punta de la varilla de incienso o un espiral de humo, no una llama. Después de unos 30 segundos, olerás el incienso.[6] Esto querrá decir que estará quemándose de manera adecuada. Si no ves nada y la punta tiene cenizas, habrás apagado el incienso por completo. Vuelve a encender la varilla, pero esta vez rodéala con tus manos por detrás de la llama cuando la apagues.
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    Inserta la varilla en un portaincienso. Si estás usando una varilla hueca, coloca la punta de madera en el recipiente. Pero, si utilizas una varilla sólida, no importa qué extremo insertes en el portaincienso. La mayoría de los incensarios sostienen la varilla de manera vertical o en un ángulo leve. Si el tuyo sostiene el incienso inclinado, cerciórate de que la punta no quede afuera. Si esto sucede, corta la varilla de incienso o coloca el incensario en una bandeja resistente al calor.
    • Si utilizas un bol o un cubo lleno de granos, arroz, sal o arena, presiona suavemente la parte inferior de la varilla hacia adentro hasta que se pare sola. Puedes colocarla recta o inclinada ligeramente. Si decidiste inclinarla, cerciórate de que la punta quede dentro del perímetro del recipiente. De esta manera, una vez que enciendas la varilla, cualquier ceniza caerá directamente adentro y no en la mesa o el suelo.
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    Deja que el incienso queme hasta que se apague. La mayoría de las varillas de incienso se consumen entre 20 y 30 minutos, dependiendo del tamaño y el grosor.
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    Toma las medidas de seguridad adecuadas contra incendios. Como se debe hacer con cualquier tipo de llama, no dejes el incienso quemándose sin supervisión. Si tienes que salir de la habitación, apaga el incienso sumergiendo la punta en agua o presionándola contra una superficie resistente al calor. Asegúrate de que el portaincienso esté sobre este tipo de superficie y lejos de cortinas, sábanas, niños y mascotas.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Saber en qué momento debes y no debes quemar incienso

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    Utiliza el incienso para meditar. Quemarlo durante una meditación no solo puede ayudarte a relajar tu mente, también puede darte un mejor enfoque.
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    Utiliza el incienso como un ambientador. Como este produce mucho humo fragante, es posible utilizarlo como un ambientador. Sin embargo, ten en cuenta que el incienso solo cubrirá los olores y que si quieres eliminarlos por completo, tendrás que deshacerte de la causa (podría ser la basura, los platos sucios, los desperdicios, entre otros).
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    Utiliza el incienso para la aromaterapia. Puedes usarlo para enfocarte, mejorar tu motivación, aliviar dolores de cabeza y disminuir la depresión. Quemar incienso también podría ayudarte a relajarte y sentirte menos estresado.[7]
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    Ten en cuenta que usar incienso con mucha frecuencia podría provocarte enfermedades a los pulmones. El incienso llena una habitación de un humo fragante que tú respiras. Algunos estudios han demostrado que si se inhala todos los días, este humo podría provocar cáncer al pulmón.[8]
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    Debes saber que utilizar incienso con mucha frecuencia aumenta la contaminación del aire en el interior de la casa. El humo que produce el uso muy frecuente de incienso podría deteriorar la calidad del aire de tu casa y contribuir a que aparezcan problemas como asma, dolores de cabeza y otras condiciones respiratorias. También podría irritarte los ojos, la nariz, los pulmones y la garganta.[9]

Consejos

  • Puedes encender la cantidad de varillas que quieras a la vez, pero por lo general una es suficiente para llenar una habitación.
  • El incienso dura entre 20 y 30 minutos.
  • Si no quieres quemar toda la varilla, sumerge la punta en agua para estar seguro de que esté completamente apagado.
  • Si no sabes bien qué tipo de incienso comprar, pregúntale a un trabajador de la tienda cuáles son los más populares y compra una selección de diferentes varillas. Pruébalas una por una hasta que encuentres alguna que te guste.

Advertencias

  • Nunca dejes un incienso ardiendo sin supervisión.
  • Haz que la ventilación sea apropiada, pues demasiado humo de incienso puede causar dolores de cabeza.
  • No enciendas incienso en áreas con corrientes de aire o lugares donde podría caerse.
  • Coloca el portaincienso en una superficie plana y resistente al calor a fin de reducir el riesgo de incendios en caso de que alguien lo derribe o algunas cenizas no caigan en el recipiente.

Cosas que necesitarás

  • Incienso
  • Un portaincienso o un incensario
  • Un encendedor o fósforos

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