Quitar el polvo de toda tu casa puede ser un trabajo grande, pero de verdad puede ayudar a mejorar la calidad del aire que respiras. Aborda cada habitación una por una y planifica trabajar de la parte superior a la parte inferior de la habitación. Esto hará que, en caso de que el polvo caiga al limpiar, no caiga sobre una parte a la que ya le hayas quitado el polvo.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Preparar la habitación

  1. 1
    Limpia el desorden de la habitación, de haberlo. Para facilitarte más el proceso de quitar el polvo y hacer que sea más eficaz, deshazte de todo el desorden alrededor de tu casa. Por ejemplo, despeja las cosas que se hayan acumulado en las mesas o encimeras y guarda los artículos sueltos que se hayan acumulado en los suelos, sofás y sillas.[1]
    • Si quieres que el trabajo sea más manejable, trabaja en una habitación a la vez. Asimismo, después de terminar de quitar el polvo en una habitación, evita regresar ningún artículo a ella hasta haberle quitado el polvo también.
  2. 2
    Lleva afuera las telas que haya en la habitación y sacúdelas. Antes de empezar a quitar el polvo, lleva afuera la ropa de cama, almohadas, alfombras o cojines y sacúdelos muy bien. De este modo, gran parte del polvo que esté atrapado sobre las superficies suaves se soltará de forma que no tengas que lidiar con tanto polvo dentro de la casa.[2]
    • Prueba con golpear con firmeza las almohadas y cojines unos contra otros para sacar el polvo que podría estar incrustado profundamente.
    • En caso de que haya pasado mucho tiempo desde la última vez que quitaste el polvo, quizás de todos modos sea recomendable lavar o aspirar estas telas antes de regresarlas a la habitación.
  3. 3
    Cambia los filtros de la aspiradora y el aire acondicionado para atrapar el polvo en el aire. Antes de empezar a quitar el polvo, coloca un filtro nuevo en el conducto principal de aire acondicionado para atrapar el polvo nuevo que vaya a parar al aire. Asimismo, limpia o reemplaza el filtro de la aspiradora, en caso de que la tengas. Esto permitirá que la aspiradora atrape más del polvo que intentas limpiar.[3]
    • Aunque te asegures de atrapar tanto polvo como puedas, es probable que de todos modos lances muchas partículas diminutas al aire mientras quitas el polvo. Por ello, es importante cambiar el filtro del aire acondicionado.

    Consejo: si lo combinas con quitar el polvo regularmente, instalar un purificador de aire con un filtro HEPA (siglas en inglés de aire particulado de alta eficiencia) podría ayudar a reducir el polvo en tu casa en el futuro.[4]

    Anuncio

Parte 2
Parte 2 de 4:
Limpiar los techos y paredes

  1. 1
    Barre o aspira el techo para quitar el polvo. Usa ya sea un aditamento grande de cepillo en la aspiradora o una escoba de mango largo para limpiar el techo con pasadas largas y fluidas. Trabaja de un extremo a otro de la habitación. Aunque el techo no parezca polvoriento, puede atrapar partículas pequeñas que flotarán hacia abajo de regreso a la habitación, sobre todo si el techo es texturizado.[5]
    • En caso de que no puedas llegar al techo con el aditamento de la aspiradora o la escoba, quizás debas pararte sobre un taburete o escalera de mano resistentes. Ten mucho cuidado al subir y párate únicamente sobre un taburete o escalera resistentes. Evita subirte a muebles que no estén diseñados para pararse sobre ellos.
    • Advertencia: no intentes limpiar el techo en caso de que se haya fabricado antes de la década de 1980 a menos que ya le hayas hecho una prueba para asegurarte de que no contenga asbesto.[6]

    Consejo: siempre debes quitar el polvo de una habitación de arriba a abajo. Al limpiar, el polvo caerá sobre las superficies y los suelos de la habitación y, por ende, en caso de que limpies primero estas partes, simplemente volverán a ensuciarse.

  2. 2
    Pule los dispositivos de iluminación, ventiladores de techo y conductos de ventilación en la habitación, de haberlos. Limpia las luces, las aspas de los ventiladores de techo y los conductos de aire con un sacudidor de microfibra o un paño limpio y húmedo de microfibra. Sin embargo, en caso de que estos artículos estén muy sucios, quizás lo mejor sea aspirarlos antes de limpiarlos con un paño.[7]
    • Mantén el paño doblado en cuartos y cambia a un lado nuevo cada vez que el lado que estés usando se ensucie. Cuando ya no queden más lados limpios, toma un paño nuevo.
    • No uses un plumero debido a que estos suelen simplemente mover el polvo de un lado a otro.[8]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Ashley Matuska

    Ashley Matuska

    Profesional de limpieza
    Ashley Matuska es la propietaria y fundadora de Dashing Maids, una agencia de limpieza enfocada en la sostenibilidad en Denver, Colorado. Ha trabajado en la industria de la limpieza durante más de 5 años.
    Ashley Matuska
    Ashley Matuska
    Profesional de limpieza

    Truco de experto: usa un paño de microfibra para todo aquello a lo que puedas llegar con facilidad, pero también ten un sacudidor con un brazo largo o extensible para los lugares más complicados (por ejemplo, la parte superior de las estanterías, las aspas de los ventiladores o los dispositivos de iluminación).

  3. 3
    Pasa un paño húmedo sobre las paredes, las puertas y los marcos de las puertas. Si bien quizás parezca un trabajo grande, limpiar las paredes eliminará gran parte del polvo que no necesariamente puedes ver. Asimismo, quita el polvo alrededor de todos los marcos de las puertas, así como también a lo largo de la parte superior, los lados y la parte delantera de las puertas que haya en la habitación. Presta particular atención a los rincones y grietas en las puertas, las molduras o las molduras de cornisa.[9]
    • Si deseas, puedes usar la aspiradora con un aditamento de cepillo en lugar de un paño húmedo.
  4. 4
    Limpia las ventanas y los alféizares. Con un limpiador de ventanas y un paño limpio, limpia el vidrio de las ventanas y luego pásales un secador de pisos en caso de que lo tengas para asegurarte de limpiar sin dejar manchas. Luego, con el paño húmedo o sacudidor, limpia todo alrededor de la ventana, incluyendo el alféizar, las persianas, las pantallas y las contraventanas.[10]
    • Si quieres facilitarte más quitar el polvo de las pantallas de las ventanas, puedes pasarles un pincel grande y seco.[11]
    • Para limpiar las persianas, ciérralas bien y luego límpialas con movimientos horizontales de la parte superior a la parte inferior. Luego, repite el procedimiento en la parte interior de las persianas.[12]
  5. 5
    Despeja y limpia las superficies. En lo posible, retira todo de cada estante, mesa, encimera o cualquier otra superficie en la habitación. Limpia el polvo de la superficie con el paño o sacudidor de microfibra y luego quítale el polvo a cada artículo individual antes de volver a colocarlo en su lugar.[13]
    • Si tratas de quitar el polvo alrededor de los objetos en lugar de moverlos primero, te será difícil quitar el polvo de una forma tan minuciosa. Asimismo, a la larga te tomará mucho más tiempo debido a que deberás tener cuidado de no derribar los objetos.
    • No olvides limpiar la parte superior de los electrodomésticos y los muebles grandes (por ejemplo, el refrigerador o una estantería alta).
    Anuncio

Parte 3
Parte 3 de 4:
Quitarles el polvo a los artículos individuales

  1. 1
    Limpia la mayor parte de los artículos decorativos y otros objetos con un paño de microfibra. Ten a la mano una pila de paños de microfibra secos y humedece uno o dos. En caso de que vayas a quitarle el polvo a un artículo que pueda mojarse (por ejemplo, un jarrón de cerámica), límpialo con el paño de microfibra húmedo. Al quitarles el polvo a las cosas que no puedan mojarse (por ejemplo, los libros, los artículos de cuero u otros objetos delicados), usa en cambio uno de los paños secos.[14]
    • Ten cuidado de limpiar las hojas de todas las plantas de interiores usando un paño húmedo. Cuando el polvo se acumula en las plantas, obstruye los poros de las hojas de forma que no pueden filtrar el dióxido de carbono del aire con tanta eficacia.[15]
  2. 2
    Quita el polvo de los artículos electrónicos usando aire comprimido y una aspiradora. Limpia la parte exterior de los dispositivos electrónicos usando un paño seco y luego usa un aditamento de cepillo en la aspiradora para absorber el polvo que se haya acumulado alrededor de los conductos de ventilación o el cable de alimentación. Por último, con una lata de aire comprimido, sopla el polvo u otros residuos de las grietas pequeñas (por ejemplo, entre las teclas de la computadora).[16]
    • Siempre debes desconectar cualquier dispositivo antes de limpiarlo.
    • Limpia las pantallas electrónicas, incluyendo el televisor, usando un paño de microfibra seco o una lámina para secadora. La lámina para secadora ayudará a dispersar la electricidad estática que podría dificultar que quites el polvo.[17]
  3. 3
    Barre el polvo de las grietas y los objetos pequeños y frágiles usando un pincel seco. En caso de que tengas estatuillas pequeñas, decoraciones con tallados o molduras elaborados, o cualquier otra cosa que sea difícil de limpiar, puedes pasarles con cuidado un pincel seco. Utiliza la esquina del pincel para introducir las cerdas en las grietas a las que sería difícil llegar únicamente con un paño.[18]
    • En caso de que hayas limpiado las pantallas de las ventanas usando un pincel, puedes usar el mismo aquí. Tan solo limpia con la mano el polvo que podría haber quedado en las cerdas.
  4. 4
    Lava la ropa de cama y los juguetes suaves. En lo posible, lava la ropa de cama, las cortinas, los juguetes de felpa, las fundas u otros artículos de tela que puedan lavarse a máquina. Estas superficies suaves pueden retener mucho polvo, y te desharás de mucho de él si las colocas en la lavadora.[19]
    • En caso de que no puedas lavar las cortinas, aspíralas con el aditamento de cepillo.
    • Seca la ropa de cama en la secadora o cuélgala para secarla al aire. Sin embargo, no la regreses a su lugar hasta después de terminar de quitar el polvo del resto de la habitación. De lo contrario, es posible que acumule más polvo mientras limpias.
  5. 5
    Aspira los muebles tapizados en la habitación. En caso de que haya sillas afelpadas, sillones, colchones u otros artículos tapizados en la habitación que no se puedan lavar con facilidad, pasa el aditamento de cepillo de la aspiradora sobre esas superficies. Ten cuidado de llegar particularmente dentro de las grietas en donde pueda ocultarse el polvo.[20]
    • No olvides quitar los cojines de los muebles, de haberlos, y aspirar también debajo de ellos.
    Anuncio

Parte 4
Parte 4 de 4:
Terminar la habitación

  1. 1
    Mueve los muebles y electrodomésticos y limpia debajo de ellos. Después de haber hecho todo este trabajo para limpiar una habitación completa, evita dejar pelusas ocultas debajo de los muebles. De serte posible, desliza los muebles fuera del camino y aspira o barre debajo de ellos. De lo contrario, utiliza un brazo extensible en la aspiradora y limpia tan lejos como puedas debajo de cada mueble.[21]
    • Quizás te sea de ayuda tener a otra persona disponible en caso de que haya muchos muebles pesados.
  2. 2
    Limpia los zócalos. Es probable que el polvo se haya asentado a lo largo de las molduras en la parte inferior de las paredes. Si quieres deshacerte de este polvo, pasa un paño de microfibra húmedo sobre los zócalos trabajando alrededor de toda la habitación.[22]
    • En caso de que los zócalos estén muy sucios, rocía un limpiador multipropósito sobre un paño y úsalo para limpiarlos.

    Consejo: utiliza un borrador mágico de espuma de melamina para deshacerte con facilidad de las marcas de rasguños en los zócalos.

  3. 3
    Limpia las alfombras y tapetes con una aspiradora. Aunque ya hayas sacudido las alfombras, es posible que aún quede polvo incrustado profundamente en las fibras. Asimismo, será necesario aspirar muy bien las alfombras que haya en la habitación, de ser el caso, para deshacerte del polvo que haya caído mientras limpiabas.[23]
    • En caso de que no tengas una aspiradora, puedes barrer las alfombras y tapetes, aunque esto no surtirá tanto efecto para quitar el polvo.
  4. 4
    Barre y trapea los suelos duros. Para no lanzar el polvo de regreso al aire, pasa una escoba con suavidad sobre los suelos. Luego, trapéalos para atrapar el polvo que haya quedado atrás.
    • Como su nombre lo indica, lo mejor para esta tarea es una fregona debido a que hay una mayor área superficial para atrapar el polvo. Sin embargo, puedes usar cualquier trapeador que tengas a tu disposición.
  5. 5
    Regresa todo a su lugar. Después de haber limpiado tu habitación de cabo a rabo, lo único que falta hacer es volver a colocar todo en orden. Regresa los muebles a su lugar, de haberlos; vuelve a colocar las alfombras, cortinas y otra ropa de cama; y regresa los objetos pequeños a sus estantes.
    • Continúa con este proceso en cada habitación de tu casa. Luego, ¡siéntate y disfruta de tu entorno sin polvo!
    Anuncio

Consejos

  • En caso de que tengas sensibilidad al polvo, usa una máscara antipolvo que te cubra la nariz y la boca. Asimismo, quizás debas cubrirte los ojos con gafas protectoras en caso de que tus ojos sean sensibles.[24]
Anuncio

Advertencias

  • Siempre debes priorizar la seguridad en caso de que debas trepar para alcanzar algo.
  • Si quieres reducir el riesgo de electrocución, no debes limpiar los dispositivos electrónicos que aún estén conectados.
Anuncio

Cosas que necesitarás

Preparar la habitación

  • filtros de reemplazo para el aire acondicionado y la aspiradora

Limpiar los techos y paredes

  • aspiradora con aditamento de cepillo
  • escoba (opcional)
  • paños de microfibra
  • sacudidor de microfibra
  • limpiador de ventanas
  • secador de pisos (opcional)
  • escalera o taburete (opcional)
  • pincel seco (opcional)

Quitarles el polvo a los artículos individuales

  • paños de microfibra
  • aspiradora con aditamento de cepillo
  • aire comprimido
  • escoba
  • trapeador
  • lámina para secadora (opcional)
  • pincel seco (opcional)

Acerca de este wikiHow

Ashley Matuska
Coescrito por:
Profesional de limpieza
Este artículo fue coescrito por Ashley Matuska. Ashley Matuska es la propietaria y fundadora de Dashing Maids, una agencia de limpieza enfocada en la sostenibilidad en Denver, Colorado. Ha trabajado en la industria de la limpieza durante más de 5 años. Este artículo ha sido visto 94 161 veces.
Categorías: Limpieza del hogar
Anuncio