Tener el período ya es lo suficientemente incómodo, pero tener que preocuparte por las manchas en tu ropa interior favorita puede empeorar la situación. Durante el período, es casi imposible no manchar la ropa interior con sangre. Afortunadamente, puedes quitar las manchas por completo si actúas rápido. De todas formas, por más que la mancha se extienda, existen cosas que puedes hacer para que tu ropa interior vuelva a lucir como nueva.

Método 1
Método 1 de 4:
Lavar una mancha fresca con agua fría

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    Abre el grifo de agua fría en el fregadero o la bañera. En caso de ser posible, lava la ropa interior con agua fría tan pronto como observes que está manchada con sangre. Abre el grifo para hacer correr un chorro constante. El chorro debe ser lo suficientemente fuerte como para quitar la mancha, pero no demasiado al punto tal que genere una explosión; no querrás que el agua salpique todo el lugar.[1]
    • Usa el agua más fría posible del grifo. El agua caliente puede hacer que la sangre penetre en la tela.
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    Sujeta la parte de la entrepierna de la ropa interior bajo agua fría. Voltea la ropa interior para que la mancha apunte hacia arriba. Luego, coloca la mancha justo abajo del chorro de agua fría. Enjuaga la mayor cantidad de sangre como puedas. Si lo deseas, puedes usar los dedos o un paño para quitar la mancha mientras enjuagas la prenda.[2]
    • ¡Quizás te sorprendas al ver que un poco de agua fría puede quitar gran parte de la mancha!

    Consejo: si no te sientes cómoda con la idea de tocar la ropa interior manchada, puedes usar guantes de látex o de goma, en caso de tenerlos.

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    Agrega una gota de jabón y frótalo en la tela. Es poco probable que el agua sola pueda quitar la mancha por completo. Para una limpieza más profunda, coloca una gota de jabón suave en la mancha. Frota el jabón para formar una espuma directamente en la tela, asegurándote de cubrir toda la mancha.[3]
    • Puedes usar cualquier jabón que tengas a mano (de mano, detergente líquido para la ropa o una barra de jabón sólido para la ropa).
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    Enjuaga bien la ropa interior. Después de cubrir la mancha con jabón, enjuaga la espuma con más agua fría. Sigue enjuagando hasta que el agua sea totalmente transparente y no haya burbujas jabonosas en la tela. Luego, examina la ropa interior para ver si la mancha ha desaparecido.[4]
    • Si la mancha no ha desaparecido por completo, lava la ropa interior con agua y jabón una vez más. Si la sangre no se ha ido por completo después de eso, es posible que tengas que utilizar otro método.
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    Envuelve la ropa interior en una toalla para eliminar el exceso de agua. Retira la ropa interior del agua y apriétala suavemente para eliminar el exceso de agua de la tela. Luego, colócala en una toalla gruesa y envuélvela bien apretada. Dale palmaditas a la toalla y apriétala durante dos o tres minutos para eliminar la mayor parte de agua posible de la ropa interior.
    • No retuerzas la ropa interior, dado que podrías estirarla.
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    Cuelga la ropa interior para secarla. Si tienes un tendedero, usa pinzas para la ropa para poner la ropa interior a secar. De todas formas, si no tienes un lugar designado para secar la ropa al aire libre, igualmente puedes colgarla para que se seque. Cuélgala en la barra de la ducha, en el toallero e incluso en un picaporte. Simplemente asegúrate de que haya algo de ventilación en el lugar para que la ropa interior se seque bien.
    • Por ejemplo, si cuelgas la ropa interior para que se seque en el baño, deja la puerta abierta para que el aire circule.
    • Si quieres secarla rápido, puedes colgarla delante de un ventilador.
    • Evita poner la ropa interior en la secadora, a menos que estés segura de que la mancha se ha ido por completo. El calor hará que la sangre se asiente en la tela, y será mucho más difícil de quitar. Además, es mejor secarla al aire libre, dado que el calor de la secadora puede dañar el elástico.
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Método 2
Método 2 de 4:
Usar peróxido de hidrógeno en la ropa interior de colores claros

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    Llena un recipiente pequeño con peróxido de hidrógeno. El peróxido de hidrógeno es un antiséptico común del hogar, pero también puede ser muy efectivo para quitar manchas. Si tienes ropa interior blanca o de colores claros manchada con sangre, vierte 120 mililitros de peróxido de hidrógeno en un recipiente pequeño. De esta forma, podrás usar tanto como necesites, sin preocuparte por manchar el producto que se encuentra en el recipiente con sangre.[5]
    • El peróxido de hidrógeno decolora la tela, así que no lo uses en la ropa interior oscura o con colores brillantes.[6]
    • Este método es más efectivo para las manchas frescas, pero también puede servir para las manchas persistentes.
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    Sumerge el borde de un paño o esponja en el recipiente. Toma un paño, una esponja e incluso algunas toallas de papel, y sumerge el borde en el recipiente con peróxido de hidrógeno. De esta forma, el peróxido se concentrará en una zona del paño, por lo que podrás aplicarlo en la mancha con una mayor precisión.
    • Asegúrate de no tener problemas para manchar la esponja o los paños, dado que podrían absorber parte de la sangre.
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    Presiona la mancha de afuera hacia adentro. Presiona el extremo impregnado del paño directamente en la mancha de sangre. Quita la mancha con el paño desde los bordes externos hacia el centro. Agrega más peróxido de hidrógeno en el paño si lo necesitas (el objetivo es empapar la mancha por completo). Incluso puedes agregar más en el recipiente si lo precisas.[7]
    • Usa una sección limpia del paño cada vez que la sangre se transfiera a la parte que uses.
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    Enjuaga con agua fría y repite hasta que la mancha desaparezca. Después de quitar la mayor parte de la mancha, enjuaga bien la ropa interior bajo agua fría y luego observa la tela. Si aún hay partes manchadas, sigue lavando hasta quitar toda la sangre.[8]
    • Si la mancha es más vieja y ha penetrado en la tela, es posible que las manchas más claras no desaparezcan. En este caso, prueba con un limpiador enzimático para eliminar los restos de sangre.
    • Una vez que la mancha desaparezca, seca la ropa interior al aire libre o colócala en la secadora.
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Método 3
Método 3 de 4:
Lavar la ropa interior oscura con sal

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    Mezcla sal con un poquito de agua fría para crear un exfoliante. La cantidad exacta de sal que necesites dependerá del tamaño y la intensidad de la mancha, pero 75 gramos es un buen punto de inicio. Agrégale una cucharadita de agua fría o la cantidad suficiente para que la sal se agrupe, y revuelve para mezclar.[9]
    • Dado que la sal no decolora la ropa interior, este método es útil para las telas oscuras o de colores brillantes.
    • Un exfoliante de sal es más efectivo para las manchas frescas, pero también puede ser útil para las manchas más persistentes.
    • Puedes mezclar el exfoliante en un recipiente o simplemente colocar la sal y el agua en la ropa interior.

    Consejo: si usas lentes de contacto, ¡usa la solución salina! Te ayudará a quitar la mancha, similar al exfoliante con sal. Además, es muy útil si observas una mancha mientras estás fuera de casa, pero tienes la solución salina contigo.

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    Cubre la mancha con la mezcla de sal. Aplica una cantidad generosa del exfoliante de sal sobre la mancha en la ropa interior. La sal permite quitar la sangre de la tela, por lo que es importante que cubras toda la mancha.[10]
    • Si la mancha se ha fijado a la tela, permite que la sal actúe en el material durante cinco minutos antes de fregar la ropa interior.
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    Frota la mancha con un paño, un cepillo de dientes viejo o los dedos. Una vez que la mancha esté cubierta por completo, frota la sal en la misma para poder deshacerla. Hazlo siguiendo una dirección metódica, como desde el extremo de la mancha hacia el otro, o desde afuera hacia adentro. De esta forma, no pasarás por alto ninguna parte a medida que lavas la ropa interior.[11]
    • Por ejemplo, puedes frotar la mancha desde arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, o desde todo el perímetro hacia adentro.
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    Enjuaga la sal con agua fría cuando termines. Después de quitar la mayor parte de la mancha posible, coloca la ropa interior bajo agua fría. Usa los dedos para quitar los restos de sal y luego observa la ropa interior para ver si la mancha ha desaparecido.[12]
    • El agua caliente hará que la sangre restante penetre profundo en la tela, lo que hará que sea difícil o imposible de quitar.
    • Si la mancha ha desaparecido, cuelga la ropa interior para que se seque al aire libre o colócala en la secadora. Si la mancha sigue ahí, usa otro método para quitarla.
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Método 4
Método 4 de 4:
Probar otros artículos del hogar para las manchas persistentes

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    Rocía la mancha con un limpiador enzimático para eliminar las manchas persistentes y rebeldes. Si no lavas la mancha de inmediato o usas agua caliente, la sangre penetrará profundo en la tela, creando una mancha difícil de quitar. En este caso, puedes rociar la ropa interior con un limpiador enzimático diseñado para degradar las enzimas en manchas biológicas, como la sangre. Permite que el producto actúe según las indicaciones del envase. Luego, enjuaga la ropa interior con agua fría.[13]
    • Generalmente, puedes comprar limpiadores enzimáticos en la mayoría de las tiendas que venden artículos de limpieza, pero, en caso de no haber una cerca, puedes comprarlos por internet.
    • El blanqueador de oxígeno también podría quitar las manchas persistentes.
    • Si no cuentas con estos productos, puedes quitar las manchas con cosas que tengas en casa, como bicarbonato de sodio, limón o ablandador de carne.
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    Cubre las manchas con una pasta hecha de bicarbonato de sodio como limpiador suave. Mezcla 45 gramos de bicarbonato de sodio con una cucharadita de agua a la vez hasta formar una pasta espesa. Luego, aplica la pasta en la entrepierna de la ropa interior para cubrir la mancha por completo. Permite que el bicarbonato actúe durante al menos 30 minutos. Para mejores resultados, permite que actúe durante toda la noche. Después, enjuaga y seca la ropa interior como lo harías normalmente.[14]
    • También puedes preparar una pasta con un ablandador de carne sin condimentar o píldoras trituradas de aspirina o ibuprofeno.
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    Blanquea la ropa interior clara con jugo de limón. Corta un limón al medio y frota una parte sobre la mancha de sangre. Repite durante tres a cinco minutos o hasta que la mancha desaparezca. Luego, enjuaga la ropa interior con agua fresca o fría y cuélgala para que se seque.[15]
    • No utilices este método con la ropa interior oscura o de colores brillantes, dado que el jugo de limón la manchará.
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Cosas que necesitarás

Lavar una mancha fresca con agua fría

  • fregadero o bañera
  • agua fría
  • jabón suave
  • toalla

Usar peróxido de hidrógeno

  • recipiente pequeño
  • peróxido de hidrógeno
  • paño, esponja o toallas de papel
  • agua

Lavar la ropa interior oscura con sal

  • sal de mesa
  • agua
  • paño o cepillo de dientes viejo
  • recipiente (opcional)

Probar otros artículos del hogar para las manchas persistentes

  • limpiador enzimático o blanqueador con oxígeno (opcional)
  • bicarbonato de sodio (opcional)
  • jugo de limón (opcional)

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Categorías: Manchas en la ropa
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