El sabor amargo es uno de los sabores esenciales de nuestro paladar, y muchos alimentos amargos son particularmente saludables. Sin embargo, es posible que el sabor amargo te parezca poco atractivo o que le hayas añadido demasiada amargura a un plato por accidente. No te preocupes, es tu día de suerte. Hay muchos trucos y estrategias para ocultar o contrarrestar los sabores amargos y ayudarte a disfrutar de la comida que tengas frente a ti.

Método 1
Método 1 de 10:
Equilibra el sabor amargo con un poco de grasa.

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    La grasa oculta por naturaleza los sabores amargos y hace que sean más apetitosos. Por esta razón, añadir un poco de leche o crema al café le da un mejor sabor. Usa una salsa de crema, leche, queso grasoso, aceite de oliva o ingredientes grasosos similares para ayudar a ocultar los sabores amargos.[1]
    • Este es un excelente truco para lograr que los niños coman más vegetales amargos (por ejemplo, el brócoli, las coles de Bruselas o la col). Añádeles un poco de queso o salsa de queso a los vegetales y no notarán el sabor amargo.[2]
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Método 2
Método 2 de 10:
Oculta el sabor con dulzura.

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    ¿A quién no le gusta un poco de sabor dulce en la comida? Nuevamente, piensa en el café. Por algo nos gusta endulzarlo un poco. La dulzura oculta por naturaleza los sabores amargos. Añádeles una pizca de azúcar o un poco de miel a las comidas y bebidas amargas para realzar un poco el sabor.[3]
    • Asimismo, combinar los sabores amargos con azúcar o chocolate crea un sabor singular para un postre.
    • Evita excederte con el azúcar. La recomendación de la Asociación Estadounidense del Corazón es no consumir más de entre 25 y 36 g de azúcar al día para tener buena salud. Por ende, presta atención a la cantidad que consumas y evita exceder este límite.[4]

Método 3
Método 3 de 10:
Espolvorea un poco de sal sobre la comida.

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    Una pizca de sal mejora todo, incluso las comidas amargas. El sabor salado contrarresta de manera natural el sabor amargo y, por ende, no temas usar un poco de sal en las comidas demasiado amargas.[5]
    • Este es un truco particularmente bueno si vas a cocinar vegetales amargos (por ejemplo, brócoli o coles de Bruselas asados). Revuélvelos con un poco de aceite de oliva y sal antes de cocinarlos para introducir sabores nuevos.[6]
    • Como ocurre con el azúcar, debes prestar atención a tu consumo de sal para mantener una buena salud. El consumo recomendado de sal es de 2300 mg o más o menos 1/2 cucharadita al día.[7]
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Método 4
Método 4 de 10:
Prueba con una pizca de bicarbonato de sodio.

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    Podría parecer un poco extraño, pero funciona. El bicarbonato de sodio es muy alcalino, y esta es una buena forma de corregir los platos que sean excesivamente amargos. Espolvorea tan solo una pizca sobre la comida e incorpórala bien para ver si ayuda.[8]
    • Este es un buen truco si estás cocinando y te das cuenta de que añadiste demasiado de un ingrediente amargo. Arréglalo incorporando una pizca de bicarbonato de sodio antes de terminar el plato.
    • Ten mucho cuidado de no añadir más de una o dos pizcas. Más que esto no le dará muy buen sabor a la comida.

Método 5
Método 5 de 10:
Exprime un poco de vinagre o jugo de limón.

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    Los sabores agrios y ácidos de este tipo contrarrestan de manera natural el sabor amargo. Prueba con exprimir un poco de jugo de limón fresco o añadir una cucharada de vinagre a un plato amargo para neutralizar un poco el sabor.[9]
    • Una excelente forma de realzar el sabor de los vegetales amargos en las ensaladas (por ejemplo, la col rizada, los rábanos o la arúgula) es usar aliños ácidos o agrios.
    • Si te equivocas y le añades demasiado vinagre o jugo de limón a un plato, también puede serte de ayuda un poco de bicarbonato de sodio para arreglar ese sabor, ya que elimina el ácido.[10]
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Método 6
Método 6 de 10:
Añádeles un poco de especias a las comidas.

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    ¡Buena noticia para los amantes de las especias! Las especias ocultan los sabores amargos, así que no seas tímido. Añádeles un poco de chiles picantes o en polvo a tus comidas o bien espolvorea un poco sobre los platos para darles un poco de picor adicional.[11]
    • La pimienta negra en particular contiene compuestos que contrarrestan el sabor amargo.
    • Algunas otras especias muy buenas son la pimienta de Cayena, la pimienta roja, el pimentón y el chile en polvo.

Método 7
Método 7 de 10:
Cocina con hierbas para reducir el sabor amargo.

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    Las hierbas te distraen del sabor amargo al activar otros receptores de sabor. Incorpora un poco de albahaca, cilantro, salvia y romero a tus comidas para crear excelentes sabores no amargos.[12]
    • Incorporar hierbas frescas a un revuelto o un plato asado le da un elemento de sabor completamente nuevo a la comida.
    • Asimismo, puedes conseguir hierbas deshidratadas (por ejemplo, albahaca, jengibre y orégano) para espolvorearlas sobre las comidas. Estas duran mucho más que las variedades frescas.
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Método 8
Método 8 de 10:
Enfría la comida para reducir el sabor amargo.

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    Si no te importa comer la comida fría, está la opción adecuada para ti. Es un hecho que las comidas y bebidas más frías son menos amargas. Por esta razón, quizás te resulte más fácil beber té o café helado. Prueba con dejar las comidas amargas en el refrigerador antes de comerlas para ver si con eso mejora el sabor.[13]
    • Este es un buen truco para los vegetales amargos. Déjalos por unas horas en el refrigerador para que se enfríen antes de comerlos.
    • Asimismo, podrías combinarlo con otros trucos (por ejemplo, añadirle un poco de sal o grasa a la comida).

Método 9
Método 9 de 10:
Incorpora ingredientes amargos a platos más grandes.

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    Si estás en duda, tan solo oculta los sabores amargos. Prepara platos que tengan muchos ingredientes distintos y añade tan solo un poco de los ingredientes amargos. Esto debe ocultar los sabores amargos a la vez que de todos modos permite que obtengas todos los beneficios de los alimentos amargos para la salud.[14]
    • Entre los alimentos que no son amargos se encuentran los frijoles, las zanahorias, el maíz, la berenjena, la lechuga y las papas. Prueba con ocultar unos cuantos alimentos amargos en un plato que contenga estos ingredientes.[15]
    • Este truco funciona bien para las ensaladas. Podrías mezclar ingredientes amargos como la arúgula con sabores más neutros, como la lechuga romana. Cubre la ensalada con una vinagreta de limón para ocultar aún más el sabor amargo.
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Método 10
Método 10 de 10:
Consume más alimentos amargos para acostumbrarte a ellos.

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    De hecho, es posible enseñarle al cuerpo el tipo de alimentos que deben gustarle. Si tan solo sigues comiendo alimentos amargos, a la larga te insensibilizarás a su sabor. Quizás no parezca divertido en este momento, pero puede marcar una gran diferencia a largo plazo.[16]
    • Esta es una buena estrategia, ya que algunos de los demás trucos para darle un mejor sabor a los alimentos amargos (por ejemplo, añadirles azúcar o grasa) no son los más saludables. Esto te sería de ayuda para comer alimentos amargos sin añadirles otros ingredientes.

Consejos

  • ¡No temas experimentar con los sabores! Quizás sea necesario que pruebes con unas cuantas especias y hierbas distintas para encontrar la combinación perfecta para ocultar el sabor amargo.
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