La equitación es un deporte muy divertido, un gran ejercicio y una manera excelente de aliviar el estrés, aunque a veces puede resultar una actividad muy peligrosa. Por ejemplo, cuando el caballo está mal adiestrado o se asusta repentinamente mientras lo montas, puede comenzar a correr a toda velocidad y dejarte sin posibilidad de recuperar el control. Esta situación puede resultar muy peligrosa tanto para el caballo como para el jinete, ya que a veces estos animales llegan a meterse entre el tráfico o a saltar cercas, riachuelos o arbustos a causa del miedo. Existen varias medidas que debes tomar para mantenerte seguro en caso de que ocurra una emergencia.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Conocer lo que debes hacer primero

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    Recupera el equilibrio. Si el caballo comienza a competir con otros o se asusta de repente, debes recuperar el equilibrio antes de pasar a disminuir la velocidad de manera correcta. Debes mantener el equilibrio sobre la silla para asegurarte de que el caballo no te arroje al suelo.
    • Si has perdido los estribos, debes esforzarte por recuperarlos. Debes tener los pies plantados sobre los estribos para recuperar el equilibrio y controlar al caballo.
    • Trata de relajar los músculos de los brazos, ya que con estos sostienes las riendas. Deja que tu cuerpo siga el ritmo del caballo mientras corre. De lo contrario, rebotarás sobre la silla y te caerás del caballo.[1]
    • Inclínate hacia adelante para que consigas un mejor equilibrio y hazlo ligeramente hacia atrás si necesitas potencia de tracción.
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    Verifica el entorno. Es tu responsabilidad responder por los daños que ocasione el caballo (o por el daño que se ocasione él mismo), por lo que debes observar si hay trotadores, ciclistas, perros, esquinas, agujeros, cercas, piedras afiladas, otros caballos, algún terreno que podría dañarle las patas (o que podría ocasionar que salte) y obstáculos que puedan asustarlo aún más (incluyendo cosas aparentemente benignas, como un irrigador o una bandera) o estimularlo a acelerar el paso. Ten presente todos estos detalles e intenta alejarte lo más que puedas.
    • Si detectas ciclistas, trotadores o algunos peatones cerca del trayecto, debes gritar "¡ABRAN PASO! ¡CABALLO DESBOCADO!" para llamar la atención y hacer tu mejor esfuerzo por dirigir al caballo lejos de las personas u otros obstáculos.
    • Si necesitas distraer al caballo para esquivar un objeto que crees que lo asustará, debes sacudir las riendas bruscamente. Trata de molestarlo mientras agitas las riendas en exceso en lugar de jalarlas para oponer resistencia. Debes alejar la cabeza del caballo ligeramente si es posible.
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    Evalúa la situación. A medida que redactas notas mentales rápidas sobre la gravedad de la situación (teniendo en cuenta detalles como tu nivel de experiencia, la razón por la que el caballo se echó a correr y los peligros que se encuentran alrededor), debes decidir rápidamente si permaneces o no sobre el caballo. ¿Es mejor para ti saltar del caballo o permanecer sentado hasta disminuir la velocidad?
    • Recuerda que si saltas del caballo te puedes lastimar. Definitivamente te harás algunos moretones y rasguños graves. Además, podrías fracturarte los brazos y las piernas o incluso la espalda y el cuello. Solo debes saltar del caballo si el riesgo de permanecer encima es mayor.
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    Salta del caballo solo si es necesario. Si determinas que el peligro de permanecer encima del caballo es demasiado grande, entonces debes saltar. Si es posible, escoge un lugar adecuado para que tengas un aterrizaje suave (por ejemplo, un arbusto en lugar de una roca).
    • Primero saca los pies de los estribos. Luego, desenrolla las riendas de tus manos. Por último, déjate caer.
    • En cuanto te encuentres sobre un lugar seguro, debes buscar al caballo.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Recuperar el control del caballo

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    Deja que el caballo corra. Si te encuentras en un lugar seguro (por ejemplo, un campo grande, llano y abierto), es probable que el caballo corra un poco y se calme con el tiempo. Debes permanecer tranquilo sobre el caballo y dejar que se desfogue.
    • Agárrate fuerte y coloca tu cuerpo en una posición adecuada para el galope.
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    Dirígete hacia pendientes empinadas si es posible. Los caballos no pueden correr rápidamente cuesta arriba, por lo que al realizar esto disminuirá la velocidad y podrás recuperar el control.
    • Evita ir cuesta abajo. Este movimiento es desagradable y puede derribarte. Además, puede hacer que el caballo se caiga.
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    Intenta jalar de las riendas. Debes emplear esta técnica solamente para disminuir la velocidad del caballo mientras corre. Básicamente, tienes que apalancar su boca.
    • Ajusta la rienda en la mano no dominante de tal manera que no quede suelta. Tu mano debe centrarse sobre las crines con los nudillos contra el caballo y la rienda completamente tensa. De esta manera, evitarás que el caballo sacuda la cabeza lejos de ti.
    • Sostente firmemente con la mano no dominante e inclínate hacia adelante sobre el cuello del caballo. Extiéndete sobre tu lado dominante y sujeta las riendas lo más cerca que puedas de la boca del caballo.
    • Jala con la mano dominante con todas tus fuerzas y utiliza todo tu peso corporal apoyándote sobre la silla. De esta manera, jalarás la cabeza del caballo hacia abajo y lo obligarás a detenerse.
    • Debes aflojar el agarre de las riendas en cuanto el caballo se detenga. De lo contrario, te arriesgas a que se caiga y te aplaste.
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    Trata de hacer girar al caballo en círculos. Esto solo funcionará si el animal va lo suficientemente lento, ya que de lo contrario puede resultar muy peligroso. Debes asegurarte de que el caballo no se mueva tan rápido para que gire de manera segura.
    • Acorta dramáticamente la rienda interior y jálala lo más fuerte que puedas. Debes hacer girar al caballo en un círculo pequeño que puedas manejar. En cuanto se maree, debes saltar de la silla sujetando firmemente las riendas.
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    Tuerce la oreja del caballo. Debes utilizar este método como último recurso, ya que podría ser necesario si todo lo demás no funciona. Jala la punta de la oreja hacia la base y estruja el pliegue. Este procedimiento libera hormonas que tranquilizan al caballo. Además, es muy útil en casos de emergencia (por ejemplo, cuando un caballo se queda atascado). Puedes utilizar el mismo principio para crispar su nariz.
    • Inclínate hacia adelante y sujeta una oreja. Luego, dóblala y no la sueltes. No debes realizar este procedimiento de manera directa, ya que el caballo podría tambalearse. Sostén la oreja por un instante (no más de cinco segundos). Luego, suéltala y espera diez segundos. Vuelve a sujetarla por otros cinco segundos y así sucesivamente.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Tomar precauciones antes de que el caballo salga corriendo

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    Hazles saber a otros que vas a dar un paseo. Mejor aún, hasta que no tengas experiencia suficiente como jinete, nunca debes dar un paseo tú solo. Pídele a un jinete experto que te acompañe.[2]
    • Otro jinete puede ayudarte a disminuir la velocidad si el caballo se encuentra fuera de control o puede buscar ayuda si te lastimas durante el paseo.
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    Cabalga con un caballo de confianza. Nunca debes montar un caballo que no está amaestrado o debidamente domado (en especial si no tienes experiencia suficiente como jinete).
    • Siempre debes montar un caballo que se encuentre en tu nivel de habilidad y debes conocer su personalidad antes de cabalgarlo. Algunos caballos sobresalen con facilidad o suelen exagerar sus reacciones al jalar las riendas o al golpearlos levemente sobre los costados.[3] Montar un caballo tranquilo y debidamente probado es la manera más segura de evitar que salga corriendo de manera inesperada.
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    Utiliza un casco. En la equitación (como en cualquier deporte), siempre corres el riesgo de lesionarte sin importar lo cauteloso que seas. El uso de un casco evitará que te lesiones la cabeza si el caballo te arroja al suelo o si tienes que dar un salto de emergencia desde un caballo desbocado. Un estudio afirma que los jinetes que no utilizan cascos tienen cuatro veces más probabilidades de morir debido a lesiones craneales que aquellos que sí los utilizan.[4]
    • Puedes conseguir fácilmente cascos para equitación atractivos si cabalgas al estilo inglés. Aunque es menos común para los jinetes que cabalgan al estilo occidental, los cascos continúan siendo muy importantes para la seguridad. Puedes utilizar un casco al estilo inglés u otro casco aprobado para equitación. Busca las letras ASTM-SEI que indican que el casco ha sido aprobado en materia de seguridad.[5]
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    Nunca envuelvas las riendas alrededor de la mano. Aunque parece que este procedimiento aumenta el agarre y disminuye las probabilidades de caerte, también puedes guiar al caballo con la mano inconexa si se presenta una verdadera emergencia.[6]
    • Sostén las riendas firmemente con una mano y la punta de la silla con la otra. NUNCA debes soltar estos elementos mientras cabalgas.
    • El uso de guantes para cabalgar puede mejorar el agarre de las riendas y disminuir la probabilidad de que se deslicen de las manos.[7]
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    Mantente alerta. De la misma forma en que lo haría mientras conduce un auto, el jinete debe permanecer alerta y ensayar con frecuencia en su mente situaciones hipotéticas de lo que debe realizar en caso de una emergencia. Mientras cabalgas, debes pensar en las medidas que tomarías si el caballo sale corriendo repentinamente en algún punto del paseo.
    • Observa el entorno para detectar rutas seguras. Debes evitar las áreas que resulten peligrosas si el caballo sale corriendo de repente (por ejemplo, evita cabalgar cerca del tráfico vehicular o de los bordes de un precipicio).

Consejos

  • Evita gritar repentinamente o realizar cualquier cosa que pudiera asustar al caballo mientras lo montas.
  • Mantén a los perros u otros animales encerrados para evitar que persigan o alarmen al caballo.
  • Evita cabalgar en áreas en las que se escuchen bocinas, alarmas, fuegos artificiales u otros ruidos repentinos y fuertes.
  • Aunque el tráfico puede asustar a un caballo, si tienes la intención de usarlo en la carretera (si es lo suficientemente tranquilo) trata de acostumbrarlo a la carretera y a los ruidos fuertes, etc.
  • Cuando el caballo esté tranquilo, practica cuidadosamente enseñándole a que te dé el control de su cabeza. Mientras estés montándolo, toma la rienda con la mano dominante y tira suavemente de su cabeza en dirección a los dedos del pie. Mantén esa posición hasta que él mismo decida dejar de girar en círculos y te dé el control de su cabeza, luego deja de tirar de ella en el instante en que lo haga.
  • Usa un chaleco de salto y un chaleco de aire. El chaleco de aire se pone encima del chaleco de salto. Esto evitará que te rompas el cuello, las costillas y que te lastimes los órganos.
  • Compra un RS-Tor Rider Security Aid (apoyo especial para montar con seguridad). Esto te ayudará a controlar al caballo.

Advertencias

  • Si no tienes mucha experiencia como jinete, nunca debes cabalgar solo.
  • Al intentar detener a un caballo desbocado, debes evitar jalar fuerte de un solo lado de las riendas y descuidar el otro. El caballo empezará a girar en un círculo estrecho, lo que hará que tropiece o choque contra un obstáculo. Casi siempre es más seguro saltar del caballo a que este termine cayendo sobre ti.[8]

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Categorías: Caballos