Imagina esto: acabas de tumbarte en la cama tras un largo día y estás intentando dormir cuando de pronto notas que estás con el temible goteo posnasal. Felizmente, existen varias formas de tratarlo en casa y sentirte más cómodo. Por ejemplo, puedes relajarte, abrir los senos paranasales o tomar el medicamento adecuado. Estos remedios caseros para el goteo posnasal aliviarán la irritación y te ayudarán a lograr el descanso que necesitas.

Método 1
Método 1 de 9:
Eleva la cabeza.

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    Duerme con una almohada adicional para evitar la acumulación de moco en la parte posterior de la garganta. ¿Has notado que la garganta se siente obstruida o rasposa al despertarte? Mientras duermes, es posible que se acumule moco en la parte posterior de la garganta. Para sentirte más cómodo, levanta la cabeza con una o dos almohadas adicionales.[1]
    • Si aún te sientes muy incómodo en la cama, duerme en un sillón reclinable hasta que mejore el goteo posnasal.

Método 2
Método 2 de 9:
Utiliza un humidificador.

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    Enciende un humidificador en la habitación de modo que la humedad diluya el moco. Si hay sequedad en tu habitación, el moco en la garganta y las fosas nasales puede espesarse y provocar una congestión incómoda. Para aliviar la presión y facilitar la deglución, enciende un humidificador en la habitación para respirar aire húmedo mientras duermes.[2]
    • No te preocupes si no tienes un humidificador. Toma una ducha caliente antes de acostarte. Inhalar el vapor húmedo puede ayudar a sentirte menos congestionado.

Método 3
Método 3 de 9:
Haz un enjuague salino antes de acostarte.

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    Utiliza una olla neti o una botella exprimible para eliminar parte del exceso de moco. Llena una botella exprimible esterilizada o una olla neti con solución salina tibia. Luego, párate sobre un lavabo e inclina la cabeza en un ángulo de 45 grados. Inhala y vierte lentamente la solución salina en la fosa nasal superior de modo que drene por la inferior. Repite este procedimiento con la otra fosa nasal para limpiar las fosas nasales del exceso de moco.[3]
    • Puedes comprar la solución salina en la farmacia o prepararla tú mismo. Mezcla 1/8 de cucharadita de sal de mesa con 1 taza (250 ml) de agua destilada tibia.

Método 4
Método 4 de 9:
Toma antihistamínicos orales antes de acostarte.

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    Opta por los antihistamínicos si te sientes congestionado. Si la presión incómoda o la obstrucción de los senos paranasales a causa del goteo posnasal te impiden dormir, prueba los antihistamínicos orales como la difenhidramina o la clorfeniramina. Estos estrechan los vasos sanguíneos de la nariz de modo que sea más fácil respirar y sentirse cómodo. También pueden provocar somnolencia.[4]
    • Los antihistamínicos reducen la producción de moco para aliviar el goteo posnasal y por lo general, te dejan somnoliento, así que son excelentes para la noche.
    • Lee las instrucciones de dosificación del fabricante para saber cuánto medicamento debes tomar y con qué frecuencia. La mayoría de los antihistamínicos orales no deben utilizarse por más de 2 o 3 días.

Método 5
Método 5 de 9:
Utiliza un espray nasal medicado unas horas antes de acostarte.

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    Opta por un corticosteroide intranasal en espray para tratar la tos nocturna. Si no puedes dormir en la noche por la tos constante y la congestión, utiliza un espray intranasal 2 horas antes de acostarte. Esto le da al medicamento la oportunidad de empezar a actuar antes de que intentes conciliar el sueño.[5]
    • Busca espráis que contengan fluticasona o triamcinolona para tratar la tos posnasal. Siempre sigue las instrucciones de dosificación del fabricante.

Método 6
Método 6 de 9:
Reserva los descongestionantes para el día.

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    Evita tomar descongestionantes antes de acostarte, ya que pueden ponerte alerta. La mayoría de los descongestionantes contienen pseudoefedrina que abre los senos paranasales tapados. Por desgracia, esta sustancia puede ponerte nervioso o mantenerte despierto, así que solo utilízala durante el día.[6]
    • Lee atentamente los medicamentos sinusales sin prescripción, puesto que algunos contienen combinaciones de antihistamínicos y descongestionantes.
    • Siempre sigue las instrucciones de dosificación del fabricante.

Método 7
Método 7 de 9:
Mantente hidratado y con agua a la mano.

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    Calma la garganta y controla la tos nocturna. Con suerte, no te despertarás con tos o la garganta rasposa. Pero de ser así, lleva un vaso de agua a la mesita de noche. El agua puede detener la tos de forma temporal y ayudar a eliminar el moco atrapado en la parte posterior de la garganta.[7]
    • También mantente hidratado durante todo el día. Toma agua, té descafeinado o jugo para mantener el moco en movimiento. Si la garganta se seca, podría empezar a sentirse rasposa.

Método 8
Método 8 de 9:
Coloca todo lo que necesites al lado de la cama.

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    Coloca todo lo que calma el goteo postnasal junto a la cama para no tener que levantarte en la noche. Ya es bastante malo que te despiertes con tos o la garganta irritada, así que facilítate las cosas manteniendo agua, pastillas para la tos, pañuelos desechables o analgésicos junto a la cama.[8]
    • Ten disponible una lámpara de noche o una luz pequeña para poder ver el medicamento.

Método 9
Método 9 de 9:
Trata de relajarte unas horas antes de dormir.

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    Minimiza el tiempo que pasas frente a la pantalla y haz una actividad relajante antes de dormir. Aún sin el goteo posnasal, es difícil dormir si estás frente a la pantalla de la computadora o el televisor y escuchas música alta, ya que esto te mantiene con energías. Para dormir bien, evita la pantallas unas horas antes de dormir y haz una actividad relajante como escribir un diario, hacer yoga o leer.[9]
    • Omite la cafeína y el alcohol para no mantenerte alerta cuando estés intentando conciliar el sueño.

Consejos

  • Busca un producto sinusal que combine un descongestionante con un antihistamínico.

Advertencias

  • Evita mezclar medicamentos, puesto que pueden interactuar y provocar efectos secundarios.
  • Consulta con el médico en caso de presentar fiebre, moco con sangre, dificultad para respirar o moco maloliente.[10]

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Categorías: Gripe y resfriado