Rhea pennata garleppi

El suri cordillerano o ñandú cordillerano (Rhea pennata garleppi),[2] es una de las 3 subespecies que componen la especie Rhea pennata, del género Rhea, enormes y pesadas aves no voladoras exclusivas de América del Sur. Esta subespecie habita en regiones áridas o semiáridas del centro-oeste de Sudamérica.

Rhea pennata garleppi

Rhea pennata garleppi en Salta, Argentina
Estado de conservación
Casi amenazado (NT)
Casi amenazado (UICN 3.1)[1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Struthioniformes
Familia: Rheidae
Género: Rhea
Especie: R. pennata
Subespecie: R. p. garleppi
Chubb, 1913
Distribución

alt=*  ██ Rango geográfico de Rhea pennata garleppi.
*  ██ Nota: 1. Población todavía pendiente de asignación entre R. p. garleppi o R. p. pennata.
* ██ Rango geográfico de Rhea pennata garleppi.

  • ██ Nota: 1. Población todavía pendiente de asignación entre R. p. garleppi o R. p. pennata.
Sinonimia
  • Pterocnemia pennata garleppi
  • Pterocnemia tarapacensis garleppi
  • Pterocnemia tarapacensis
  • Rhea tarapacensis
  • Rhea tarapacensis garleppi

Nombres vulgares

También es conocido como avestruz cordillerano, ñandú puneño, ñandú de la cordillera, ñandú petiso de la Puna, ñandú de la Puna, ñandú petizo de la cordillera o ñandú cordillerano.

Distribución y hábitat

R. p. garleppi se distribuye en áreas altiplánicas y mesetas desde Perú, pasando por Bolivia, hasta el Noroeste argentino.

En Perú

En el Perú se encuentra en áreas puneñas del sudeste del país, en los departamentos de:[3][4]

  • Moquegua, en una superficie de 457 311 ha.
  1. Provincia de Mariscal Nieto (298 828 ha)
  2. Provincia de General Sánchez Cerro (158 483 ha)
  • Puno, en una superficie de 459 632 ha.
  1. Provincia de El Collao (288 342 ha)
  2. Provincia de Puno (109 758 ha)
  3. Provincia de Chucuito (61 532 ha)
  • Tacna, en una superficie de 391 115 ha.
  1. Provincia de Candarave (155 014 ha)
  2. Provincia de Tarata (130 414 ha)
  3. Provincia de Tacna (105 687 ha)

En Bolivia

En Bolivia habita en el sudoeste, en los departamentos de: La Paz, Oruro, y Potosí.[3][5]

En Argentina

En Argentina posee la distribución más extensa y las poblaciones remanentes más numerosas, encontrándoselo en el noroeste del país.[6][7]

Habita en las provincias de:[3]

  • Jujuy; en los departamentos de:
  1. Cochinoca,
  2. Humahuaca,
  3. Rinconada,
  4. Santa Catalina,
  5. Susques,
  6. Tumbaya,
  7. Yavi.
  • Salta; en los departamentos de:
  1. La Poma,
  2. Los Andes,
  3. Molinos.
  1. Tafí del Valle.
  1. Antofagasta de la Sierra,
  2. Belén,
  3. Tinogasta.
  1. Coronel Felipe Varela,
  2. General Lamadrid,
  3. Independencia,
  4. Vinchina.
  1. Calingasta,
  2. Iglesia,
  3. Jáchal,
  4. Valle Fértil.
  1. Las Heras
  2. Luján de Cuyo.

Falta confirmar la identidad de la población de ñandúes petisos que habita en la zona de la laguna del Diamante en el departamento San Carlos (ubicada a 34°09′S 69°41′O), a una altitud de 3300 m s. n. m., pues podrían ser los grupos más australes de Rhea pennata garleppi o los más septentrionales de Rhea pennata pennata.[3]

El taxón pudo haber tenido una distribución aún mayor, a juzgar por los fragmentos de cáscaras de huevos[n. 1][8] encontrados en el sitio arqueológico Arroyo Talainín 2, localizado en el sector occidental del valle de Salsacate, a 1030 m s. n. m., próximo al paraje Cañada de Salas, en la provincia de Córdoba, con dataciones entre los 1000-700 AP; aunque no fue posible asignarlos a la subespecie R. p. pennata o a R. p. garleppi.[9]

Vive en planicies y lomadas de las mesetas del altiplano andino, región ubicada en el área central de la cordillera de los Andes, así como en bolsones y valles áridos a menor altura, con vegetación del distrito fitogeográfico del Monte de Sierras y Bolsones de la Provincia fitogeográfica del Monte, y sectores de la provincia fitogeográfica Prepuneña. Habita en altitudes comprendidas entre los 1500 y los 4500 m s. n. m.

Taxonomía

Esta subespecie fue descrita originalmente por Charles Chubb en el año 1913. Su localidad tipo es: «Esperanza, Bolivia, a 4000 msnm».[10]

Algunos autores han sugerido que los dos taxones del norte —ambos descritos por Charles Chubb en 1913— (R. p. tarapacensis y R. p. garleppi) deberían ser considerados una especie separada del taxón austral ( R. p. pennata), quedando R. t. tarapacensis como la subespecie típica y R. t. garleppi como una subespecie del anterior. También se ha propuesto que R. p. garleppi pase a la sinonimia de R. p. tarapacensis.[11][12]

La especie en su conjunto, al ser similar en aspecto y estructura al ñandú grande o común (Rhea americana), se la asigna al mismo género: Rhea. Para algunos autores, sobre la base de las diferencias entre ambas especies, merecen ser consideradas como géneros independientes, incluyendo a los taxones andino-patagónicos en el género Pterocnemia,[13] según la clasificación de George Grayen el año 1871.[14]

Descripción

Es un ave de unos 90 a 100 cm de longitud (medida entre la punta del pico y la punta de la cola),[15] con pesos que van desde los 15 a los 28,6 kg. Tiene una cabeza pequeña, al igual que su pico, de color pardo-córneo, el que mide entre 6,2 a 9,2 cm. Como contraparte, su cuello y patas son largos, estás últimas le permiten alcanzar velocidades en carrera de hasta 60 km/h. La parte superior de su tarso es emplumada.

Su coloración es gris pardo a castaño con moteado blanco.[16] La coloración es idéntica en ambos sexos, pero las hembras son ligeramente más pequeñas. Las crías nacen con un color blanco amarillento y adquieren el moteado de los adultos al año; son maduros sexualmente a los 2 años de edad.

Rhea pennata garleppi se diferencia con respecto a Rhea pennata pennata por ser ligeramente menor, por poseer patas más cortas, y mostrar una coloración más gris en el dorso, por tener más ocre la cabeza y el cuello, y por tener largos plumones escapulares, los que, al igual que las cubiertas, son más oscuros, con contrastantes ápices de color blanco (más limitados que en el taxón austral). Los juveniles suelen no mostrar estas puntas blancas. El tarso tiene, en su parte frontal, de 8 a 10 placas horizontales, denominadas técnicamente: escutelaciones.[17]

El descriptor de las formas R. p. garleppi y R. p. tarapacensis señala que las diferencias entre ellas son que la primera muestra la cabeza y cuello de un color isabelino sucio, mientras que en la segunda es gris ceniciento; además el plumaje del dorso en la primera es pardo-grisáceo, y en la segunda es pardo-rojizo.[3]

Costumbres

Hábitos

Fuera de la estación de cría, viven en grupos de 5 a 30 aves, de diferentes sexos y edades.

Alimentación y predadores

Su dieta se basa principalmente de hojas de arbustos, y hierbas como gramíneas, juncáceas, y ciperáceas. Es complementada con alimentos de origen animal: insectos, arácnidos, pequeños vertebrados.

Si bien, en comparación con otros ratites, posee alas bien desarrolladas, es incapaz de volar, pero lo compensa con ser un gran corredor, lo que le permite huir de sus predadores, en especial el puma (Puma concolor concolor y Puma concolor cabrerae). Del zorro colorado puneño el adulto se defiende con sus afiladas garras que presentan los dedos de sus patas —un arma muy eficaz—, aunque ese cánido suele capturar más fácilmente a las crías.

Reproducción

Cada macho dominante posee un pequeño harén con varias hembras, a las que defiende de otros machos mediante duras batallas. Estas hembras colocan, de manera polígama, de 20 a 30 huevos junto al nido; luego el macho los agrupa y finalmente solo él los incuba. En este periodo, el macho se torna muy agresivo. Los polluelos son nidífugos, y a los pocos minutos siguen a su padre, quien también es el único encargado de sus cuidados.

Historia y estado de conservación

Los relatos de los conquistadores españoles señalan que en la época del Imperio incaico, el taxón era propiedad del estado incaico, por lo que la colecta de sus huevos, y su caza estaba prohibida. Su plumaje solo podía adornar las vestimentas de la familia real. Esta protección hacía que la especie fuera abundante, presentándose en grupos de 100 a 120 suris.

En el siglo XXI, las principales amenazas para este taxón lo constituyen la recolección de sus huevos —con fines alimenticios—, y la caza indiscriminada con el fin de obtener su cuero, plumas, carne (baja en colesterol), y grasa (empleada con fines medicinales).[18]

Este taxón, al igual que su par que también vive en el norte, ha sufrido una drástica disminución poblacional, lo que lo ha puesto en grave peligro de extinción. Es particularmente cazado por las comunidades indígenas, las cuales en su hábitat están representadas por comunidades aimarás.

Como el ambiente arbustivo-estepario ofrece un mínimo volumen forrajero, para esta subespecie es fundamental la oferta alimentaria que ofrecen los limitados bofedales altiplánicos, pero allí sufre la competencia con el ganado doméstico y la creciente población de vicuñas.

Esta subespecie está incluida en el apéndice I del CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), por lo que el comercio de individuos o sus partes, se permite solo en circunstancias excepcionales.

En el Perú, el taxón es considerado en peligro crítico. El primer censo de los ejemplares peruanos arrojó un total de 447 suris, los que viven en una superficie de 10 849 km². En Moquegua viven 186 suris en un territorio de 3315 km²; en Tacna 157 suris en 3488 km²; finalmente en Puno habitan 104 suris en 4046 km². Las localidades con mayores concentraciones de suris fueron Carumas (Moquegua), Mazo Cruz (Puno), y Palca (Tacna). Dos criaderos se han creado para multiplicar a este taxón: el de la ONG Mallku, y el Centro de Rescate de Humajalso-PELT, en Puno.

Para su protección se ha conformado la «Red Peruana para la Conservación del suri», integrada por las gerencias de recursos naturales de las tres regiones, sus municipalidades, universidades, ONG`s, investigadores, Proyectos Especiales, comunidades de su hábitat, e Inrena (Instituto Nacional de Recursos Naturales).[19]

Véase también

Notas

  1. Es posible la determinación taxonómica de fragmentos de cáscaras de huevos de ambas especies de Rheidae vivientes mediante el método de cuantificación de poros en áreas de 1 cm² pues los de Rhea pennata presentan de 36 a 63 poros/cm², mientras que los de Rhea americana presentan de 72 a 108 poros/cm².

Referencias

  1. BirdLife International (2012). IUCN, ed. «Rhea pennata». 2012.1 (en inglés). Archivado desde el original el 13 de noviembre de 2012. Consultado el 6 de diciembre de 2012.
  2. Clements, James (2007). «The Clements Checklist of the Birds of the World (6 ed.)». Cornell Lab of Ornithology (en inglés). Ithaca, NY: Cornell University Press. ISBN 978-0-8014-4501-9. Archivado desde el original el 13 de diciembre de 2009. Consultado el 6 de diciembre de 2012.
  3. Chébez, Juan Carlos (2008). Los que se van - Tomo 2: Aves. Fauna argentina amenazada (1ª edición). Buenos Aires: Albatros. p. 416. ISBN 978-950-24-1255-9.
  4. Díaz Gacitúa, Miguel A.; Cardozo Rojas, César (2007). Miguel Díaz Gacitúa - César Cardozo Rojas, ed. Plan Nacional de Conservación del Suri, Pterocnemia pennata tarapacensis (Chubb, 1913), en Chile. Organización de la red internacional de conservación del suri en la puna americana. Santiago, Chile: Corporación Nacional Forestal, CONAF. p. 73.
  5. Rocha O., O.; Quiroga, C. 1996. Aves. In: Ergueta, S.; de Morales, C. (ed.), Libro Rojo de los vertebrados de Bolivia, pp. 95-164. Centro de Datos para la Conservación, La Paz.
  6. de la Peña, Martín (2012). Andrés A. Pautasso, ed. Citas, observaciones y distribución de Aves Argentinas. Informe preliminar. Serie: Naturaleza, Conservación, y Sociedad Nº7 (1ª edición). Santa Fe, Argentina: Ediciones Biológica. p. 770. ISBN 978-987-27043-6-0.
  7. J. L. Cajal (1988) The Lesser Rhea in the Argentine Puna Region: present situation.
  8. Apolinaire, E.; Turnes L. (2010). Diferenciación específica de Reídos a partir de fragmentos de cáscaras de huevos. Su aplicación en sitios arqueológicos del Holoceno Tardío. en: Berón, M.; Luna, L.; Bonomo,M.; Montalvo, C.; Aranda, C. & Carrera Aizpitarte,M. (eds.): Mamül Mapu: pasado y presente desde la Arqueología Pampeana. Ayacucho, Buenos Aires: Libros del Espinillo. pp. 215-222.
  9. Medina, Matías E.; C. Acosta Hospitaleche, L. Turnes, E. Apolinaire, & S. Pastor (2011). «Huevos de Rhea pennata en el Holoceno Tardío de la provincia de Córdoba (Argentina): implicaciones ambientales, zoogeográficas y arqueológicas». Archaeofauna (20): 157-169.
  10. Chubb, Charles (1913) Bulletin of the British Ornithologists' Club (BBOC) nº33. p.79.
  11. «Lesser Rhea (Pterocnemia pennata)». The Internet Bird Collection (en inglés). Consultado el 6 de diciembre de 2012.
  12. Hellmayr C. E. (1932). Birds of Chile. Field Museum Natural History Publications 308 (Zoological Series) 19: 1-472.
  13. «Rhea pennata garleppi». Avibase (en inglés). Consultado el 6 de diciembre de 2012.
  14. «Pterocnemia pennata». Consultado el 6 de diciembre de 2012. «ITIS ».
  15. Tala, Charif; Sofía Guerrero, Reinaldo Avilés y Miguel Stutzin. Especies Amenazadas de Chile: Protejámoslas y evitemos su extinción. Departamento de Protección de los Recursos Naturales, CONAMA. ISBN 978-956-7204-29-8. «67: Suri ».
  16. Josep del Hoyo, Andrew Elliott, & Jordi Sargatal, ed. (1992). Handbook Of The Birds Of The World Vol. 1: Ostrich to Ducks (en inglés) (1ª edición). Barcelona, España: Lynx Edicions. pp. 696. ISBN 978-84-87334-10-8. Consultado el 6 de diciembre de 2012.
  17. Narosky, Tito; Darío Yzurieta (2010). Aves de Argentina y Uruguay, Guía de identificación /Birds of Argentina & Uruguay, a Field Guide (en español/inglés) (16ª edición). Buenos Aires: Vázquez Mazzini editores. p. 432. ISBN 978-987-9132-27-2.
  18. Chébez, Juan Carlos (2009). Otros que se van. Fauna argentina amenazada (1ª edición). Buenos Aires: Albatros. p. 552. ISBN 978-950-24-1239-9.
  19. de la Cruz, Fátima (18 de octubre de 2008). Ciberjure: Portal Jurídico Peruano, ed. «Perú:Primer censo nacional del Suri». Consultado el 9 de diciembre de 2012.

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