Abadía de Jumièges
La abadía de Jumièges fue una abadía o monasterio benedictino de Normandía, hoy en ruinas, en la localidad de Jumièges (departamento de Seine-Maritime, actual Francia).
Abadía de Jumièges | ||
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monumento histórico clasificado monumento histórico clasificado y monumento histórico clasificado | ||
Localización | ||
País | Francia | |
División | Jumièges | |
Coordenadas | 49°25′55″N 0°49′09″E | |
Información religiosa | ||
Culto | catolicismo | |
Orden | Orden de San Benito | |
Fundación | siglo XI | |
Demolición | 1947 | |
Datos arquitectónicos | ||
Estilo | arquitectura románica | |
Año de inscripción | 15 de enero de 1918, 26 de diciembre de 1921 y 21 de octubre de 1947 | |
Historia
Se fundó en el año 654, en una zona boscosa perteneciente al fiscus[1] real, por donación del rey Clodoveo II y la reina Batilda de Ascania a San Filiberto,[2] un noble franco que había sido compañero de los santos Ouen y Wandrille en la corte merovingia de Dagoberto I. Filiberto fue el primer abad, y Balthilda añadió "muchas donaciones y pastos del fiscus real",[3] pero fue obligado posteriormente a abandonar a causa de "los celos" de ciertos enemigos, pasando un periodo de exilio de Neustria en la corte del obispo Ansoaldo de Poitiers;[4] tras lo cual fundó monasterios en Pavilly, Montivilliers y Noirmoutier,[5] donde murió hacia 685. Entre los inspirados por su ejemplo estuvo el monje irlandés Sidonius, que fundó el monasterio de Saint-Saëns.
Bajo el segundo abad, San Achard, Jumièges prosperó hasta contar con mil monjes.
En el siglo IX fue saqueado y quemado hasta los cimientos por los vikingos, pero se reconstruyó a mayor escala por el duque Guillermo I de Normandía.[6]
En 1067, con presencia de Guillermo el Conquistador, se consagró una nueva iglesia abacial.
Disfrutando del patronazgo de los duques de Normandía, la abadía llegó a ser un gran centro religioso y educativo, y en sus escuelas, entre otros maestros, estuvo el historiador nacional Guillermo de Jumièges. Alcanzó el cénit de su fama en torno al siglo XI, considerándose modelo de todos los monasterios de la provincia. Era especialmente renombrada por su caridad hacia los pobres, llevando el nombre popular de Jumièges l'Aumônier.
La iglesia se amplió en 1256, y se volvió a restaurar en 1573. Los abades de Jumièges tomaron parte en todas las grandes asuntos de Iglesia y Estado. Uno de ellos, Robert Champart, llegó a ser arzobispo de Canterbury en 1051, tras ser obispo de Londres. Muchos otros llegaron a ser obispos de distintas diócesis francesas, y algunos alcanzaron la dignidad cardenalicia.
La fortuna de la abadía decayó durante la Guerra de los Cien Años, con la invasión inglesa del siglo XV, pero se recobró y mantuvo su prosperidad hasta que toda la región fue devastada por los hugonotes durante las Guerras de religión. En 1649, bajo el abad Francis III, Jumièges fue transferida a la Congregación de San Mauro, que restauró parte de su antigua grandeza.
Durante la Revolución francesa terminó su existencia como monasterio, quedando sólo sus ruinas, que comprenden la iglesia, con sus torres gemelas y fachada occidental, y partes del claustro y biblioteca, cuyo contenido se trasladó a Rouen cuando se disolvió la abadía. En medio del antiguo claustro permanece un tejo de quinientos años. Una galería del claustro fue comprada por Lord Stuart de Rothesay que la reconstruyó en el Highcliffe Castle (cerca de Bournemouth, en Dorset).[7]
El novelista francés Roger Martin du Gard, ganador del premio Nobel, dedicó su disertación al estudio arqueológico de las ruinas.[8]
Véase también
- Arquitectura merovingia
- Monasterios merovingios
Notas
- Under the Merovingians and Carolingians, the fisc (from Latin fiscus, whence we derive "fiscal") applied to the royal demesne which paid taxes, entirely in kind, from which the royal household was meant to be supported, though it rarely was. Though their personal territory was at first enormous, the Merovingian kings, faced with stiff resistance to taxation from their Frankish and Gallo-Roman subjects and ill-served by their illiterate peers, relied on constant conquests to renew the fisc which they were in the habit of granting away to ensure continued fidelity among their followers. Once fresh Frankish conquests were no longer forthcoming, constant redivision of the "fisc" among heirs reduced Merovingian kingship to a cluster of competitive kinglets subsisting on inadequate resources. Annual contributions in kind, of grain, produce, fodder, etc., were unwieldy to transport and not easily convertible, so the restless habit of Merovingian kings moving from stronghold to stronghold was constantly encouraged. As time passed, "fisc" began to refer to money any Frankish knight had direct control over and would carry with him. Eventually, "fisc" referred to any knight's money holder.
- Vita Filiberti, ch. 6, noted in Paul Fouracre, Richard A. Gerberding, Late Merovingian France: Vita Domnae Bathildis, ch. 8.
- Vita Domnae Balthildis, ch. 8.
- Friedrich Prinz, Frühes Mönchtum in Frankreich, 131f, noted in Fouracre and Gerberding.
- Vita Filiberti.
- R. Allen Brown, The Normans and the Norman Conquest, (The Boydell Press, 1994), 21.
- Harris, John (2007). Moving Rooms: The Trade in Architectural Salvages. New Haven: Yale University Press. pp. 60-63. ISBN 9780300124200.
- Martin du Gard, Roger L'Abbaye de Jumièges (Seine-Inférieure): étude archéologique des ruines Montdidier: Impr. administrative et commerciale Grou-Randenez, 1909.