Adoquín del Pilar
Historia
Sus orígenes se remontan al año 1928, en Calatayud, cuando don Manuel Caro, un exitoso empresario de la época y fundador de Industrias CARO S.L. los inventó.[1]
Características
Se trata de un caramelo de grandes dimensiones (aunque se vende en distintos tamaños) que puede alcanzar 500 g de peso. De ahí su nombre. Puesto que no cabe en la boca, se necesitan un martillo y varias horas para poder acabarlo. Los hay de distintos sabores: naranja, fresa, limón y anís.[2]
La parte exterior del envoltorio siempre tiene una imagen de la Virgen del Pilar sobre fondo blanco, con los extremos con tela a cuadros negros y de color, semejando un cachirulo mientras que en el interior aparece la letra de tres jotas aragonesas populares, habitualmente cómicas, las clásicas jotas de picadillo.
Cuando te ronde esta noche
- échame una clavelina,
- pero procura que sea
- sin maceta, prenda mía.
Tampoco faltan las más emotivas
Cuando oyes cantar la jota
- y estás lejos de Aragón
- es un dardo que penetra
- dulcemente en el corazón.
Véase también
Referencias
- enciclopedia-aragonesa.com. «Adoquines de Calatayud - Página de voz - Gran Enciclopedia Aragonesa OnLine» (HTML). Archivado desde el original el 6 de septiembre de 2011. Consultado el 31 de marzo de 2010.
- Chocolates Caro. «Adoquines del Pilar - Chocolates Caro» (HTML). Consultado el 4 de noviembre de 2015.