Alfonso Gorroñogoitia González
Alfonso Gorroñogoitia González (Mondragón, Guipúzcoa, España; 25 de octubre de 1924 - ibid.; 6 de septiembre de 2019) fue uno de los cinco fundadores en 1956 de la primera empresa industrial cooperativa de la Corporación Mondragon.[1]
Alfonso Gorroñogoitia González | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento |
25 de noviembre de 1924 Mondragón (España) | |
Fallecimiento | 7 de septiembre de 2019 (94 años) | |
Biografía
Alfonso Gorroñogoitia nació en Mondragón (Guipúzcoa) el 25 de octubre de 1924. Sus padres fueron José y Prudencia. Se casó con Mª Purificación Iturbe el 23 de mayo de 1953, y tuvieron cuatro hijos.[2]
En octubre de 1939 entró en la empresa más grande de Mondragón y de todo el Valle del Alto Deva, la Unión Cerrajera S.A., a través de su Escuela de Aprendices, donde conoció a los dos años como profesor al Padre José María Arizmendiarrieta, el ideólogo y promotor de las cooperativas. Compaginando siempre en formación dual el trabajo con los estudios, completó los cursos de Maestría Mecánica en 1942. Fue uno de los once alumnos seleccionados por Arizmendiarrieta para proseguir sus estudios en la nueva Escuela Profesional de Mondragón, examinándose por libre en la Escuela de Peritos Industriales de Zaragoza, donde en 1952 obtuvo el título de Perito Industrial Electricista. Para completar su formación, en los meses de verano de 1965 y 1966 participó con otros directivos cooperativistas en cursos especiales de Ciencias Empresariales, impartidos por profesores de la Facultad de Sarriko de Bilbao de la Universidad del País Vasco.[2]
Trayectoria profesional
Desde 1939 a 1956 trabajó en Unión Cerrajera de Mondragón, accediendo a Jefe del Taller de Electricidad. Salió de la Unión Cerrajera el mes de septiembre de 1956 para iniciar la constitución de ULGOR (denominada luego Fagor Electrodomésticos) donde desde 1956 a 1962 fue el Jefe del Dpto. de Semiconductores.
Desde 1959 a 1983, fue el Presidente del Consejo Rector de ULGOR. De 1965 a 1989, Presidente del Consejo General del Grupo Fagor, Desde 1961 a 1989, Presidente de Laboral Kutxa. De 1987 a 1991 Presidente del Congreso de la Corporación Mondragon, y desde 1991 hasta su jubilación, Asesor de la Corporación Mondragon.[3]
Asimismo, fue el Presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo Asociado de Euskadi, y miembro del Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi.[4]
Aportación cooperativa
Su legado hacia la Corporación fue eminentemente social más que ejecutiva, basado en sus prolongados períodos de presidencia en Ulgor/Fagor y Laboral Kutxa, siempre con fidelidad y lealtad tanto a José María Arizmendiarrieta como a los principios cooperativos. Cada cuatro años era elegido, con gran respaldo de los Consejos Sociales, para seguir de presidente, debido a su altura moral y sus planteamientos sociales y empresariales.[5]
A partir de este modelo de actuación, Gorroñogoitia tuvo a mano los recursos básicos para realizar en el cooperativismo una labor pedagógica que aún subsiste en los textos, hábitos y criterios que se siguen para celebrar las reuniones de los Consejos Sociales y las Asambleas Generales. Las preparaba con minuciosidad, y en ellas, antes de las votaciones para aprobar los cierres y las previsiones de los ejercicios económicos, explicaba con enorme paciencia y en una labor docente, a veces durante 6 o 7 horas, los más complejos detalles sin desfallecer en el ejercicio de su responsabilidad. No cambiaba el ritmo de su mensaje, ni aceleraba el paso ante los temas más administrativos. La consistencia de su prestigio personal se cimentó en que siempre se tomó en serio sus cargos, y nunca defraudó en la aplicación sistemática de su fidelidad a la norma, al respeto a su auditorio, y a la democracia cooperativa.[5]
Hombre cercano, a pesar de ocupar durante muchos años las presidencias las dos cooperativas más importantes, religioso, montañero, popular en las calles de Mondragón donde chiquiteaba con sus amigos de siempre. Repetía el modelo de hombre fiel, asequible y de costumbres sencillas en su vida cotidiana. Era conocida la frase de los cooperativistas de base ante cualquier problema o votación “¿Y Gorroño, qué dice?”
Su estilo de presentar la gestión con transparencia y gran veracidad, y de analizarla en sus virtudes y en sus vicios, ha sido una de las herencias que más han dignificado el modelo democrático de la organización cooperativa de Mondragón. Trabajador infatigable, pensaba como Arizmendiarrieta que el trabajo era la gran oportunidad del cooperativismo: “Sólo el trabajo engendra virtud, y solo la virtud engendra el honor.”[5]
Véase también
Referencias
- Ormaetxea, Jose Maria (1991). La experiencia cooperativa de Mondragón. Azatza. p. 185.
- Leibar, Juan; Azkarate, Joxemi (1993). Historia de Eskola Politeknikoa José M.ª Arizmendiarrieta. Laboral Kutxa. p. 165. ISBN 84-606-1940-0.
- Ormaetxea, Jose María (1997). Orígenes y claves del Cooperativismo de Mondragon. Saiolan - Laboral Kutxa. p. 88.
- Molina, Fernando (2006). Fagor Electrodomésticos (1956-2006). Historia de una experiencia cooperativa. Laboral Kutxa. p. 337, 357. ISBN 84-689-7392-0.
- Leibar, Juan; Ormaetxea, Jose Maria (1993). Textos básicos de Otalora. Capítulo II - Dn. José María Arizmendiarrieta y sus colaboradores. Otalora. p. 91. ISBN 9788488125088.