Almágena
La almágena o almájena, en alfarería y cerámica, es un amplio recipiente en forma de «tronco de cono invertido»,[1] similar a un lebrillo o pila, utilizado para diversos procesos alfareros. También se llama así al «mortero de mármol o vasija para machacar vidrio, en la preparación de los vidriados».[2][3]
Usos y localización
Aplicado a morteros y vasijas para la preparación de barnices, es término habitual en la tradición alfarera de Sevilla y Málaga. En los alfares de Triana, la almájena era la pila para guardar el almajo o almarjo (‘barrilla de Sevilla’),[lower-alpha 1] también conocida como barilla.[2]
En la definición del arqueólogo Caro Bellido, se completa la descripción indicando que la almágena servía para ‘lavar las piezas alfareras con arcilla muy líquida tintada con almagre’, o sumergirlas en los distintos esmaltes en el proceso conocido como ‘baño de vedrío’ o vidriado.[1] Y, siempre en el ámbito de la alfarería andaluza, también se ha usado para diluir el plomo molido,[4] y como «recipiente para guardar los pigmentos preparados».[5] En Talavera de la Reina, sin embargo, a la almágena se le llama "alcancía".[2]
Origen del término
José Gestoso y Pérez, glosando una serie de utensilios alfareros como el albañal, el alcabile, el alcatife o el almalluque (por citar solo el inicio de una larga relación), escribía en 1903 en su Historia de los Barros vidriados sevillanos desde sus orígenes hasta nuestros días,[6] que almágena es término procedente del árabe «al-maharis» (el mortero de mármol), o bien de «al-mihras» (el instrumento para machacar); y recogía su uso en Málaga y Sevilla, anotando como grafías sinónimas: almagena, almágena, almajena, almáxena.[3]
Notas
- Especialmente la «Salsola soda», que se recolectaba en las marismas del río Guadalquivir y cuyas cenizas servían «como fundente o como modificador de vitrificación en los esmaltes o los colores cerámicos».
Referencias
- Caro, 2008, p. 31.
- «Almágena». retabloceramico.net. Consultado el 21 de septiembre de 2017.
- «Almágena (en Glosarios)». diccionariosdigitales.net. Archivado desde el original el 21 de septiembre de 2017. Consultado el 21 de septiembre de 2017.
- Carretero y Ortiz, 2001, p. 14.
- Seseña, 1997, p. 326-331.
- Gestoso, José (1903). Archer M. Huntington, ed. Historia de los Barros vidriados sevillanos desde sus orígenes hasta nuestros días. bibliotecavirtualdeandalucia (1995 edición). Sevilla: Tipografía La Andalucía Moderna /Ayuntamiento de Sevilla. ISBN 9788486810573. Consultado el 21 de septiembre de 2017.
Bibliografía
- Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. ISBN 84-96191-07-9.
- Carretero, Andrés; Ortiz, Cármen (2001). Junta de Andalucía, ed. El vientre de barro. Sevilla: Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. ISBN 8482662562. Consultado el 20 de enero de 2016.
- Llorens Artigas, José; Corredor Matheos, José (1982). Cerámica popular española. Barcelona: Editorial Blume. ISBN 9788470311451. Archivado desde el original el 5 de marzo de 2016.
- Seseña, Natacha. Cacharrería popular (1997 edición). Madrid: Alianza Editorial. ISBN 84-206-4255-X.