Anexo:Encíclicas de Juan XXIII

El papa Juan XXIII promulgó ocho encíclicas durante sus cinco años de mandato como papa de la Iglesia católica, desde su elección el 28 de octubre de 1958 hasta su muerte el 3 de junio de 1963. Dos de sus encíclicas, Mater et Magistra y Pacem in Terris, son consideradas las más importantes.[1][2] Una encíclica papal es una carta enviada por el papa dirigida a los obispos católicos de un lugar en particular o para todo el mundo.[3][4] Muchas encíclicas sirvieron para denunciar errores, señalar amenazas a la fe y a la moral, exhortar prácticas, o proporcionar información para las generaciones presentes y futuras de los peligros a la iglesia. La autoridad de la encíclica varía en función de las circunstancias y no es necesariamente ex cathedra (o infalibilidad papal).[5] El título de una encíclica papal se toma usualmente de sus primeras palabras.[6]

La primera encíclica del papa Juan XXIII, Ad Petri Cathedram, se publicó ocho meses después de su pontificado y no es un documento, ni un argumento doctrinal social. En lugar de ello, miró a la verdad, la unidad, la paz y la familiaridad con distintiva preocupación.[6] El segundo, Sacerdotii Nostri Primordia, conmemoró el centésimo aniversario de la muerte de San Juan Vianney, mientras Grata Recordatio considera el uso del Rosario. Princeps Pastorum, su cuarto encíclica, utilizó el versículo 1 Pedro 5:4 como texto bíblico y celebra las misiones católicas.

Mater et Magistra, la quinta encíclica, llevó adelante las ideas de León XIII expuestas en Rerum Novarum (1891), que se había publicado 70 años antes, y de Pío XI Quadragesimo Anno (1931). Considera la ética social, y su aspecto más importante, la aplicación de la ley natural, a la comunidad internacional.[7] Es uno de las encíclicas más extensas, con más de 25.000 palabras.[8] La sexta encíclica, Aeterna Dei Sapientia, conmemora la muerte del Papa León I y llama a la unidad dentro de la cristiandad con respecto a los movimientos externos, como el comunismo y el secularismo.[9] La penúltima encíclica, Paenitentiam Agere, considera la penitencia y el por entonces próximo Concilio Vaticano II. Finalmente, la última encíclica de Juan XXIII, Pacem in Terris, fue escrita dos meses antes de su muerte. Es bastante extensa -con más de 15.000 palabras- y es la primera en la historia que se ha dirigido a «todos los hombres de buena voluntad» y no sólo los obispos y laicos de la Iglesia católica. Fue señalada como «uno de los documentos más profundos e importantes de nuestra época».[10]