Argos (perro de Odiseo)

En la Odisea, Argos (Ἄργος / Árgos) es el nombre del perro de Odiseo, rey de Ítaca.[1]

Argos

Louis-Frédéric Schützenberger (1825 - 1903): Regreso de Ulises (Retour d'Ulysse, 1884).
Información biológica
Especie Perro doméstico
Sexo Macho
Información biográfica
Propietario Odiseo
Nacimiento II milenio a. C.
Ítaca
Fallecimiento II milenio a. C.
Ítaca

Argos aparece en el canto XVII, cuando Odiseo regresa a Ítaca luego de luchar en la Guerra de Troya y deambular por el mar, tras veinte años de ausencia. Odiseo, para enfrentarse mejor a sus enemigos, aparece con sus facciones disimuladas por Atenea y disfrazado de mendigo, de manera que nadie lo reconozca. Pero Argos, enfermo y descuidado, sí lo conoce y lo saluda trabajosamente con la cola. Odiseo, enterado de la fidelidad de su perro y de su estado actual, pero imposibilitado de responder el saludo para no quedar en evidencia, derrama una lágrima y sigue su camino. El perro, cumplida su misión de esperar veinte años a su amo, muere a sus pies.[1]

Después de diez años luchando en Troya, seguidos de diez años más luchando por llegar a casa a Ítaca, Odiseo finalmente llega a su tierra natal. En su ausencia, los imprudentes pretendientes se han apoderado de su casa con la esperanza de casarse con su esposa Penélope. Para volver a entrar en secreto a su casa y finalmente lanzar un ataque sorpresa contra los pretendientes, Odiseo se disfraza de mendigo, y solo su hijo Telémaco se entera de su verdadera identidad. Cuando Odiseo se acerca a su casa, encuentra a Argos acostado descuidado en un montón de estiércol de vaca, infestado de pulgas, viejo y muy cansado. Este es un fuerte contraste con el perro que Odiseo dejó atrás; Argos era conocido por su velocidad y fuerza y sus habilidades superiores de rastreo. A diferencia de todos los demás, incluido Eumeo, un amigo de toda la vida, Argos reconoce a Odiseo de inmediato y tiene la fuerza suficiente para dejar caer las orejas y mover la cola, pero no puede levantarse para saludar a su amo. Incapaz de saludar a su amado perro, ya que esto delataría quién era realmente, Odiseo pasa (pero no sin derramar una lágrima) y entra en su sala, y Argos muere.[1]

Influencia en la cultura

En el relato "El inmortal", de Jorge Luis Borges, cuando el personaje llega a la ciudad de los inmortales, al primer humano que encuentra lo llama Argos. Luego resultará ser Homero.

Fuentes

  1. «XVII». Odisea. pp. 292, 300 y 326.

Enlaces externos

  • PICKLESIMER, María Luisa: La doble función del perro Argos en la Odisea; se hace una comparación entre la Odisea y el Mahabharata. Flor. 11., 8, 1997, pp. 401-419. Universidad de Granada.
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