Balneario de La Toja

En 1808, los pescadores de la ría local descubrieron que las cálidas aguas de la isla tenían propiedades curativas. Más tarde, un burro cargado con varias úlceras y tiña fue abandonado por su dueño en la isla. Después de unos meses, el dueño se sorprendió al encontrar al animal sano. El burro se había revolcado en el lodo de la isla y sus heridas habían desaparecido. Esta historia la contó la condesa de Pardo Bazán en 1911. Esta historia ayudó a dar paso a la creación de un Gran Hotel en La Toja.

Antiguo Balneario de La Toja (c. 1907).

En 1907 se construyó el hotel según proyecto del arquitecto Daniel Vázquez Gulias, tomando como base los populares balnearios de la época como el Marienbad en Alemania.

Se construyeron dos pabellones, una sala y el casino, conectados por una galería. El interior estaba decorado con frescos en los pasillos y escaleras. La Toja era en aquella época un lugar de veraneo para la clase alta de Galicia. El hotel tuvo varios años de auge, fue famoso en toda la península y llegó a ser conocido por la corte de Madrid, en la época en que La Toja ya era popular como balneario.[1]

En 1945 se realizó una gran remodelación, derribándose las torres. Hoy es un hotel de cinco estrellas. La llamativa escalera y ventanas recuerdan sus días de gloria, las habitaciones han sido restauradas, el edificio tiene muebles del pasado y tiene vistas a la isla. Se conservan las antiguas columnas del edificio, pero el resto es nuevo. [2]