Bandolera (serie de televisión)

La serie es una ficción histórica ambientada en una localidad imaginaria llamada Arazana, que se emplazaba ideal e indeterminadamente en la sierra andaluza de finales del siglo XIX. El rodaje se realizaba en un plató en el madrileño y turístico municipio de Navalcarnero. Mezclando el melodrama romántico propio de las telenovelas con las aventuras de las historias de bandoleros, la serie estaba protagonizada en un principio por la pareja formada por Marta Hazas y Carles Francino. Tras el abandono de este último, el personaje de Sara Reeves continuó siendo el eje vertebrador de las tramas, centradas principalmente en el grupo de bandoleros y en las historias personales de los diversos habitantes de Arazana: la Guardia Civil, las chicas de la posada y las familias Montoro, Pérez, Flores y Garmendia, entre otros. El plantel de secundarios se iba renovando cada cierto tiempo, pero a diferencia de otros seriales diarios se mantuvo gran parte del elenco protagónico hasta el final.

En agosto de 2012 varios portales de internet dieron a conocer la noticia de que Antena 3 iba a dar fin a Bandolera a principios de enero de 2013. Esto se debió a que la cadena compró la serie Amar en tiempos revueltos de la La 1, ya que la productora Diagonal TV rompió el contrato con ésta, por lo que Antena 3 decidió no renovar la serie porque no había espacio suficiente para tres novelas en la misma cadena. Así, la serie finalizó sus emisiones el 11 de enero de 2013 para dar paso a Amar es para siempre, continuación de Amar en tiempos revueltos. El creador de Bandolera, Tirso Calero, afirmó que la serie había terminado en el momento justo pues la historia de Sara Reeves ya no se podía alargar más.

Sara Reeves es una estudiante de Literatura Hispánica de Oxford. Entusiasta del Mito de “Carmen” y de todo lo que tenga que ver con Andalucía, pasó sus primeros años en Río Tinto (Huelva) ya que un tío suyo, acaudalado empresario, tenía intereses en esas minas. Criados, posesiones, lujo y un pretendiente de su mismo estatus que le aguarda para el matrimonio… En eso consiste el mundo que rodea a Sara. Un mundo tan rico en objetos como vacío en emociones. Ella sueña con escribir, con vivir aventuras, con conocer cigarreras, con oler a azahar paseando por las calles del Sur… Por eso, comete una locura, digna de una de sus admiradas heroínas literarias. Sin decir nada a su familia, Sara huye a Andalucía en busca de emociones fuertes…

Pero sus primeros días en esa tierra son desalentadores. No ha visto ni un solo bandolero y, encima, pierde sus documentos y pertenencias por culpa de un robo en la taberna de un pequeño pueblo perdido en la sierra, llamado Arazana. Desde que opera la Guardia Civil, los bandoleros no son ni una sombra de lo que fueron. Sara, que había oído vibrantes historias sobre El Tempranillo, se siente algo desilusionada. ¿Dónde están esos apuestos y aguerridos salteadores? Pero el embrujo andaluz la va atrapando y empieza a estar a gusto en Arazana. Entabla relación con los vecinos, como la maestra, el tabernero, el herrero, el periodista… hasta que recibe la visita de su tío, Richard Thomas. Quiere que la joven regrese a Inglaterra. Cuando parece que Sara comprende que debe volver a casa, es secuestrada junto a su tío por los bandidos de Carranza, un viejo bandolero que nota que los tiempos cambian a demasiada velocidad para él. Un bandido de los de antes. Miguel, el nuevo teniente de la Guardia Civil del pueblo, tiene orden de liberar a Sara y así lo hace. Carranza logra huir con los suyos pero Richard Thomas es asesinado. Nadie sabe quién lo mató. Sara decide quedarse unos días más en el pueblo para esclarecer ese crimen. Miguel promete ayudarla, mientras crece entre ambos una irrefrenable atracción. Paradojas del destino. Sara venía buscando apuestos bandoleros y termina enamorándose de un teniente que está obsesionado con dar caza a esos bandidos.

En el pueblo también conoceremos la historia de los Montoro, dueños de las tierras. Para ellos, trabaja la humilde familia Pérez. Sara entrará en contacto con la vida de ese cortijo. Un lugar lleno de engaños, ambiciones, rivalidades y secretos familiares. Don Germán Montoro está al frente de ese cortijo. Es un cacique con fondo noble que poco tiene que ver con su despótico hijo llamado Álvaro. Y un miembro de la humilde familia Pérez, el joven Roberto, se enamorará de la inglesa, planteando a Sara un terrible dilema. Cree amar al teniente pero siente una pasión desmedida por el racial jornalero. También seremos testigos del día a día en un pueblo andaluz de finales del siglo XIX. La taberna, el lavadero, la plaza… son algunos de los lugares emblemáticos por los que transcurrirán los habitantes del pueblo, con sus pequeñas y grandes historias. Cada cual con sus problemas, sus anhelos, sus maneras de sobrevivir en una época convulsa, llena de cambios.

La historia principal de Bandolera recae en Sara y en Miguel. Porque entre ellos nacerá el amor. Un amor peligroso, ya que Sara acabará convertida en una bandolera, al lado de Carranza, para ayudar a los más desfavorecidos. A modo de “Robin Hood”, Sara luchará para frenar los abusos de los caciques, muchos de ellos amparados por la Guardia Civil en una operación que nació para desacreditar a los trabajadores llamada “La Mano Negra”. Pero Sara, para todos los vecinos del pueblo (incluido Miguel), seguirá siendo la joven extranjera que ejerce de periodista local, ya que nadie sospecha que ella es, realmente, la bandolera que se ha puesto del lado de los oprimidos campesinos. Nadie conoce la identidad de ese nuevo líder de los bandoleros. Y a nadie se le pasa por la cabeza que, además, ese personaje sea una mujer… Y, por supuesto, Miguel desconoce que anda tras la caza de un bandido que es, realmente, la mujer de la que se ha enamorado perdidamente.[2]

La serie bebe de los acontecimientos ocurridos en la Andalucía de la segunda mitad del siglo XIX: los bandoleros, la Guardia Civil, el caciquismo, los inicios del socialismo y la fuerza de los ideales anarquistas entre los oprimidos jornaleros, el papel de la prensa (por aquellos años había en España periódicos muy vendidos como La Vanguardia o El Rondeño)... Se intenta ofrecer un retrato del día a día de 1881-1882.

Bandolera fue renovando su contrato cada tres meses durante dos años gracias a mantener unos datos considerados "aceptables" para el horario de sobremesa de Antena 3, cuya audiencia consiguió levantar en 3,1 puntos y 436.000 telespectadores con respecto a los programas que le precedieron. A partir de verano de 2012 el serial experimentó un progresivo aumento de su audiencia hasta marcar su dato más alto en su capítulo final (15,3% de cuota de pantalla y 1.997.000 espectadores).

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