Basílica de San Gregorio Ostiense

La Basílica de San Gregorio Ostiense es un edificio religioso situado en el municipio de Sorlada (Navarra), a la vera del Camino de Santiago, sobre la loma de un cerro, el Alto de Piñalba, y administrado por los Hermanos Maristas residentes en la vecina localidad de Ancín. El templo es una destacada construcción de estilo barroco donde sobresale su monumental portada. Está dedicado a San Gregorio Ostiense, que fuera obispo de Ostia (Italia), fallecido en la cercana ciudad de Logroño en 1044. La tumba, según la tradición, fue descubierta a mediados del siglo XIII por Pedro Ximénez de Gazólaz, obispo de Pamplona, y Sancho de Axco, obispo de Bayona, «gracias a unas milagrosas luces.»[1]

Basílica de San Gregorio Ostiense
Bien cultural protegido grado 1

Vista de la Basílica de San Gregorio Ostiense en el Alto de Piñalba.
Localización
País EspañaBandera de España España
Comunidad Navarra Navarra
Localidad Sorlada
Coordenadas 42°36′40″N 2°12′59″O
Información religiosa
Culto catolicismo
Diócesis Archidiócesis de Pamplona y Tudela
Advocación Gregorio Ostiense
Fundación siglo XIIIjuliano
Datos arquitectónicos
Tipo Basílica menor
Estilo arquitectura barroca
Año de inscripción 29 de agosto de 2012
Mapa de localización
Basílica de San Gregorio Ostiense ubicada en Navarra
Basílica de San Gregorio Ostiense
Basílica de San Gregorio Ostiense
Ubicación en Navarra.

En la iglesia se conservan las reliquias de este obispo y, especialmente, un relicario, una cabeza de plata, del santo con gran devoción y arraigo popular en toda España, no sólo en las comarcas próximas, al considerar al santo como especial protector de campos y cosechas.

Historia

A medio camino entre la historia y la leyenda, el cardenal y obispo de Ostia, bibliotecario apostólico del papa Juan XVIII en Roma,[2] fue enviado por Benedicto IX a tierras del Reino de Pamplona en 1039, durante el reinado de García el de Nájera, había muerto el 9 de mayo de 1044 en Logroño, durante una visita pastoral para contrarrestar exitosamente una plaga de langosta.[3][4] Cargados sus restos sobre los lomos de una borrica murió el animal sobre el Alto de Piñalba o Piñava.[5] Por ello se levantó un templo sobre el lugar donde se guardaron sus restos en un arca recia, cubierta de plata.[6]

Portada barroca

La devoción relacionada con el santo y su difusión

Este relato legendario fue creciendo y la propagación entre los feligreses de las virtudes milagrosas del relicario de plata, en forma de cabeza, traspasó las tierras cercanas iniciales, del Valle de la Berrueza, para extenderse por el resto de Navarra, Álava, La Rioja y el resto de España que enviaban a vecinos a recoger agua que les protegiera de «los terribles efectos de las plagas» que azotaban sus campos.[7]

Desde el siglo XIV en que se creó, la Cofradía de San Gregorio Ostiense, en palabras del investigador e historiador, Roldán Jimeno, “fue desde el siglo XIV hasta el siglo XIX el centro sociorreligioso más importante de Navarra y uno de los más destacados de la Península”. Contribuyó a tal alcance el hecho de que el benedictino fray Andrés de Salazar publicara en 1624 su Historia de San Gregorio de Piñava, Obispo de Ostia, Cardenal de la Santa Iglesia de Roma, y su Bibliothecario, y Legado à Latere,[8] «libro destinado básicamente a dar a conocer al santo, justificar la importancia de sus reliquias y ofrecer una explicación hagiográfica a los centenares de fieles que acudían a recoger su agua milagrosa. La impresión de 1.500 ejemplares, cifra nada despreciable para la época, supuso una inversión considerable y fue costeada por la propia cofradía.»[9] Pero la bibliografía sobre San Gregorio Ostiense «es muy copiosa» durante los siglos XVI, XVII y XVIII, donde destacan otros tratadistas, además de Andrés de Salazar, como Constantino Cayetano o Gaspar Miranda Argáiz, obispo de Pamplona, Juan Pedro Moreno Arias o Luis de Valdivia.[10] «En el siglo XIX la atención se desvía hacia su bella ermita de Sorlada y, desde que la descubrió don Pedro de Madrazo,[Notas 1] las historias del arte español la citan con la misma reiteración que lo hacían los escritores hagiográficos a su titular, en la centurias anteriores.»[11]

Toda esta creciente devoción por el santo y sus virtudes llegó al mismo trono real español, en el siglo XVIII, y se tiene noticia del requerimiento de Fernando VI, en 1756, para que el relicario recorriera las regiones de Teruel, Valencia, Alicante, Murcia, Extremadura y Andalucía como paliativo que ayudara a exterminar una pertinaz plaga de langosta que desolaba aquellos campos por tales fechas.[12][13][7][14]

A pesar de que en la actualidad ha perdido «peso e importancia devocional, sin embargo este santuario fue entre el siglo XVI y el XVIII el centro socio religioso más importante de Navarra, así como uno de los más activos de toda España gracias a la protección que el Santo desplegaba sobre los campos y las cosechas, en una sociedad eminentemente rural.»[15]

Descripción del edificio

Presenta en planta un edificio de cruz latina «con un curioso crucero trebolado.» En los siglos XVII y XVIII se adosa la imponente torre y su monumental portada.[1]

Torre en tres cuerpos empleando los órdenes clásicos

Exterior

La primera iglesia sería de estilo prerrománico, o románico temprano, y habría sido construida en el siglo XI. Pero fue reformada tan seriamente durante del siglo XVII y el siglo XVIII, adquiriendo la forma actualmente conocida, que posiblemente han quedado enmascarados vestigios de elementos constructivos de reformas en épocas intermedias.[16] Con todo «presenta sólidos muros de sillería y unos interesantes juegos de volúmenes, aunque las estructuras curvas del interior se transforman en cuerpos poligonales.»[1]

Portada

Situada en el lado de la epístola, se sabe por la documentación que intervieneron entre 1694 y 1713 varios autores como Vicente Frías y su taller, continuado por Francisca de Larraona, su viuda, y Juan Antonio San Juan, que desde 1710 se ocupó de la parte escultórica.[1] Recordando a la portada de la Iglesia de Santa María de Viana, de estilo renacentista, está «compuesta por cinco calles y dos cuerpos sobre basamento doble.» Estos últimos está enmarcados por características columnas salomónicas además de pilares de capitel compuesto. En las hornacinas laterales se presentan imágenes de San Pedro y San Pablo. La profusa ornamentación, realizada en yeso, con el paso de los años se ha ido perdiendo.[17]

Torre

Es una torre «grandiosa y monumental, más de lo que requería una iglesia ubicada en tal emplazamiento.» Levantada hacia 1718 por el maestro vizcaíno Juan de Larrea, residente entonces en Falces, en colaboración con el cantero Ignacio de Ondaiza y con Lucas de Mena, un retablista de Estella que se ocupó de la parte decorativa como pináculos y capiteles del último de los tres cuerpos que la componen. Es un cuerpo, además, octogonal, en contraste con los dos inferiores, rectangulares. En cada uno de los tres cuerpos se emplea uno de los órdenes clásicos, dórico, jónico y corintio, respectivamente, de abajo a arriba. En el entorno comarcal, posteriormente, se levantaran torres similares. Se pueden ver en Sorlada, Mues y Piedramillera.[18]

Planta

La nave esta dividida en cuatro tramos «con altos pedestales y capiteles compuestos de extraordinaria ejecución, asiento de una cornisa clásica» sobre la que descansa una bóveda de medio cañón con arcos fajones dobles y casetonados.[1] El crucero es trebolado mientras que el ábside y los brazos son por dentro semicirculares mientras que se muestran poligonales por el exterior.[19]

Retablos

Cabeza relicario de S. Gregorio realizada en 1728[10]

En el crucero del templo se alojan tres retablos de estilo rococó, atribuidos a Silvestre de Soria y realizados entre 1765-1769[1] y dorados por Santiago Zuazo. El retablo mayor está presidido por el santo advocacional, colocado en una hornacina y sobre una peana que guarda la arqueta con los restos de San Gregorio Ostiense y el relicario de plata. Le acompañan dos santos muy jacobeos, Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega. Los otros dos retablos están presididos por San Isidro Labrador y San Joaquín. Las tres tallas principales son obra de Roberto Michel y están fechadas en 1768.[20]

Otros elementos

Situados en los machones del crucero hay sendos púlpitos en hierro realizados en 1777 por Miguel Barrera, un rejero de Pamplona.[20]

Relicario

El relicario, una cabeza de plata, presenta orificios en la parte superior e inferior. Utilizando un embudo aplicado al agujero superior, el agua es vertida para ser recogida y empleada como remedio contra las plagas más habituales en el entorno agrícola así como en algunas enfermedades.

Son muchos los pueblos, de Navarra y de fuera, que enviaban emisarios al santuario en busca del agua. A cambio, con cada limosna, recibían la acreditación sobre la autenticidad del agua portada.

Galería de imágenes

Véase también

Notas

  1. La obra mencionada es España en sus monumentos, tomo III, dedicado a Navarra y Logroño, las páginas 166-188. Señala el lugar, por cierto, como parte del término vecino de Mues y no de Sorlada.

Referencias

  1. «SORLADA». Gran enciclopedia de Navarra. Consultado el 28 de septiembre de 2022.
  2. Arana Martija, 1979, p. 295
  3. Arana Martija, 1979, p. 297
  4. Fernández Gracia, 2022, pp. 446-447
  5. Pérez Ollo, 1983, p. 228
  6. Rivas Carmona, 1994, pp. 402-403
  7. Rivas Carmona, 1994, p. 403
  8. Salazar, Andrés de (O S. B. ) (1624). Historia de San Gregorio de Piñava, Obispo de Ostia, Cardenal de la Santa Iglesia de Roma, y su Bibliothecario, y Legado à Latere. Consultado el 21 de octubre de 2022.
  9. Felones Morrás, 6 de octubre de 2017, p. Introducción
  10. «DOS OBRAS SOBRE SAN GREGORIO OSTIENSE, ABOGADO CONTRA LAS PLAGAS DEL CAMPO, EN LA BIBLIOTECA LÁZARO GALDIANO». Biblioteca Lázaro Galdiano. 24 de febrero de 2021. Consultado el 21 de octubre de 2022.
  11. Barragán Landa, 1978, p. 273
  12. Barragán Landa, 1978, pp. 288-293
  13. Satrustegui, 1979, p. 179
  14. Fernández Gracia, 2022, pp. 447-448
  15. Miguéliz Valcarlos,, p. Introducción
  16. Rivas Carmona, 1994, p. 404
  17. Miguéliz Valcarlos,, p. Portada
  18. Rivas Carmona, 1994, p. 408
  19. Miguéliz Valcarlos,, p. Planta
  20. Miguéliz Valcarlos,, p. Retablos y exornos de la iglesia

Bibliografía

Enlaces externos

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