Beatriz de Sajonia-Coburgo-Gotha

La princesa Beatriz nació el 20 de abril de 1884 en Eastwell Park, Kent. Su padre era el príncipe Alfredo, duque de Edimburgo, segundo hijo varón de la reina Victoria del Reino Unido y del príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo y Gotha. Su madre, la gran duquesa María Aleksándrovna de Rusia, era única hija sobreviviente del zar Alejandro II de Rusia y de la princesa María de Hesse y el Rin.

Fue bautizada en Eastwell House el 17 de mayo de 1884 por el reverendo William Lloyd (capellán de su padre); sus padrinos fueron la princesa Beatriz del Reino Unido (su tía paterna), la duquesa de Albany (esposa de su tío paterno, representada por su madre), y el emperador alemán (representado por su padre).[3]

Como nieta de un monarca británico por línea paterna, Beatriz llevó el título de princesa de Gran Bretaña e Irlanda, con tratamiento de Alteza Real. También fue miembro de la familia imperial rusa al ser nieta de un zar por parte de madre.

Beatriz pasó gran parte de su infancia en Malta, donde su padre servía en la Marina Real británica. El 22 de agosto de 1893, con motivo de la muerte del duque Ernesto II de Sajonia-Coburgo-Gotha, tío del padre de Beatriz, el ducado vacante recayó en su padre, ya que Alberto Eduardo, por entonces príncipe de Gales y futuro rey Eduardo VII del Reino Unido, había renunciado a sus derechos a dicho ducado a favor de la sucesión a la corona británica. Por ello, el duque y la duquesa de Edimburgo viajaron poco después a Coburgo con sus cinco hijos, donde fijaron su residencia. A finales de julio de 1899, recibió el sacramento de la confirmación en la Iglesia de San Juan en Oeslau, pueblo cercano a Coburgo.[4][5]

Imagen de la duquesa de Galliera con sus hijos.

En 1902 se enamoró del gran duque Miguel de Rusia, el hermano menor del zar Nicolás II de Rusia, por entonces heredero al trono imperial. Sin embargo, fue disuadida de casarse con él pues la Iglesia ortodoxa rusa prohibía el matrimonio entre primos hermanos. Luego se rumoreó que Beatriz se casaría con el rey Alfonso XIII de España, lo que resultó ser falso pues este se casó con la prima de Beatriz, la princesa Victoria Eugenia de Battenberg en 1906. Precisamente fue en la boda de Alfonso XIII donde Beatriz conoció a Alfonso de Orleans y Borbón, infante de España y v duque de Galliera y primo del rey Alfonso. La pareja se comprometió a finales de 1907.[6] Beatriz y Alfonso se casaron en una ceremonia católica y otra luterana en Coburgo el 15 de julio de 1909.[Nota 1][7] La manera en que se realizó el enlace fue considerada inapropiada en España porque, aunque la pareja había sido animada al noviazgo por los propios reyes de España, no se había informado de la boda ni al rey ni al gobierno español, que tenían que dar permiso para la realización de una boda dentro de la familia real. Además el infante, que era menor de edad, no había informado del enlace a sus padres, a lo que se sumaba que la novia no era católica. Por ello el infante fue privado de su tratamiento, suspendido en el ejército español y la pareja tuvo que vivir en el exilio, estableciéndose en Coburgo, hasta que en 1912 les fue permitido regresar a España, ya rehabilitados en sus títulos, y se les dio un importante lugar en la corte y en los actos oficiales y privados de la familia real. Tuvieron tres hijos, Álvaro (Coburgo, 20 de abril de 1910-22 de agosto de 1997), Alfonso (Madrid, 28 de mayo de 1912-18 de noviembre de 1936) y Ataúlfo (Madrid, 20 de octubre de 1913-8 de octubre de 1974). El 21 de mayo de 1912, el rey concedió a sus hijos el tratamiento de Altezas Reales.[8][2]

En 1916, ella y su esposo fueron desterrados de España, en un exilio que duró ocho años, en Suiza. El destierro se ocultó oficialmente bajo la apariencia de una misión militar encargada al infante Alfonso, consistente en estudiar el ejército suizo. En realidad, se trató de una intriga palaciega contra el matrimonio, cuyo motivos todavía no han sido aclarados por completo. Al parecer, la principal razón fue el recelo que el rey Alfonso XIII tenía hacía la pareja. En primer lugar se les acusó de germanófilos, en plena Primera Guerra Mundial, diciendo que el matrimonio y la madre de infante, la infanta Eulalia de Borbón, se habían manifestado públicamente a favor del bando alemán, lo que dada su posición en el Estado resultaba una ofensa a los aliados y perjudicaba la neutralidad española. Los infantes y Eulalia negaron tal acusación, y Beatriz se entrevistó en privado con el embajador británico y el francés, quienes negaron haber trasmitido al rey disgusto alguno de parte de sus respectivos gobiernos, a causa de la pareja o de la madre del infante. Esta osadía de la infanta Beatriz dejó en evidencia la falsedad de las acusaciones vertidas por el rey, quien en realidad recelaba de la pareja por otros motivos muy distintos.

Los infantes Alfonso y Beatriz en el bautismo de Carolina Matilde de Sajonia-Coburgo y Gotha.

Al parecer Alfonso XIII, instigado por miembros del gobierno y de su camarilla, opinaba que Beatriz era una mala influencia para la reina Victoria Eugenia, que era su prima hermana, pues la relación entre ambas era excelente, lo que proporcionaba a la reina un gran desahogo a la infelicidad que sufría, por el rechazo y marginación que el rey y su entorno le mostraban, en gran medida por haberle dado al monarca hijos hemofílicos. A esto se le sumaba la envidia que sentía el rey porque el infante tenía una intachable carrera militar, era muy apreciado en el ejército, era un gran piloto y porque su matrimonio era feliz, siendo padre de tres hijos fuertes y sanos. Además el rey estaba enemistado con su tía la infanta Eulalia por haber publicado sin su permiso el polémico libro Au fil de la vie, en gran parte provocado por la escandalosa y fraudulenta rehabilitación por parte del rey del Vizcondado de Térmens, para la amante oficial de su tío y esposo de Eulalia.

Sin embargo, el motivo más oscuro de toda la intriga parece ser la atracción sexual que el rey sentía por Beatriz, prima de su mujer y esposa de su primo. Todo apunta a que el rey no pudo soportar que Beatriz le rechazara y que, ante ello, decidió perjudicarla a través de su marido, mandándole a Suiza en una misión ficticia e indefinida. Como remate, se lanzó el rumor de que ella era una manipuladora, que pretendía controlar a la reina Victoria Eugenia y ser amante egregia de Alfonso XIII, para ejercer influencia germanófila sobre él. Durante los ocho años que duró el destierro de la pareja, perdieron gran parte de su patrimonio.

Finalmente, la familia real española permitió el regreso de la pareja a España, estableciéndose en sus propiedades de Sanlúcar de Barrameda. El 2 de febrero de 1928, durante una visita pastoral del cardenal Ilundaín, fue recibida como católica en la capilla del palacio de Orleans-Borbón en Sanlúcar de Barrameda.[9]

Tras la proclamación de la Segunda República española en 1931, el rey Alfonso XIII y su familia se exiliaron. El rey marchó a Italia, mientras que el matrimonio se trasladó a Inglaterra, donde sus tres hijos fueron educados en Winchester College. El exilio supuso una gran merma en el patrimonio familiar. El matrimonio perdió sus propiedades durante la guerra civil y su hijo mediano, Alfonso, murió en 1936 luchando contra el bando republicano. Beatriz murió en Sanlúcar de Barrameda el 13 de julio de 1966, siendo enterrada en el Convento de Capuchinos de Sanlúcar de Barrameda. Su marido le sobrevivió nueve años. Su hijo Ataúlfo murió soltero en 1974. Sus únicos nietos son los hijos del príncipe Álvaro (Gerarda, Alonso, Beatriz y Álvaro de Orleans Parodi-Delfino).

El emblema del Ejército del Aire de España fue diseño suyo según el techo de la biblioteca egipcia del Palacio de Sanlúcar, copiado por la Real Fuerza Aérea del Reino Unido y por otros países.[10][11]

• Casa de Orleans-Borbón

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