Biblioteca pública

Una biblioteca pública es un edificio, espacio o colección accesible a todo el público, sin distinción, y que puede estar administrada por entidades públicas o con fondos públicos o estatales. Los usuarios de una biblioteca pública tienen acceso libre a las colecciones e instalaciones de ella, siempre que su fondo bibliográfico sea de carácter abierto. Además de existir, previa inscripción, un servicio de préstamo de libros a domicilio, para lo cual cada biblioteca deberá implementar un sistema de seguridad para evitar pérdidas.

Historia

Tableta de la Biblioteca de Asurbanipal conteniendo parte del Poema de Gilgamesh

Las primeras bibliotecas consistían de archivos de las primeras formas de escritura las tablilla de barro en escritura cuneiforme discubierta en cuartos de templos en Sumeria[1][2] algunas datan del siglo XXVI a. C.[3] Estos archivos, que principalmente consisten en registros de transacciones comerciales o inventarios marcan el fin de la prehistoria y el inicio de la historia.[4][5]

Dentro de las primeras bibliotecas públicas se encuentran las del siglo X durante la Edad de Oro del islam siendo una de las primeras la Casa de la Sabiduría, desde este tiempo se prestaban libros en ellas a quienes los ocuparan para sus estudios.[6]

Las modernas bibliotecas públicas pueden considerarse herencia de las nacidas en la segunda mitad del siglo XIX como bibliotecas populares, para atender a las clases sociales más desfavorecidas.[7][8] A partir de la segunda mitad del siglo XX, instituciones internacionales como la UNESCO han tenido un papel importante en su desarrollo, en especial en países subdesarrollados, así su Manifiesto de 1994 establece que los servicios de la biblioteca pública se prestan sobre la base de la igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en cuenta su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social. La biblioteca pública se plantea como una parte básica y esencial para mantener a una población letrada y culta, además de un espacio democrático de información y comunicación para las comunidades en que se inserta.

Además de libros, periódicos y revistas, la mayoría de las bibliotecas públicas actuales tienen una amplia muestra de otros soportes de comunicación (CD, software, cintas de vídeo, DVD) e instalaciones de Internet.

Organización

El establecimiento o desarrollo de una biblioteca pública implica la creación de una autorización legal y una estructura de gobierno, la creación de una colección de libros y medios de comunicación, así como la obtención de fuentes de financiación fiables, especialmente gubernamentales[9] La mayoría de las bibliotecas públicas son pequeñas, sirven a una población de menos de 25.000 habitantes, y se establecen (o se establecieron) en respuesta a necesidades locales específicas.[10] En A Library Primer, la obra de John Cotton Dana de 1899 sobre el establecimiento y la gestión de las bibliotecas en los Estados Unidos, Dana escribió

Cada comunidad tiene diferentes necesidades, y comienza su biblioteca bajo diferentes condiciones. Considere entonces si necesita una biblioteca dedicada principalmente a la labor de ayudar a las escuelas, o una que se utilice principalmente para referencia, o una que se dedique en gran medida a las publicaciones periódicas y no sea mucho más que una sala de lectura, o una particularmente atractiva para las niñas y las mujeres, o una que no sea mucho más que un lugar de descanso alegre, lo suficientemente atractivo para atraer a hombres y niños de la esquina de la calle y el salón. Decidid esta cuestión pronto, para que todos los esfuerzos se concentren en un solo fin, y para que vuestra joven institución se adapte a la comunidad en la que ha de crecer y de la que ha de obtener su fuerza.[11]

Una vez establecida y financiada mediante una resolución, un referéndum público o un proceso legal similar, la biblioteca suele ser gestionada por una junta directiva, un consejo bibliotecario u otra autoridad local. Se designa a un bibliotecario como director o gestor de la biblioteca. En los municipios pequeños, el gobierno de la ciudad o del condado puede actuar como consejo de la biblioteca y puede haber un solo bibliotecario involucrado en la gestión y dirección de la biblioteca. El personal bibliotecario que no participa en la gestión se conoce en Estados Unidos y en algunos otros países de habla inglesa como "library paraprofessionals" o "library support staff".[12] y puede tener o no educación formal en biblioteconomía y ciencias de la información. El personal de apoyo desempeña importantes funciones en el desarrollo de la colección de la biblioteca, la catalogación, el apoyo técnico y el proceso de preparación de los libros para su préstamo. Todas estas tareas pueden denominarse servicios técnicos, estén o no relacionados con la tecnología de la información.[13] Aunque el consejo de administración de la biblioteca tiene la autoridad final para establecer la política, muchas otras organizaciones pueden participar en la gestión de la biblioteca o en la recaudación de fondos, como las asociaciones cívicas y de voluntarios, los clubes de mujeres, los grupos de Amigos de la Biblioteca y los grupos creados para asesorar a la biblioteca sobre la compra y retención de libros.

Los gobiernos regionales y nacionales también pueden desempeñar un papel en la creación y organización de bibliotecas públicas. Muchos gobiernos gestionan sus propias grandes bibliotecas para uso público y legislativo (por ejemplo, las bibliotecas estatales, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, la Biblioteca Nacional de Francia o la Biblioteca Nacional de España). Estos gobiernos también pueden influir en las bibliotecas locales reservando el reconocimiento formal o la financiación a las bibliotecas que cumplan requisitos específicos. Por último, las asociaciones de profesionales de las bibliotecas y de la información, como la American Library Association (ALA) y el Chartered Institute of Library and Information Professionals (CILIP), ayudan a establecer normas y procedimientos estándar, a garantizar la financiación, a abogar a nivel estatal o nacional y a certificar las escuelas de biblioteconomía o de información.

Véase también

Referencias

  1. Casson, Lionel (11 de agosto de 2002). Libraries in the Ancient World. Yale University Press. p. 3. Consultado el 7 de marzo de 2012.
  2. Krasner-Khait, Barbara (2010). «History Magazine». history-magazine.com. Consultado el 5 de marzo de 2012.
  3. Maclay, Kathleen (6 de mayo de 2003). «Clay cuneiform tablets from ancient Mesopotamia to be placed online». Consultado el 5 de marzo de 2012.
  4. Renfrew, Colin. Prehistory The Making Of The Human Mind, New York: Modern Library, 2008.
  5. Roberts, John Morris (17 de julio de 1997). A short history of the world. Oxford University Press. p. 35. Consultado el 7 de marzo de 2012.
  6. Arnold Pacey, "Technology in World Civilization: A Thousand-Year History", MIT Press, 1990, ISBN 0-262-66072-5 pg 41-42
  7. Viñao Frago, A. (1989). «A la cultura por la lectura. Las bibliotecas populares (1869-1885)». Clases Populares, Cultura, Educación. Siglos XIX y XX, Madrid, Casa de Velázquez-UNED (Madrid): 301-336.
  8. Mato Díaz, Ángel (2010). «La tradición lectora en España: Las bibliotecas populares en Asturias». mecd.gob.es /CEE Participación Educativa (extraordinario). pp. 49-66. Archivado desde el original el 29 de marzo de 2017. Consultado el 25 de mayo de 2016.
  9. «Setting Up a Library: A Resource Guide» (en inglés). American Library Association. Archivado desde el original el 7 de agosto de 2013. Consultado el 14 de agosto de 2013.
  10. Landau, Herbert. «The Small Public Library Survival Guide: Thriving on Less» (en inglés). ALA Editions. Archivado desde el original el 28 de junio de 2013. Consultado el 14 de agosto de 2013.
  11. Dana, John Cotton (1899). A library primer (en inglés). Wikisource. Archivado desde el original el 25 de octubre de 2012.
  12. Gibson, Rita (2003). «Library paraprofessionals: a bibliography» (en inglés). University of California Riverside. Archivado desde el original el 12 de octubre de 2002. Consultado el 14 de agosto de 2013.
  13. G. Edward Evans, Sheila S. Intner, Jean Weihs Introduction to Technical Services; 7th ed. Englewood, Colo.: Libraries Unlimited, 2002 ISBN 1-56308-918-1

Enlaces externos

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