Brit Milá

El Berit Milá (hebreo, בְּרִית מִילָה, "el pacto de la circuncisión", o B(e)rit a secas; los judíos askenazíes lo pronuncian Bris) es la circuncisión ritual que se practica al varón judío al décimo día de haber nacido (octavo día), como símbolo del pacto (brit) entre Dios y Abraham, en Génesis 17:9-14. Según el Talmud (Tratado de Kidushín 29a:10), es un precepto a cumplir por el padre, como lo hizo Abraham con Isaac en Génesis. En la actualidad, el rito lo efectúa un mohel, "circuncidador" ritual especializado que no necesita ser médico ni rabino, pero sí una persona que respete los preceptos básicos como guardar el Shabat (Día Sabático) y comer kosher.

Ceremonia de la Brit Mila.

Se cree generalmente que la noción de Milá, vinculada como está a un pacto, se originó en el siglo VI a. C. y como resultado del exilio babilónico.[1][2][3] Es casi seguro que la práctica carecía de este significado entre los judíos antes de este período. Algunos académicos han sugerido que se originó como un reemplazo del sacrificio de niños..[1][4] La fuente J (compuesta probablemente durante el siglo VII a. C.) del Pentateuco en Génesis 15 no menciona un pacto que tenga que ver con la práctica de la circuncisión. Es solo en la fuente P (compuesta probablemente durante el siglo VI a. C.) del Génesis 17, que la noción de circuncisión se asocia o vincula con un pacto.[1][2][3] Esta forma de mutilación genital, conocida simplemente como Milá, fue adoptada en el judaísmo del Segundo Templo y fue la forma predominante hasta el siglo II d. C.[1][5] Era un corte o incisión ritual en el acropostión: la parte del prepucio que sobresale del glande del pene.[1][5][6][7][8]

Para el período de los Macabeos, muchos hombres judíos intentaron ocultar sus circuncisiones por medio del proceso de epispasmo debido a las circunstancias del período.[1] Los genitales intactos, incluido el prepucio, eran considerados una señal de belleza, cortesía y masculinidad en todo el mundo grecorromano.[1][9][10] Era costumbre pasar una hora al día haciendo ejercicio al desnudo en el gimnasio y en los baños romanos; muchos judíos no querían que se viera en público que no tenían prepucio, pues en tales sitios se discutían asuntos de negocios y de política.[10] Exponer el glande en público era considerado indecente, vulgar y como una señal de excitación y deseo sexual.[1][9][10] En la cultura clásica, helenística y romana, se consideraba en general que la circuncisión era una práctica bárbara, cruel y de naturaleza absolutamente repulsiva.[1][9][11][12] Los escritores religiosos judíos denunciaron en 1 Macabeos y en el Talmud que estas prácticas abrogaban el pacto de Abraham.[10] Después de que el cristianismo y el judaísmo del Segundo Templo se separaran el uno del otro, escritores cristianos como Pablo de Tarso y posteriormente en el Concilio de Jerusalén declararon a la Miláh espiritualmente innecesaria, mientras que su importancia aumentó aún más para los judíos.[1]

La ceremonia del Berit Milá se lleva a cabo temprano en la mañana del octavo día de vida del bebé, y salvo peligro para el recién nacido, no se posterga ni aun por caer en shabat o Yom Kipur. Es uno de los preceptos de la halajá más arraigados entre los judíos, cumplido tanto por observantes como seculares.

Banìm B 30. Todo aquel que nace circunciso tiene claramente una imaginación buena y plena[13]

La tradición cuenta que Adán y Moisés nacieron ya circuncidados; y que así ocurrirá también con el mesías.

En aquellos casos en que el niño haya nacido sin su prepucio, o se convierta al judaísmo una persona ya circuncidada, lo que se hace es realizar un pequeño pinchazo, para que fluya una gota de sangre, con lo cual se considera cumplido el precepto. Esto debe ser realizado también por un mohel.

En el Talmud aparece la norma de que si el tío materno del neonato falleció por hemorragia durante su circuncisión, este queda exento de someterse al rito. Esto se debería a la transmisión posible por vía materna de la tendencia a la hemofilia.

Entre los cristianos el Año Nuevo es la celebración de la circuncisión de Jesús. Esto quiere decir que todos los 1.º de enero son la celebración de este evento en su octavo día de vida.

Fundado a principios de la década de 1960 por el rabino Sherwin Wine, el judaísmo humanista siempre ha rechazado la necesidad de la circuncisión. En cierto sentido, un Brit Shalom no es más que una ceremonia de nombramiento de un bebé judío que no es circuncidado. Desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy, el Dr. Mark D. Reiss, radiólogo jubilado y miembro activo de su congregación conservadora, se sintió obligado a ayudar a las familias judías que buscaban alternativas a la circuncisión, siendo el primer gran defensor de una muy extendida y renovada ceremonia religiosa, popularizándose desde entonces entre individuos y colectividades de la gran Comunidad Judía Mundial y no sólo entre las congregaciones más liberales.

Mohel

El Mohel (en hebreo: מוהל, en plural: mohelim) es el que lleva a cabo el Brit Milá, según la tradición judía, es decir, la circuncisión ritual de un bebé en el octavo día después de su nacimiento. En el judaísmo moderno, la circuncisión es realizada por un mohel, un especialista con un conocimiento profundo del procedimiento y ritual del mandamiento de la circuncisión. La mayoría de padres judíos prefieren contratar a un mohel para circuncidar a sus hijos. Hay una costumbre para el mohel, que consiste en hacer su primera circuncisión con su propio hijo, si es posible, bajo la dirección de su maestro.

Véase también

Referencias

  1. Glick, Leonard (2005). Marked in Your Flesh: Circumcision from Ancient Judea to Modern America. Estados Unidos: Oxford University Press. pp. 1-3, 15-35. ISBN 978-0195176742.
  2. Karris, Robert (1992). The Collegeville Bible Commentary: Old Testament. Estados Unidos: Liturgical Press. p. 57. ISBN 9780814622100. «La circuncisión solo se convirtió en una señal importante del pacto durante el exilio babilónico; es dudoso que siempre haya tenido este significado para Israel. »
  3. Eilberg-Schwartz, Howard (1990). The Savage in Judaism: An Anthropology of Israelite Religion and Ancient Judaism. Estados Unidos: Indiana University Press. p. 172. ISBN 9780253319463.
  4. Stavrakopoulou, Francesca (2012). King Manasseh and Child Sacrifice: Biblical Distortions of Historical Realities. Germany: Walter de Gruyter. pp. 198-200, 282-283, 305-306, et al. ISBN 9783110899641.
  5. Kimmel, Michael (2005). The Gender of Desire: Essays on Male Sexuality. United States: State University of New York Press. pp. 183. ISBN 9780791463376.
  6. Baky Fahmy, Mohamed (2020). Normal and Abnormal Prepuce. Springer International Publishing. p. 13. ISBN 9783030376215. «... Brit Milah simplemente es cortar o amputar [ritualmente] la punta que sobresale del prepucio... »
  7. Bárbaros ciruncisos, junto con cualesquiera otros que mostraban el glans penis, eran motive de chistes y bromas de parte de los romanos. El arte griego muestra el prepucio, dibujado a menudo en un detalle meticuloso, como emblema de belleza masculine, y los niños que tenían prepucios cortos por razones congénitas eran a veces sometidos a un tratamiento conocido como epispasmo, que tenía por objeto su alargamiento.
  8. Hall, Robert (agosto, 1992). «Epispasm: Circumcision in Reverse». Bible Review 8 (4): 52-57.
  9. Rubin, Jody P. (julio 1980). «Celsus' Decircumcision Operation: Medical and Historical Implications». Urology (Elsevier) 16 (1): 121-4. PMID 6994325. doi:10.1016/0090-4295(80)90354-4. Consultado el 4 de enero de 2020.
  10. Fredriksen, Paula (2018). When Christians Were Jews: The First Generation. Londres: Yale University Press. pp. 10-11. ISBN 978-0-300-19051-9.
  11. Rabí Najman de Breslav. El Libro del Alef-Bet (Sefer HaMidot - Versión Completa): Aforismos del Rebe Najmán sobre la Vida Espiritual Breslov Research Institute

Enlaces externos

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