Calzón
Calzón o calzones es la voz genérica que se da a una prenda de vestir; puede ser masculina o femenina dependiendo de la acepción que se tenga en cuenta de la palabra. Por una parte puede referirse a una prenda externa masculina utilizada en los siglos XV, XVI y XVII con distintos nombres y distintas variedades según la moda: calzón, gregüescos, calzones, calzas altas, calzones de relleno y sin relleno. La otra acepción se refiere a una prenda interior que cubre la mitad inferior del cuerpo y está formada por unas perneras que llegan hasta la rodilla. Se sustituyeron por el calzoncillo de los hombres y las bragas de las mujeres.[2] (si bien en algunos países el término calzón o calzones designa la ropa interior ya sea masculina o femenina)
Historia
El calzón o calzones nacieron cuando las antiguas calzas pasaron de ser de una sola pieza a ser de dos, la superior desde la cintura a la rodilla y la inferior, las calzas propiamente dichas, ajustadas a la pierna y alguna con calzado incorporado. Los primeros calzones entraron en la moda cortesana hacia el siglo XV y principios del XVI. Eran unos calzones que llegaron a tapar la rodilla y después se fueron acortando hasta medio muslo; más tarde a mediados del XVI se redujeron hasta las ingles tomando el nombre antiguo de gregüescos. Estos calzones, que durante un tiempo se llamaron gregüescos tuvieron su origen en el campesinado que a su vez lo trasmitió a la milicia.[3]
En estos años la vestimenta aristocrática se componía de jubón de satén, gregüescos, calzas de gamuza, sobretodo corto con mangas perdidas, abullonadas y acuchilladas. El resultado era una silueta cuadrada y fornida, muy varonil. Los calzones en esa época también se hacían abullonados y acuchillados, dejando ver entre las tiras la tela que hacía las veces de forro. En la segunda mitad el siglo XVI llegaron a ser tan abultados y escandalosos que en Francia tomaron una forma casi esférica y en Inglaterra salió un decreto legislando «el tamaño monstruoso e indecoroso de los calzones», con multa si no se respetaba.[4]
Durante los reinados de los Austrias en España se utilizaron tejidos lisos (terciopelo, raso, paño[nota 1] o tafetán) y otros tejidos con dibujos como las telas de oro o la piñuela,[nota 2] el damasco y los terciopelos labrados.[3]
- El embajador Jean de Dinteville: hombros cuadrados y aspecto varonil
- Felipe II, hacia 1554
- Carlos IX de Francia, hacia 1566
- El duque Carlos II de Estiria, 1569
Hasta el primer cuarto del siglo XVII continuaron en uso los calzones tanto cortos como por debajo de la rodilla. La exageración y el lujo fueron en aumento. Pero a partir de la década de 1620 fue cambiando su hechura; se hicieron más largos hasta llegar a las pantorrillas y desaparecieron los grandes rellenos. Las calzas, que habían estado al aire definiendo la anatomía de las piernas, se taparon o fueron sustituidas por botas de caña blanda con vueltas o sin vueltas. Los calzones se adornaron y ribetearon con una pieza llamada calcetón, hecha de encajes, que caía sobre el borde de la bota.[5]
Corría el siglo XVII y a mediados seguía siendo Francia el punto de referencia de la moda. Hacia los años 1640 surgió un tipo de calzón llamado Rhingrave, ancho y con tanto vuelo que casi parecía una falda o una prenda de mujer; estaba demasiado adornado con cintas, vuelos y encajes, tanto en las aberturas de los bolsillos como en la cinturilla; apenas tuvo éxito y antes de que finalizara el siglo desapareció, y además los calzones se alargaron hasta más abajo de las rodillas. Llegaron a usar el Rhingrave el rey Luis XIV de Francia, Carlos II de Inglaterra y Felipe IV de España.[6]
- 1613: Edward Sackville, continúa el lujo y la exageración
- 1631: Carlos I Inglaterra, con calcetón de encaje y botas
- 1640 en Holanda: hasta más abajo de la rodilla y con calcetón sobre las botas
- 1661 o 1662: Carlos II de Inglaterra, con vestimenta de Rhingrave
Llegado el siglo XVIII se empezó a llevar la casaca. Con esta prenda los calzones se hicieron más ceñidos, ajustándose debajo de la rodilla. Se sujetaban a la cintura con una faja que a veces estaba adornada con unas caídas que se alcanzaban a ver por debajo de la casaca. La casaca, el chaleco y el calzón llegaron a formar un conjunto conocido como 'traje'. Era el traje rococó francés que tomó también el nombre de habit à la française. Por debajo se llevaba una camisa blanca con chorrera en el cuello y puños haciendo juego. Se empleaba la seda y el terciopelo adornado con ricos bordados y botones también bordados. El resto de la pierna se cubría con medias generalmente blancas.[7]
- 1711: Sigmund von Erlach, con conjunto de casaca, chaleco y calzón
- 1730: niño en habit à la française
- 1773: el Gran Duque Paul Petrovich en habit à la française
- Maniquí mostrando un habit à la française
Bragueta, braguetón o martingala
El Diccionario de Autoridades del siglo XVIII ya recogía la voz bragueta: «Bragueta es la cobertura, a manera de bolsa grande, en la división anterior de las bragas o calzas que se llaman atacadas, y cultamente se llamó martingala.» En origen, las calzas llevaban una pieza adicional que cubría y protegía la entrepierna. En el siglo XVI se puso de moda resaltar la virilidad del hombre y la bragueta tomó protagonismo y derivó en un adorno con gran relleno, muy llamativo. Pasado el tiempo esta bragueta se sustituyó por el «alzapón» y finalmente por una abertura vertical, lisa, abotonada o con cremallera.[8]
En general eran piezas independientes aunque en algún inventario se citan como conjunto. También a través de algún inventario se tiene noticia de que el aditamento se confeccionaba igualmente para animales domésticos, como algún mono, tan en boga en aquellos tiempos.[nota 3]
En el siglo XVII el artilugio ya era considerado como una antigualla y era objeto de críticas y burlas por parte de los literatos:[10]
Dícenme que sois galán
Y que sacáis por las fiestas
Con la espada y pedorreras?
Para acreditar la gala
Bragueros de mil maneras,
Ya azules, ya colorados,
Ya verdes, ya rosaseca…
¿Cómo os avenís, buen viejoAlonso de Castillo Solórzano, La huerta de Valencia, 1629
- Hacia 1545: Enrique VIII de Inglaterra. Vestimenta de anchos hombros y bragueta o martingala prominente
- Hacia 1557: Fernando II del Tirol, con bragueta muy resaltada
- 1563: John Farnham, vestimenta militar con martingala
- Hacia 1558: Retrato de El príncipe don Carlos, hijo de Felipe II y su primera esposa, la infanta María Manuela de Portugal.
Véase también
Referencias
- El Diccionario de la Real Academia Española tiene una definición para martingala.
- Varios Autores, 2013, p. 438.
- Herrero García , 2014, p. 77 y ss..
- Varios Autores, 2013, pp. 90, 100, 101.
- Varios Autores, 2013, pp. 118.
- Varios Autores, 2013, pp. 122, 130.
- Varios Autores, 2013, pp. 136 y 154.
- Varios Autores, 2013, pp. 437, 88 a 90, 100, 210, 217.
- Herrero García , 2014, p. 77.
- Herrero García , 2014, p. 76.
Notas
- Paño es un tejido de lana muy tupida y gruesa. Se utiliza desde tiempos antiguos para fabricar prendas de abrigo.
- Tela de seda que tiene unas pequeñas piñas labradas.
- Una martingala de mico, dentro del Inventario de bienes del duque de Béjar. Cfr A.H.N. (Osuna), leg. 234, nº 41, IV.[9]
Bibliografía
- Varios Autores (2013). Moda. Historia y estilos. DK Versión española deleatur, S.L. ISBN 978-1-4093-4180-2.
- Diego y González, J. Natividad de (2011). Compendio de indumentaria española. Valladolid: Maxtor. Edición facsímil sobre la edición de 1915 (Madrid). ISBN 978-84-9761-890-8.
- Herrero García, Miguel (2014). Estudios sobre indumentaria española en la España de los Austrias. Madrid: CEEH Centro de Estudios Europa Hispánica. ISBN 978-84-15245-39-1.
Enlaces externos
- Fotografías que ilustran sobre la tela de oro
- Vestimenta del siglo XVIII en el Museo del Traje de Madrid
- La moda a lo largo de la historia