Carmen Mirabal

1. Una diva en decadencia (edición Latinoamérica) / La Diva (edición EU)

El mundo del espectáculo está matizado por un hálito seductor y un manto de tragedia. Cuando las luces se encienden en la gran sala de conciertos o en el plató de televisión o de cine, comienza la construcción de un mundo de ficción que, en el caso del artista, muchas veces se traslada a la calle con el asedio de los seguidores, o al propio hogar. La mitología se cuece en torno a los artistas. Tanto es así, que muchas veces quedan absorbidos de tal manera, que construyen su propia ficción alrededor de la que se levantan sus incondicionales, movidos en gran medida por una ceguera casi pasional, más que por una evaluación crítica del trabajo que se expone.

La periodista Carmen Mirabal, trocada en novelista –a caballo entre la ficción y la realidad que conoce de primera mano, se lanza a construir o más propiamente a reconstruir, desde el relato novelado la vida de una artista, Carolina o Lina, mecida por la brisa de la decadencia. La autora, inmersa en el periodismo de espectáculo desde su adolescencia, cuando bajo la tutela de Aída Zorrilla, dio sus pasos iniciales en el suplemento semanal "Ya", del diario El Imparcial, en cuya redacción en la borrada calle Comercio del Viejo San Juan, la conocí en los años tempranos de la década de 1970, se embarcó en un proyecto ambicioso que retrata un ambiente dominado por la decadencia.

Si bien se trata de una novela en la cual debemos suponer prevalece la inventiva de la autora, “Una Diva en Decadencia”, es un texto de utilidad para estudiantes de periodismo, interesados en conocer de primera mano interioridades del ambiente artístico, que tan en boga se ha puesto en los medios de comunicación de hoy.

En un estilo directo, Carmen Mirabal reafirma su pasión periodística en la reconstrucción de la tragedia que se lleva la gloria de La Diva. Su historia, bien podría ser de cualquiera de esas famosas artistas –de la canción o de la escena– que han atado su vida al mundo irreal que las suele rodear cuando la fama toca a sus puertas. Mientras se recorren las páginas de este relato, a la vez que pasan por nuestra mente algunos nombres famosos –Marilyn Monroe en la escena estadounidense o La Lupe en la latinoamericana–, la autora sacude al lector al introducirlo en la implacable voracidad del periodismo moderno, que tendió sus primeras raíces en el reporterismo de farándula, metido desde siempre en las intimidades de los protagonistas, algo que en la actualidad se da también con los políticos y con los deportistas.

La autora de “Una Diva en Decadencia” pone pasión en su relato, por lo que en ocasiones no puede el lector escapar a las emociones que impone la tragedia de Lina o las actuaciones de aquellos que, como sanguijuelas, se nutrieron de sus venas. La iniciativa de Carmen Mirabal pone en manos del lector latinoamericano rastros de un mundo que, por idealizado, tan poco se conoce en su interioridad, sin contar los sacrificios que conlleva más allá de la gloria aparente que disipa la vida entre polvos y barbitúricos.

2. Intimidades de una Diva

Prólogo

El amor es el reflejo de lo que hemos vivido, de lo que añoramos resolver de nuestra infancia, de nuestros primeros vínculos con quienes nos cuidaron y quienes nos trajeron al mundo, papá y mamá. De ahí que el amor de pareja sea tan complicado y a la vez tan anhelado.

La Diva es una huérfana emocional. ¿Por qué? ¿Qué la lleva hasta ahí? Es difícil hablar de un personaje, pero este parece estar vivo, no sé si será porque desde los quince años he vivido en este medio en el que la Diva vivió.

La farándula, el arte en general, está siempre rodeado de un glamour que no es real. La realidad cruda es que este medio está lleno de farsantes, de gente que no es tu amiga y que está contigo solo por interés. Tan pronto no eres famosa, desaparecen como pájaros en el invierno. La competencia, la envidia y la ambición desmedida moldean el ambiente.

Es así como esta mujer llena de soledad, tiene un tema no resuelto desde su niñez: ABANDONO. Busca una y otra vez parejas que la van a abandonar, como lo hizo su padre. Tiene unos vacíos emocionales muy grandes, que ni la fama ni el éxito ni el dinero ni el sexo pueden llenar. Como su realidad es tan triste se refugia en los aplausos o en las drogas.

3. Historia de Amor

Historia de Amor

Final de la trilogía de "La Diva".

El verdadero escritor es aquel que le escribe al amor, sin estar enamorado, los demás somos tan solo principiantes. Anónimo

Cuando empecé a escribir “Una diva en Decadencia”, que luego se convirtió en “La Diva”, nunca pensé que la misma sería plagiada. Fue muy triste para mí ver que todas las semanas, días y horas que invertí en un guion basado en “la Diva”, que le entregué a mi amigo Efraín López Neris -el cual le gustó mucho-, sería tiempo perdido, sobre todo cuando ya se había logrado conseguir el financiamiento para hacer una película.

Me reuní con Lucia Méndez en Miami por varios meses, porque ella daba el personaje a la perfección y ella quería hacerle cambios al guion. Inclusive sugirió cambiarle el nombre a “La Diva Enamorada” y nos reunimos con Enrique Rentería, famoso escritor mexicano para que Lucía se sintiera cómoda con la adaptación de la historia.

Lucía es un ser humano extraordinario que me abrió las puertas de su hogar, conocí a su encantadora madre-quien fue el mejor crítico de mi libro-a su hermano Abraham, con quien varias veces nos reunimos para buscar los nombres que acompañarían a Lucia en esta maravillosa travesía fílmica.

Hicimos prensa, Lucia dio entrevistas al respecto y un día un plagiador vendió los derechos de La Diva para realizar una telenovela con el mismo nombre, que como era de esperarse fracasó porque “el plagiador” no desarrollo bien la historia. De un personaje trágico, lleno de matices de la vida misma, creó una historia que ridiculizo a mi Diva, pues la mía era una ganadora y la del plagiador una perdedora.

La ley de derecho a los autores, no nos protege fuera de Estados Unidos. Perdí la oportunidad de trabajar con Lucía en este proyecto fílmico, pero no me di por vencida con la historia, así que la mejor manera de demostrarle al mundo quien había escrito realmente la historia de La Diva, era haciendo una saga.

Lamentablemente el fracaso de la telenovela, que tenía una mala adaptación de la mía, no permitió que los inversionistas se arriesgaran a hacer la película. Pero no importa. Un escritor con imaginación puede llevar su historia donde quiera. Así que escribí INTIMIDADES DE UNA DIVA, la continuación de la vida de un personaje que muere en el primer capítulo de la historia.

LA DIVA es la historia de Carolina Lombardi contada por su representante, mientras que INTIMIDADES DE UNA DIVA, recrea la historia narrada por la misma protagonista Carolina Lombardi en un diario que ella dejó antes de morir. Esta historia tenía una diferencia con la primera, de los grandes amores que había tenido, hubo un escritor, un fino caballero que Carolina Lombardi conoció en unos de sus viajes, el cual ella guardó muy bien en ese diario y del que nadie tuvo conocimiento hasta que el diario fue encontrado y leído por Alejandra.

Ese escritor perdidamente enamorado de Carolina, deja este libro “Historia de Amor”, para concluir la saga de tres libros que la vida de divas que conocí me inspiraron al crear a Carolina Lombardi.

No fue fácil escribir como Rodolfo Alcántara, pero tengo que agradecer la colaboración de ideas de buenos amigos como: Faisel Iglesias, Cucco Peña, Marioantonio Rosa y mi gran amigo Luis Ángel.

HISTORIA DE AMOR, es una narración de amor de dos seres que se conocen y aprenden amarse en su tercera edad.

En honor de aquellos que todavía les gusta conocer a la pareja y cortejarla, que aún son románticos. Esta novela es para ustedes y si nunca han amado con la intensidad de Francisco y Carolina, no pierdan la esperanza, el amor existe, puede tropezarse con uno en cualquier esquina, solo que hay saber escoger a quien darle nuestro amor cuando este llega.

4. La ahijada de la muerte

Una dramaturga quiere escribir una obra sobre la Muerte, la muerte la busca y se la lleva. En el trayecto la dramaturga y la muerte, descubren que siempre han estado en contacto y desarrollan una amistad. En el proceso, la dramaturga vive encuentros con personas que fueron importantes en su vida. Tiene encuentros agradables y desagradables lleno de humor y sátira. Obra de teatro breve, pero muy agradable y sobre todo trata el tema de la muerte, que crea miedo a quienes no les gusta siquiera hablar del tema. Entretenida y fácil de leer.

5. LA LUPE LA LEYENDA

La Lupe… Enigmático nombre para una enigmática criatura. Al menos vista de fuera, como yo la conocí. Nunca tuve la oportunidad de compartir ratos de íntima conversación o tan siquiera pasar momentos de relación social junto a ella. Ahora bien, en un escenario, o frente a las cámaras de televisión alternamos y docenas de veces pude verla actuar y embrujar a un público, eso sí… Pero conocerla, conocerla, no. Siempre me pareció un enigma.

Sin embargo, al leer sobre ella cándidamente descrita y narrada por alguien que la conoció bien – muy bien – he tenido una experiencia reveladora. Descubrí la verdad detrás del mito. Al fin pude descifrar aquel enigma. Gracias a mi eterna amiga y talentosa periodista/productora Carmen Mirabal, ahora es que yo he podido a conocer a La Lupe.

Juntando mis viejas impresiones con la vívida descripción y las anécdotas de quien escribe este libro emerge la verdadera persona que fue Guadalupe Yoli: una mujer inteligente, desprendida y cooperadora. Una trabajadora incansable, un ser humilde (con H mayúscula). La amiga más leal y sacrificada –aunque le costara perder.

Imaginarme a La Lupe barriendo una oficina o contestando el teléfono para sustituir a la recepcionista, simplemente por ayudar -o visualizarla mezclándose con la gente en el estacionamiento de un lugar donde encabezaba ella el espectáculo, convenciendo al público a que asistiera al show… Sencillamente esas son cosas que los “artistas” no suelen hacer. Y yo conozco bien a demasiados artistas. Es más, mucho menos haría cosas como esas un artista considerado “estrella”. Y es sabido por todos que La Lupe era artista y era una súper-estrella. (A lo que seguramente ella diría “So what?”)

Tenía el alma noble. Era una creyente devota y entregada a sus rituales y deidades.  Fue una compañera solidaria, atenta y generosa con todos sus colegas. Un personaje muy querido; siempre amorosa y empática con sus admiradores. Fue toda una profesional en su arte y oficio.

Como artista “la Yiyiyi” fue un ejemplar único.

Un clásico fuera de serie.

Ahí rompieron el molde.

No ha habido ni habrá nadie como ella.

Una personalidad excéntrica y magnética.

Hasta pudiéramos catalogarla como extraterrestre y eso no asombraría a nadie.

Dotada de un desnudo sentimiento en su voz teñida por quejidos de corazón partido.

Voz que no es bonita, ni dulce, ni siquiera agradable –pero que es DEFINITIVAMENTE IRRESISTIBLE.

Luciendo una quijotesca figura desgarbada, huesuda, de torpes movimientos y con cruda proyección de imagen, pero poseyendo un atractivo tan especial, que nadie podía dejar de mirarla. Era en verdad una paradoja en dos piernas, vistiendo curioso ropaje y portando indomable cabellera.

Esa perfecta combinación la hacía pintorescamente atractiva y singularmente hermosa. Que no quepa duda: suelta en un escenario La Lupe era bombástica.

Al margen de este retrato de La Lupe que pinta con sus palabras en este excelente libro su AMIGA, la Dra. Carmen Mirabal, nos vamos enterando también de las interioridades y manejos, que tras bastidores se fraguaban durante aquella inolvidable época cuando la salsa gorda era grande y todopoderosa. Cuando reventó como fenómeno global. La Mirabal nombra nombres y cuenta verdades, sin pelos en la lengua. Esta valiente periodista y combativa mujer empresaria dentro del mundo del espectáculo nos educa y nos entera de cómo se batía el cobre cuando sonaban los cueros y el cencerro.

Este libro es historia.

Pero es como una novela.

Es una tragicomedia… musicalizada.

Es como puro teatro.

Y lo cuenta todo la que todo lo vivió y la que todo lo sabe. Para mí La Lupe ya no es el enigma –ahora es LA LEYENDA. Gracias por eso, Carmen. Alfred D. Herger, Ph.D. Psicólogo y Musicólogo