Consistorio (Antigua Roma)

El consistorio (consistorium, sacrum consistorium) fue un órgano gubernamental del Bajo Imperio romano. Su función principal era debatir los asuntos del momento y aconsejar al emperador para que tomase decisiones al respecto, además de funcionar, también, como Corte Suprema y lugar donde se recibía y escuchaba a delegaciones del extranjero o de las provincias.[1] Era heredero del consilium principis un grupo de personas seleccionadas por el emperador a quienes, durante el Principado, recurría para que le asesorasen o le diesen su opinión.[1] Existían dos consistorios: uno para el emperador occidental y otro para el oriental.

Consistorio
Consistorium
Información general
Ámbito Antigua Roma e Imperio bizantino
Jurisdicción Imperio romano
Tipo Órgano consultivo
Tribunal de última instancia
Sede Itinerante junto al emperador
Organización
Depende de Emperador romano
Historia
Fundación Bajo Imperio romano
Disolución Gobierno de Justiniano I
Sucesión
Consilium principis Consistorio

Composición

Lo integraban dos tipos de personas. Su núcleo estaba formado por los titulares en cada momento de altos cargos civiles y militares que ex officio los convertían en miembros:[1]

Organigrama gubernamental civil y militar del Imperio romano occidental sobre el año 400. El consistorio se sitúa junto al emperador directamente dependiente de él.

A este grupo se le unían personas seleccionadas personalmente por el emperador y que, normalmente, habían desarrollado una destacada carrera dentro de la Administración imperial o del ejército.[2] Adicionalmente, cuando funcionaba como Tribunal de última instancia, también se incorporaban a las sesiones abogados y expertos en derecho.[1]

Historia

Su mayor protagonismo lo cobró durante el siglo IV cuando, de manera regular, se debatieron en él los asuntos de cada momento.[3] Siguió en funcionamiento durante el V y —en el Imperio oriental— el VI pero se convirtió, de manera paulatina, en un órgano más ceremonial que decisorio tal y como era el senado debido a que el emperador prefirió tratar con círculos más pequeños formados por aquellos altos funcionarios o militares que debían ejecutar sus decisiones.[4]

Bien pronto —en 364— se limitó su trabajo de recibir a las delegaciones provinciales debido a la gran cantidad de tiempo que consumía esta función.[5] Se estableció que debían dirigirse, previamente, al prefecto del pretorio para que este atendiese las peticiones más sencillas.[5]

Otra función secundaria que ejercía era la de entrega oficial de los nombramientos para cargos y dignidades.[6] Esto resultaba en un gran honor para quienes las recibían y los colocaba en una posición preferente respecto a otros titulares de los mismos cargos que habían recibido su nombramiento por el conducto habitual.[6]

Algunos ejemplos de actuaciones del consistorio fueron:

Véase también

Referencias

  1. Jones, 1964a, p. 333.
  2. Jones, 1964a, pp. 333-334.
  3. Jones, 1964a, p. 334.
  4. Jones, 1964a, pp. 338-339.
  5. Jones, 1964a, p. 336.
  6. Jones, 1964a, p. 337.
  7. Jones, 1964a, p. 335.

Bibliografía

  1. Jones, Arnold Hugh Martin (1964a). The later Roman Empire 284-602. Volumen 1 [El Imperio romano tardío 284-602] (en inglés). Basil Blackwell.
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