Contraespionaje

El contraespionaje o contrainteligencia es la actividad de evitar que el enemigo obtenga información secreta, tales como la clasificación y el control cuidadoso de información sensible y crear desinformación.

El contraespionaje está dirigido contra el sistema de espionaje de un enemigo,[1] por ejemplo reclutando agentes en órganos de inteligencia extranjera.

La mayoría de los gobiernos y de los militares tienen organizaciones que satisfacen específicamente este papel.[1] Los métodos incluyen agentes encubiertos, supervisando el comportamiento del «personal diplomático legalmente acreditado» (alguno de quién son a veces realmente espías o tratantes del espía), y medios similares.

Cuando se descubre un espía, las agencias de la contraespionaje generalmente se autorizan formalmente para arrestar a sospechosos del espionaje, pero es a menudo más productivo vigilar cuidadosamente a ellos para ver lo que saben, a dónde van, y con quién hablan. Además, la desinformación se puede utilizar para engañar a las organizaciones hostiles (tales como grupos terroristas) o a los espías y a sus patrocinadores de los países hostiles, o hacer que cesen sus actividades si creen que su información ha llegado a ser no fiable y/o se ha comprometido su secreto. Las actividades del espionaje y de la contravigilancia ocurren no solo entre los gobiernos, también pasa entre las industrias así como en lo criminal y, según lo indicado antes, en los grupos terroristas.

Agencias de contraespionaje

Agencias de contraespionaje ya desaparecidas

Referencias

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