Criadilla
Criadillas es el nombre gastronómico que reciben los testículos, lacras, de cualquier animal de matadero apto para el consumo humano. Son una fuente de minerales como el zinc, fósforo y potasio[1] además de micronutrientes comúnmente encontradas en productos animales como vitaminas de la familia B.
Historia de las criadillas
A lo largo de la historia se les han atribuido propiedades curativas, normalmente para combatir la impotencia, aunque en la actualidad se sabe que no son efectivas.[2] Se sabe que Fernando II de Aragón, Felipe IV y Carlos III las consumían.[3] Lo más habitual es comerlas empanadas.[3]
Véase también
Referencias
- Ninja, Pau (29 de septiembre de 2022). «Testículos: menos tocar, más comer (aumenta tu testosterona)». Carnismo. Consultado el 29 de septiembre de 2022.
- Alonso, J. R. (2016). «De lo que se come, se cría». Jot Down. Consultado el 12 de junio de 2017.
- Ruiz, D. (16 de enero de 2017). «Yo no he probado nunca...». El Diario Montañés. Consultado el 12 de junio de 2017.
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