Dialógica

La dialógica (del griego διαλογικός, der. de δια “a través de” λογός “discurso”) es la ciencia que analiza y estudia las configuraciones discursivas generadas en la interacción entre seres humanos a través del uso del lenguaje natural (u ordinario)[1][2].

El objeto de conocimiento de la dialógica es entendido como dato observativo de tipo textual, es decir lo que se manifiesta en el empleo del lenguaje natural, en cada forma y codificación (gráfica, fonética, gestual), por parte de los seres humanos. Cada producción discursiva representa así un “texto” que, en la trama de las posibilidades discursivas, crea algunos “eventos discursivos” (las configuraciones discursivas[3]) dotados de estatus de realidad y pasibles de relevamiento y de medición[4]. La dialógica se ocupa entonces de cómo el lenguaje natural configura discursivamente aquello que por sentido común es definido como “realidad”. Además, permite no solamente describir el proceso que lleva a la génesis de las configuraciones discursivas, mas también medirlo: esto a partir de la formalización de los elementos del lenguaje (definidos repertorios discursivos[3]), relevando su impacto sobre las estructuras de realidad en las cuales están inmersos la comunidad humana y los propios miembros. Por estas especificidades, la dialógica se distingue de las disciplinas que se ocupan de los signos y de las reglas lingüísticas entendidas como instrumentos de comunicación y vehículo de información, eligiendo dotarse de metodologías dirigidas a observar las “arquitecturas textuales” a través de las cuales los elementos del lenguaje natural, en su uso e interacción, configuran realidades discursivas; por sentido común, “realidades de hecho”[4].

En el ámbito de investigación pura la dialógica se ocupa de la observación, del estudio y de la definición de los elementos que componen las configuraciones discursivas. Todo ello recurriendo a específicas metodologías, instrumentos de investigación y software para trazar y medir, por ejemplo, variabilidad, masividad y flexibilidad de las configuraciones discursivas objeto de relevamiento[5].

Sobre otra vertiente, la contribución de la dialógica como ciencia aplicada la posiciona como ciencia que, con los propios instrumentos teóricos y metodológicos permite el análisis y la medida de las interacciones discursivas entre seres humanos, y que con los propios instrumentos operativos permite el cambio de las configuraciones discursivas creadas en tales interacciones. Es en consecuencia puesta a disposición una instrumentación operativa que, según el objetivo de la intervención, promueve la génesis y la reconfiguración de estructuras de realidad antes no disponibles o no anticipables.

Historia

La dialógica representa el resultado de un esfuerzo cognoscitivo cuya visión e iniciativa en los primeros años ochenta a partir de la intersección entre el interés filosófico por el lenguaje natural (u ordinario)[6][7][8][9], la tradición post-moderna en las ciencias humanas y discursivas[3][10][11][12] y el espacio epistemológico abierto de la física cuántica al comienzo del siglo[13][14][15].

Sobre la vertiente de la filosofía, los autores centrales que han inspirado la redacción de los fundamentos de la dialógica son Ludwing Wittgenstein, Hans Georg Gadamer y Michel Foucault. A partir de la tradición lógico-formal de Gottlob Frege[16], los estudios sobre el lenguaje han caracterizado fuertemente el escenario intelectual del último siglo, al punto de llegar a considerar el problema del lenguaje como el problema filosófico-científico por excelencia[17][18]. Dentro de las reflexiones de los más grandes pensadores del Novecientos, el lenguaje, con sus posibilidades, en el entramado de la realidad cotidiana, llegó a ganar una posición teórica de primer orden. Es justamente dentro de este escenario intelectual que la dialógica ha encontrado el propio terreno de fundación.

Por lo que respecta a la filosofía del lenguaje ordinario de Wittgenstein, la dialógica toma y reformula el recorrido y el descarte que el autor cumple respecto a considerar el lenguaje primero como “cálculo”, luego como “sistema” y finalmente como “forma de vida[19]. Según el autor el lenguaje, a través de una multiplicidad de “usos” diversos y posibles, contribuye a generar y mantener diferentes estructuras de “realidades discursivas”. Cada uso, cada “juego lingüístico” tiene propias específicas reglas que lo hacen reconocible, compartible y, justamente, utilizable[20]. Cambiando la regla se modifica el uso y en consecuencia la estructura de realidad discursiva que se genera en el uso del lenguaje natural[6].

Por lo que se refiere a la hermenéutica de Gadamer, el tema más relevante a los fines de la dialógica se presenta en la centralidad atribuida al texto y a la crítica de la pretendida neutralidad del observador. El texto vale como exteriorización del pensamiento en la historia y el acceso a esto no es un procedimiento asimilable al descubrimiento científico. Cualquier acto cognoscitivo se da como acto hermenéutico donde el lector, sobre la base del contexto cultural al cual pertenece y de los conocimientos que trae, busca y encuentra significados diferentes. No se da en consecuencia conocimiento textual como conocimiento de verdad incontrovertible, ya que la interacción entre texto y lector varía en el tiempo y en la geografía cultural[9].

Otra contribución fundamental para la dialógica está representada por la exégesis de Michel Foucault. El filósofo francés, a través del estudio de la locura[21], de la mirada médica[22], de los fundamentos epistémicos[23], de las instituciones psiquiátricas[24] y de las estructuras penitenciarias[25] llega a delinear una modalidad histórico-discursiva para el estudio del conocimiento[7][8]. La historia del conocimiento humano no se da en otro modo que no sea a través de archivos de texto. En la lectura de estos es posible excavar a fondo y hacer emerger aquél episteme, aquellas “reglas del discurso” sobre las cuales se funda un completo período intelectual[23]: estas reglas se presentan como conjuntos de “eventos discursivos” entre ellos discontinuos, en consecuencia definibles y distinguibles, así como en interacción entre ellos[7][8].

Por lo que respecta a la vertiente de la tradición post-moderna en las ciencias humanas y discursivas, la dialógica hace propias algunas nociones centrales como: la crítica y el abandono del constructo de psique como elemento individual-interior[26][27], la concepción de realidad como construcción social[28][29][30], el interés teórico-metodológico por el lenguaje[31][32] y la profundización de los métodos de análisis discursivo[33]. Con el avance de la visión constructivista[34][35][36] e interaccionista[37][38][39], se propone desplazar el focus de estudio de estas disciplinas de la investigación sobre la estructura de la psique a la investigación sobre cómo se construyen los significados que las personas utilizan para moverse en el mundo y orientarse en los contextos de vida[40][41][42]. En esta perspectiva de investigación abierta desde la reflexión post-moderna, la dialógica individualiza como objeto de investigación las “modalidades discursivas” que pueden ser empleadas por los seres humanos en la configuración de “realidades sociales”. El pasaje, en consecuencia, es ulterior: se va más allá y se sale del campo de todas las ciencias humanas y discursivas haciendo algo distinto. El objeto de investigación de la dialógica no son más solamente los “significados” y su construcción, sino los modos de uso del lenguaje natural y el modo en el cual configuran el “sentido” para eventos discursivos de realidad[1][4]; a todo esto se confiere un valor numérico que permite la posibilidad de medir las propiedades de las configuraciones discursivas.

Otro aspecto central para la fundación de la dialógica está representado por la contribución filosófico-científica de la física cuántica y, en particular, por el valor epistemológico del principio de incertidumbre de Werner Heisenberg[43][44]. En estos términos la visión de la dialógica hace propio el salto paradigmático[45] inaugurado por la formulación de 1927 y por la sucesiva interpretación de Copenaghen[15]: en el asumir la medición de dos magnitudes subatómicas, cual posición y cantidad de movimiento, como imposible sin considerar una cuota mínima de incertidumbre, Heisenberg ha puesto en discusión toda la imagen científica del mundo[14]. Con la física cuántica es introducida y formalizada por primera vez la noción de interacción, en cuanto no se puede prescindir de considerar las modalidades a través de las cuales el observador y el observado interactúan en el generar la realidad medida[13]. De aquí la dialógica, situándose también ella en aquellos que toman el nombre de paradigmas interaccionísticos, inserta en los propios fundamentos, teorías y métodos un principio de incertidumbre intrínseca a la interacción entre los elementos de las estructuras discursivas que, en el uso por parte de los seres humanos, configuran “eventos discursivos”, es decir configuraciones consideradas por sentido común realidad de hecho y estados de cosas subsistentes.

A partir de tales referencias filosóficas y epistemológicas la dialógica germina desde la posibilidad de estudiar la interacción entre las modalidades discursivas utilizadas por los seres humanos para generar realidades compartidas representadas por constructos lingüísticos semánticos como “conflicto”, “enfermedad mental”, “tóxico-dependiente”, “violencia” o “salud”, volviéndolas pasibles de intervenciones en óptica transformativa.

Dados estos presupuestos, a partir de los años ochenta, el primer grupo de investigación sobre la dialógica de la Universidad de los Estudios de Padova (teniendo como referente al Profesor Gian Piero Turchi) se ocupó de definir y formalizar las modalidades de uso (también llamadas reglas de uso) del lenguaje natural. Las primeras investigaciones permitieron analizar porciones de texto de diversa tipología para poder identificar y definir algunos “aglomerados” de reglas que representan algunos modos a través de los cuales el lenguaje natural puede manifestarse y ser utilizado: estos son definidos repertorios discursivos[3]. Es alrededor de 2005 cuando la dialógica dispone de un primer glosario, es decir una nómina que contiene un trazado inicial de las primeras formas de repertorio discursivo. En el 2007 la investigación atraviesa un momento de aceleración por lo cual los investigadores idean la Metodología para el Análisis de los Datos Informatizados Textuales (M.A.D.I.T.): esta define los pasajes de método que permiten observar y analizar los elementos que componen las configuraciones discursivas en modo todavía más detallado. El número de los repertorios es cerca de setenta[46]. En el 2009, siempre gracias a la posibilidad de la aplicación del método, investigadores prosiguen con la afinación de las distinciones y precisiones de similitudes y diferencias entre repertorios: estos son traducidos en clases de orden, haciendo posible la sistematización de los repertorios en una tabla de tipo periódico que contiene cerca de 40 “elementos”[1]. En el 2011, luego de ulteriores investigaciones y experimentaciones de análisis del texto, la tabla de repertorios discursivos es posteriormente elaborada, dando como resultado una segunda versión. Con tal pasaje el número de repertorios disminuye nuevamente y al mismo tiempo la precisión de las medidas aumenta; se hace posible una descripción siempre más específica de la regla del lenguaje natural que los repertorios representan. En el 2012 las posteriores investigaciones y la utilización de nuevos software de análisis del texto contribuyeron a la construcción de una tercera tabla de repertorios, esta vez de tipo semi-radial. En esta última versión los elementos de las configuraciones discursivas están organizados teniendo en cuenta también del recorrido de filogénesis que ha caracterizado el manifestarse de una cierta modalidad de uso del lenguaje natural a partir de repertorios discursivos “primitivos”[2].

Características y conceptos generales

La dialógica asume como propio objeto de estudio el lenguaje natural (u ordinario), las modalidades discursivas a través de las cuales el mismo se manifiesta en su uso y el impacto pragmático que estas tienen sobre las configuraciones discursivas de realidad. Esta ciencia define el lenguaje como un conjunto de unidades simbólicas, reglas de aplicación y reglas de uso[2]. Con “unidad simbólica” se hace referencia a cualquier signo al cual es atribuido un valor puramente convencional. Letras, palabras o ideogramas de una lengua (así como los gestos, los signos en relieve del braille, etc.) son algunos ejemplos de unidades simbólicas, en cuanto son signos fonéticos, gráficos o gestuales a los cuales es asignado un valor simbólico de significación dentro de un territorio de codificación lingüística. Las “reglas de aplicación” son en cambio las modalidades que gobiernan la composición, descomposición o reagrupamiento de las unidades simbólicas y como tales deben entenderse las reglas sintácticas y gramaticales que caracterizan una lengua. Por último, por “reglas de uso” se hace referencia a aquellas reglas que, en base al uso de un término, hacen posible conferir un valor al término mismo. En los fundamentos de la dialógica son entendidas como reglas de uso las valencias denotativa, connotativa y ostensiva del lenguaje[4].

Representación de las disciplinas que se ocupan del lenguaje y de sus componentes formales.

Dentro de la comunidad científica el lenguaje es objeto de una vasta gama de saberes; sin embargo, entre las disciplinas que se ocupan del “logos” la propuesta de la dialógica busca asumir una posición particular. Más allá de la semiótica que se ocupa de estudiar signos y gramática de un sistema simbólico[47], de la lingüística que estudia el lenguaje humano a nivel de sintaxis y gramática[48], de la cibernética que se ocupa de comunicación y de transmisión de informaciones[49] o de la filología que busca estudiar el origen y la variación de las unidades simbólicas en la historia[50], la dialógica se propone pasar de una concepción del lenguaje como contenedor y vehículo de informaciones, en consecuencia exclusivamente como instrumento comunicativo y constructor de significados a una concepción del lenguaje que a partir de particulares arquitecturas retórico-argumentativas es también instrumento de entramado y configuración de sentido de realidad.

Por lo tanto, más que concentrase sobre lo que el lenguaje es y sobre sus funciones, la dialógica se propone estudiar también lo que el lenguaje hace, cómo lo hace y cómo son las implicaciones de un particular uso del lenguaje sobre las configuraciones discursivas de realidad. Esto yendo a focalizarse no solamente sobre componentes de contenido (que se refieren a la lengua) mas también sobre reglas de uso[6][7] que, al nivel superior de aquello que toma el nombre de proceso dialógico, engloban y contemplan también algunos contenidos lingüísticos. Lo que propone la dialógica es en consecuencia posicionarse sobre el estudio del diferente impacto y contribución que específicas modalidades del uso del lenguaje natural (los repertorios discursivos) tienen en el configurar realidades discursivas dotadas de efectos pragmáticos, implicaciones, repercusiones y consecuencias sobre la vida de los seres humanos.

El presupuesto fundamental considerado en la formalización de los repertorios discursivos es el concepto de interacción, definida como:

“Proceso diacrónico mediante el cual se generan, a partir de dos o más elementos a su vez generados por el mismo proceso (precedentemente y contemporáneamente), estructuras/configuraciones que pueden ser descritas -y en consecuencia pertenecer a- o de lenguajes formales (en consecuencia teóricos) o por el lenguaje natural-ordinario”[4].

La interacción está en consecuencia definida como un proceso dialógico, continuado y perpetuo en el cual por lo menos dos elementos del mismo, gracias a las posibilidades generativas de la incertidumbre, dan vida a estructuras que tienden a la estabilidad; es decir en el caso del proceso formalizado por la dialógica, las configuraciones discursivas de sentido de realidad. La disponibilidad del proceso interactivo genera de por sí, como propio resultado, una serie de productos de naturaleza indeterminable; pero, en el momento en el cual una ciencia logra identificar, definir y emplear las reglas que permiten la gestión del proceso mismo, el margen de incertidumbre puede ser reducido y en consecuencia gestionado. De este modo se hace posible dar una dirección a lo que se ha generado por los elementos que componen una configuración discursiva, promoviendo particulares estructuras.

Ejemplos de “procesos” e “interacciones” están omnipresentes en el cauce de las producciones científicas.

Véase por ejemplo la bioquímica, en la cual la interacción está en el proceso metabólico donde elementos interactuantes, como los ácidos nucleicos, generan estructuras biológicas de estabilidad variable como células, tejidos, órganos y organismos[51]. Véase también la física de las partículas, en la cual la interacción está en el proceso energético dentro del cual partículas subatómicas generan configuraciones atómicas más o menos estables como elementos químicos, moléculas, compuestos y sustancias[52][53]. Sobre la base de estos pilares conceptuales, la dialógica posiciona la especie humana (en cuanto beneficiaria del lenguaje natural) dentro de una visión teórico-epistemológica interactiva, donde el proceso fundamental a describir no es ni el metabólico a la cabeza de la bioquímica, ni el energético a la cabeza de la física cuántica.  El proceso que caracteriza a los miembros de la especie humana es el que viene denominado “proceso dialógico”[4]. Del mismo modo que los procesos metabólico y energético, el proceso dialógico en la interacción entre reglas de uso del lenguaje natural (los repertorios discursivos y las propiedades procesales) genera también configuraciones discursivas de realidad más o menos estables[2].

La tabla de los repertorios discursivos

La dialógica, focalizándose sobre la arquitectura retórico-argumentativa dentro de la cual los contenidos del texto son empleados y sobre las reglas de uso que caracterizan el lenguaje, transforma el dato textual en configuración discursiva de sentido de aquello que en lo cotidiano llamamos “realidad”[46][54].

Las configuraciones discursivas generan un espacio teórico en continuo cambio, en cuanto lo que se genera interactúa a su vez con tal espacio. Las particiones del “espacio discursivo”, formalizadas según las conceptualizaciones de la dialógica, son denominadas repertorios discursivos, definidos como:

“modalidad finita de configuración de la realidad, lingüísticamente entendida, con valencia pragmática, que reagrupa también más enunciados (denominados “archipiélagos de significado”), articulada en frases concatenadas y difundida con valor de aserción de verdad, dirigida a generar (configurar)/mantener una coherencia narrativa”[2].

Tabla que describe las diferentes formas de uso del lenguaje ordinario (llamadas Repertorios Discursivos) objeto de estudio de la Dialógica, en su última definición disponible.

A nivel metodológico la operación cognoscitiva se declina en la descripción de los puntos de articulación del texto (entendido como producción discursiva) que vuelven una particular configuración peculiar y típica. Tal descripción se traduce en la denominación de los repertorios discursivos que generan el texto objeto de investigación y que han sido definidos y contenidos en una tabla periódica semi-radial. Esta tabla recoge un conjunto finito de repertorios (26) sin limitaciones en su disponibilidad de combinación y extensión.

La tabla es definida periódica exactamente como sucede en química, donde las propiedades de los elementos varían en modo periódico. Está organizada en forma semi-radial y describe filogenéticamente la síntesis de los elementos contenidos en la misma. A partir de la interacción entre las propiedades procesales “primordiales” (en la tabla indicadas por las letras “A” y “B”), se acuñan paso a paso todas las ulteriores modalidades de uso del lenguaje. Las propiedades procesales de cada repertorio discursivo están definidas a través de proposiciones que describen los criterios cognoscitivos que permiten aislar las propiedades mismas en el momento de la denominación. Esto implica que en el curso del análisis de la producción discursiva una porción de texto, considerado como modalidad finita de configuración de la realidad, puede ser denominado tal con base en la saturación de las propiedades procesales descriptas en la tabla periódica[2].

Según sus propiedades y características, los repertorios discursivos están subdivididos en tres clases de orden y en un grupo teórico[4]. Las tres clases son:

  • repertorios discursivos generadores, definidos como reglas de uso del lenguaje natural que se caracterizan por conservar y promover un impulso hacia la generación de configuraciones discursivas inéditas y la reconfiguración de configuraciones ya disponibles;
  • repertorios discursivos de mantenimiento, definidos como reglas de uso del lenguaje natural que concurren a mantener las configuraciones discursivas “idénticas a sí mismas” respecto a las propiedades procesales;
  • repertorios discursivos híbridos, definidos como reglas de uso del lenguaje natural que pueden asumir una orientación sea de mantenimiento sea generativa, no aportando singularmente ni la posibilidad de la generación de configuraciones de sentido distintas de aquellas en curso (variabilidad del proceso discursivo), ni la posibilidad de mantenimiento de cuanto se está configurando (estabilidad del proceso discursivo). Estos repertorios asumen y agregan un valor de generación o de mantenimiento según la clase de pertenencia de los repertorios con los cuales se encuentran interactuando en la configuración.

El grupo teórico de los repertorios discursivos artificiales denota reglas de uso del lenguaje natural que generan/mantienen/configuran realidades por afirmación o por aserción. Estas dos modalidades se diferencian en cuanto la primera no explicita los presupuestos sobre los cuales la misma se funda, por lo tanto la realidad que es configurada se presenta como verdadera de por sí (modalidad propia del sentido común), mientras la segunda encuentra el propio fundamento en la explicitación de los presupuestos cognoscitivos que adopta (modalidad propia del sentido científico).

Cada repertorio discursivo está caracterizado por tres parámetros que permiten particionar el espacio discursivo: la coherencia narrativa, la generatividad y la dialogicidad. A cada uno de ellos ha sido atribuido un valor numérico en virtud de la interacción entre las propiedades procesales disponibles[2]. Es a partir de estos aspectos que, además de presentarse como ciencia pura, la dialógica encuentra también traducción operativa definiendo una cadena de conocimiento que parte de la denominación de la unidad teórica, pasa por la precisión de la medida (en consecuencia teoría y método) hasta llegar a un modelo operativo que permite intervenir sobre las configuraciones discursivas[46][54].

Las investigaciones sobre los repertorios discursivos han hecho posible el relevamiento de dos índices de magnitud propios de las configuraciones discursivas[2]:

  • la generatividad, medida a través de la unidad de peso dialógico, que representa la contribución generativa de “realidades discursivas” potenciales que cada repertorio aporta en la génesis de una configuración discursiva respecto al grupo al cual pertenece (repertorios generadores, de mantenimiento, híbridos). La fórmula que permite calcular el peso dialógico de una determinada configuración discursiva es la siguiente (“Dw” indica el peso dialógico de cada repertorio, mientras “c” indica el parámetro de corrección dado por la clase de pertenencia del repertorio discursivo).
  • la dialogicidad, medida a través de unidades de momento dialógico, representando la fuerza de vinculación entre las propiedades procesales que dan sustento a los repertorios, pone a disposición la posibilidad de relevar cuánto una configuración discursiva puede ser “flexible”, en consecuencia modificable. La fórmula que permite el cálculo del momento dialógico de una configuración es la siguiente (con “VL” se define el valor del vínculo y con “N” el número de vínculos entre los repertorios discursivos relevados).
    La primera de las dos magnitudes expresa una característica interna del repertorio discursivo, en cuanto indica un valor que proviene directamente de las propiedades procesales que dan estructura al repertorio mismo. La segunda da cuenta en cambio de la capacidad propia de los repertorios de vincularse entre ellos en el entramado de las producciones discursivas, manteniendo narrativamente cohesionado y coherente la configuración que se genera.
    En el ámbito de la investigación y de la intervención, una vez recogida la configuración discursiva la misma es analizada utilizando la formalización representada por la tabla semi-radial, a fin de medir el peso dialógico y el momento dialógico de la misma. Gracias a tales operaciones, partiendo del dato observativo recogido el investigador es capaz de disponer de una descripción y de una medida del impacto de una configuración sobre la realidad del sentido común, de anticipar las posibles configuraciones discursivas que se irán a generar, como así mismo de proyectar e implementar también un eventual plano operativo de la intervención[5].

La metodología M.A.D.I.T.

Partiendo desde los propios fundamentos y teorizaciones de referencia, la dialógica se ha dotado de una metodología específica que toma el nombre de M.A.D.I.T. (Metodología para el Análisis de los Datos Informatizados Textuales)[4]. Esta metodología vuelve disponibles dos métodos, uno para el análisis del texto, el otro para la proyección e implementación de los proyectos de intervención que tienen como referencia la dialógica y que a su vez pueden contemplar la aplicación del análisis del texto (por ejemplo para dar cuenta, en términos de medida, la evaluación de la eficacia de una intervención)[55].

El objetivo de M.A.D.I.T. para el análisis del texto[1][4] es el de dar cuenta del valor de uso de las unidades simbólicas del lenguaje, o sea de su pertenencia a los diversos repertorios discursivos. La denominación de la unidad teórica “repertorio discursivo” consiste en la transformación de un proceso discursivo “genérico” en un proceso dialógico, yendo a conferir valor (la regla de uso) al proceso discursivo mismo. La precisión de la medida es aplicada mediante la organización lógico-formal de las propiedades de los repertorios discursivos en una teoría de la medida dirigida a cuantificar y definir tales propiedades según valores numéricos, lógicos y/o geométricos[2][5].

Dentro de M.A.D.I.T. los datos observativos toman el nombre de “texto”[2] (todas las producciones discursivas escritas, orales y gestuales) y representan aquello que es posible recoger y analizar en términos de propiedades procesales y de repertorios discursivos del proceso dialógico. A fin de recoger el texto de análisis es definida una particular porción del espacio discursivo que toma el nombre de “pregunta generadora”: de este modo se tiene a disposición un “texto que genera otro texto”, es decir una modalidad de uso del lenguaje natural que promueve y activa el entramado de una configuración discursiva y que vuelve esta última pasible de medición. Una vez generado y recogido el texto a analizar, el analista (aquel que desarrolla el proceso de denominación) puede aplicar los seis pasajes de la metodología para la denominación de los repertorios:

  1. hacerse la pregunta que ha generado la respuesta;
  2. anticipar las configuraciones discursivas de realidad que generan las posibles respuestas a la pregunta;
  3. individualizar los pasajes argumentativos, los puntos de articulación de la respuesta;
  4. leer el texto recogido con respecto a lo que se ha anticipado (o sea compararlo);
  5. denominar los repertorios discursivos a través de la utilización de la definición de repertorio discursivo y de los elementos anticipados en el punto 3;
  6. individualizar posibles elementos de contenido que pueden construir el repertorio (archipiélagos de significados).

El analista del texto, a través de la aplicación de M.A.D.I.T., incluso sin tener alguna experiencia directa de los contextos y de las argumentaciones traídas en los textos objeto de análisis es capaz de trazar la estructura argumentativa que sostiene la producción discursiva del texto, a partir de las respuestas a las preguntas presentadas[54]. Colocándose en una óptica de proceso, respuestas que pueden parecer idénticas en virtud del contenido que traen, no necesariamente lo son respecto del proceso discursivo que contribuyen a generar. Viceversa, producciones discursivas que están caracterizadas por diferentes elementos de contenido, pueden ser identificadas a través de una misma denominación, frente a la misma modalidad argumentativa propuesta[2][4].

La otra línea de la metodología, es decir M.A.D.I.T. para la proyección y la investigación[1][54], nace con el objetivo de dotar a los investigadores y operadores de algunas líneas guía que sean compartidas y que puedan ser transversales a los diferentes contextos y situaciones. Ello significa que trabajar con M.A.D.I.T. pone en la condición de conducirse prescindiendo de un específico campo de aplicación (desde la mediación a la promoción de la salud, desde la cohesión de la comunidad al social housing). M.A.D.I.T. se ha hecho en efecto aplicable a proyectos de investigación pura y de investigación e intervención que pueden tener como focus el malestar juvenil, la salud de la comunidad o del individuo en particular, la violencia, el conflicto o las controversias civiles o penales.

Este segundo método se desarrolla en cinco pasajes ordenados en una jerarquía específica:

  1. definición de la premisa y de la exigencia;
  2. definición del objetivo con referencia al plano epistemológico adecuado al objeto de intervención;
  3. delineación de estrategias coherentes a la persecución del objetivo definido;
  4. utilización de instrumentos idóneos para declinar el plano operativo;
  5. planificación de las acciones a realizar.

La metodología M.A.D.I.T., tanto para el análisis del texto como para la proyección, la investigación y la intervención se presenta así como la vía de referencia para cada investigador y operador que se basa sobre las referencias de la dialógica y del modelo operativo que de ella se desarrolla.

La teoría de la identidad dialógica (TID)

Dentro de la dialógica se considera como principal teoría de referencia la “teoría de la identidad dialógica” (TID)[1][4][56]. La TID describe el modo en el cual los elementos procesales del lenguaje ordinario (los repertorios discursivos y las propiedades procesales) interactúan entre ellos y dan estructura a configuraciones discursivas (que en este caso toman el nombre de “identidades dialógicas”). Esta teoría permite en consecuencia adentrarse en la “materia” que compone el espacio discursivo. La TID encuentra aplicación tanto en la investigación pura, cuando se presentan objetivos de descripción de los datos y de promoción de nuevo conocimiento, como en el ámbito de la intervención, en este caso persiguiendo objetivos transformativos de las configuraciones discursivas de los cuales los seres humanos son contemporáneamente promotores y beneficiarios[54].

El posible valor de una específica configuración discursiva es atribuido a partir de lo que se obtiene de la interacción entre repertorios discursivos y sus propiedades procesales. Los resultados de tales tramas interactivas dan sustancia a una configuración discursiva que es definida “identidad dialógica”. La identidad dialógica oscila entre modalidades interactivas de mantenimiento y de generatividad, caracterizándose en consecuencia, en el momento del relevamiento, por precisos valores de generatividad y dialogicidad[2].

La configuración de una identidad dialógica emerge a partir de las tramas posibles dentro del espacio discursivo, el cual representa un espacio teórico de cinco dimensiones[2][54], compuesto por tres polaridades y por dos propiedades dimensionales del proceso dialógico.

Interactuando entre ellas las primeras tres dimensiones generan la configuración discursiva (y en consecuencia aquel específico uso de “elementos” discursivos que definen una identidad dialógica); están representadas por la polaridad “personalis”, por la polaridad “alter” y por la polaridad del “propter omnia/omnes”[2]. La polaridad “personalis” (llamada también del “informe” o de la “auto atribución”) genera y al mismo tiempo ocupa el espacio discursivo con referencia a producciones discursivas que se caracterizan por el uso en primera persona singular y plural (ej. “Yo” y “Nosotros”; “El” y “Ellos”), moviéndose en una dimensión auto atributiva en términos actuales (ej. “Yo/Nosotros soy/somos”), retrospectivos (ej. “Yo/Ellos era/eran”), y anticipatorios (ej. “Yo/Ellos seré/serán”). El precipitado gramatical que ve la individualización de la primera y tercera persona del singular y plural (yo, él, nosotros y ellos) en correspondencia con la polaridad personalis es particular de la lengua italiana; cuando se tomara como referencia otra lengua, como la lengua de idiogramas, las polaridades resultan ser similares-análogas pero representadas en referencia a otras unidades simbólicas propias de tal codificación. La polaridad “alter” (llamada también de la “narración” o de la “hetero atribución”) define todas aquellas producciones discursivas que en la declinación de la lengua italiana, se refieren a la segunda persona singular plural (Tú y Vosotros) y que expresan un sentido que mueve hacia algo, atribuyendo al exterior (exterior a la polaridad) configuraciones de sentido que se acomodan sobre algo que está ya presente (que se ha vuelto ya disponible en el proceso dialógico). La forma de la narración organiza el discurso en torno a la dimensión hetero atributiva, es decir atribuciones “externas” en términos actuales (ej. “Tú eres”), retrospectivos (ej. “Vosotros erais”), y anticipatorios (ej. “Tú serás”). La tercera polaridad es denominada “propter omnia/omnes” (llamada también “matriz colectiva”) y está constituida por todas las producciones discursivas que el sentido común, en un dado momento discursivo, vuelve disponibles antes aún de que sean empleadas (es decir antes que encuentren empleo en términos de forma “personalis” o “alter”. Esta polaridad “depósito” es necesaria, en términos teóricos, para la definición de las otras dos, en cuanto el lenguaje natural ofrece potencialmente todas aquellas posibilidades que pueden ser luego declinadas en personalis y en alter.

Las tres polaridades resultan interconectadas e interdependientes entre ellas, o sea están en relación dialógica (en cuanto es conferido a las mismas un valor), y generan en manera diacrónica dimensiones procesales denominadas “identidades dialógicas”. La identidad dialógica es tomada como un “constructo teórico” (en consecuencia no como “realidad de hecho”, por cuanto tenga de todos modos algunas consecuencias pragmáticas) que define, en términos procesales, una configuración discursiva en constante transformación. Naciendo de la interacción dialógica entre producciones discursivas, no hace referencia a algún contenido y a algún “envoltorio” que la contenga. En el cauce de esta adopción teórica que asume que las “personas”, la “salud”, las “comunidades”, las “organizaciones”, los “trastornos mentales”, el “luto”, etc. no sean entidades factualmente entendidas o realidades dictadas por aspectos biológicos, físicos o jurídicos, más que sean consideradas ellas mismas identidades dialógicas (es decir configuraciones discursivas) que generan y pertenecen al espacio discursivo[57].

La identidad es “dialógica” en virtud del hecho que está generada en las intersecciones de las polaridades discursivas como flujo diacrónico; es constantemente “cambiante” en virtud del diálogo (la interacción en el proceso dialógico) incesante entre producciones discursivas que conciernen a las polaridades personalis, alter, propter omnia. En cada polaridad son además configurables infinitas identidades dialógicas que ponen en interacción cada polaridad con todo el espacio discursivo dado por las infinitas modalidades de uso del lenguaje natural. Teniendo en cuenta esto, se especifica que el tiempo narrativo en el cual se explica “personalis” es discursivamente (pero no necesariamente cronológicamente) diferente del tiempo de la polaridad “alter”. En efecto, tiempos discursivos coincidentes comportarían una superposición entre ellos. Esta propiedad del proceso dialógico toma el nombre de “tiempo discursivo” o “kairos”. En el ámbito operativo tal conceptualización permite por ejemplo recoger en el mismo tiempo cronológico configuraciones discursivas que encuentran estructura en tiempos discursivos diferentes. Imaginemos, por ejemplo, tener que evaluar el impacto de un evento biográfico, como un incidente o un luto, en la vida de una persona. En el tiempo cronológico “presente”, gracias al concepto de “tiempo discursivo”, se pueden recoger configuraciones discursivas en proyección futura (o retrospectiva). De aquí, una vez analizadas las características de las configuraciones, el operador tiene a disposición algunos datos que describen el impacto de un cierto evento en la vida futura de una persona y está en la condición de proyectar una intervención de promoción de la salud dirigida a la reabsorción del evento biográfico.

Añadida a las tres dimensiones y al tiempo discursivo, se agrega finalmente la quinta dimensión teórica que constituye la identidad dialógica: la coherencia narrativa. Esta es definida como “propiedad organizativa de los elementos que constituyen las producciones discursivas, apta para mantener constante (temporalmente) la congruencia y la integridad de las mismas”[2]. Cuando se genera una identidad dialógica, cada polaridad, en virtud de la característica intrínseca del proceso dialógico, está caracterizada por la propia y específica coherencia narrativa, una suerte de fuerza de vínculo entre elementos discursivos que interactúan a su vez con toda la identidad dialógica. Cada polaridad está regulada por la recíproca interacción entre el vértice de la identidad dialógica y los vértices de cada una. En este modo, haciendo referencia a la representación gráfica de la TID, los vértices resultan suspendidos en el espacio discursivo y dotados de una “curvatura” (dada por la coherencia narrativa) que tiende hacia el “corazón” de la configuración discursiva[54]. Por lo tanto, toda la identidad dialógica que se produce en un cierto momento discursivo genera un espacio del proceso dialógico que tiene una estructura pentadimensional.

El espacio discursivo por lo tanto no es uno, mas múltiple y caracterizado por cinco dimensiones, dado por las singulares polaridades y por las distintas identidades dialógicas que se presentan. Tal representación pone en la condición de aseverar que generar y ocupar el espacio discursivo en un punto implica para una configuración discursiva la posibilidad de generarlo y ocuparlo contemporáneamente en otros puntos de configuración. Lo que hace posible que cualquier proceso discursivo pertenezca al “todo” y el “todo” (el espacio discursivo) esté en cualquier proceso discursivo[5]. A nivel metodológico y operativo la posibilidad de realizar una intervención está en consecuencia dada en cada momento, en cuanto actuar en términos transformativos sobre una configuración discursiva permite, en términos de posibilidad, tener acceso al “todo”, y desde cualquier punto de configuración deviene posible acceder, llegar al todo. Finalmente, según la distancia entre las polaridades discursivas (relevada a través de la medición de los valores de peso y de momento dialógico), se generan configuraciones que hacen posibles, en términos pragmáticos, diferentes gradientes de plasticidad o de estaticidad de las estructuras interactivas.

Constructos teóricos de referencia

En dialógica los objetos de investigación, estudio e intervención son las configuraciones discursivas, un conjunto de producciones teóricas y de archivo de datos que encuentra aplicación en todos aquellos ámbitos en los cuales los seres humanos interactúan. Entre las diferentes “familias” de configuraciones, una en particular se presenta como de especial interés para la operatividad de esta ciencia: el constructo de salud[46].

El constructo de salud y el concepto de sanidad

Dentro de las referencias teóricas propias de la dialógica, las configuraciones de “salud” son definidas como “el conjunto de las modalidades discursivamente entendidas de configuración de la realidad que contemplan en términos de anticipación el surgimiento de patologías y/o la generación de teorías sobre la enfermedad[54].

Esta definición no se concentra sobre la pregunta “¿qué es la salud?”, yendo a anclarse en una infinidad de contenidos y connotaciones posibles, mas sobre la pregunta “¿cómo se configura la salud?”, poniendo el acento sobre aquel conjunto de procesos y modalidades interactivas sobre las cuales luego los seres humanos crean el resultado “salud”. Tal definición ambiciona en consecuencia ser máximamente inclusiva de los posibles contenidos y connotaciones que en el lenguaje natural pueden dar peso y formas a este constructo; se aleja por eso de una concepción de salud como certificación de un “estado” o de disponibilidad de un “ente”, para direccionarse hacia una concepción de salud como modalidad expresable en el proceso dialógico, en consecuencia en las modalidades interactivas empleadas por los seres humanos[46].

Definiendo la salud como configuración fruto de la trama de procesos discursivos, se hace posible, para la dialógica, presentar una distinción entre el constructo de “salud” y el concepto de “sanidad”. Mientras el primero se refiere al conjunto de las producciones discursivas y de sus repercusiones pragmáticas sobre la vida de los seres humanos, tocando así el plano de la realidad configurada a través del uso del lenguaje natural, el segundo, la sanidad, se refiere a un ámbito de realidad completamente distinto, que es objeto de intervención de la medicina y de las ciencias que le hacen de soporte: es decir el plano del “cuerpo[54]. Presentando tal cesura, en dialógica se parte del presupuesto que la salud es capaz de englobar y gestionar el plano de la sanidad. Ello implica que la expresión de salud puede configurarse también donde el ámbito sanitario esté fuertemente comprometido; viceversa, si fuera la sanidad la que engloba y gobierna el plano de la salud, cuando el cuerpo está comprometido, es decir cuando no hay sanidad, no podría tampoco configurarse salud.

Aplicando tales presupuestos, la intervención del operador dialógico puede focalizarse en el promover la expresión de parte de las personas de modalidades interactivas dirigidas a gestionar las contingencias de la propia vida, ya sea a nivel puramente dialógico como a nivel orgánico. Con respecto al primero, piénsese por ejemplo a lo que respecta a las configuraciones de malestar juvenil, estructuras de conflicto en los núcleos familiares, la construcción de un propio proyecto de vida y la resolución de un momento crítico. Con respecto al segundo, piénsese en el ingreso en la vida de las personas de aquellos que son definidos “estados” orgánicos patológicos, como la pérdida de algunas funciones motoras, el diagnóstico de patologías como la diabetes, el HIV, o síndromes tumorales.

Promoviendo las modalidades que tienden hacia un máximo grado de salud, los seres humanos pueden ser puestos en condiciones de definir objetivos y criterios, de dar forma a estrategias y de implementar acciones y modalidades interactivas que les permiten gestionar los eventos críticos de la propia vida (también sobre el plano orgánico, es decir sanitario). En efecto, en el caso de patologías, es justamente a través de modalidades de salud que las personas son capaces de poder gestionar el ámbito sanitario, en cuanto puestas en condiciones de poder anticipar las implicaciones (así como las consecuencias) de las propias conductas también sobre el plano orgánico.

Teniendo en cuenta tal referencia se hace siempre posible la intervención en óptica de promoción de la salud. En los casos que se refieran al plano del cuerpo, como diagnósticos de patologías terminales, discapacidades o condiciones invalidantes, trabajando para hacer en modo que la “enfermedad” sea solamente una de las porciones de la vida de las personas (ej. “estoy enfermo y entonces debo cuidar de aquello que se refiere a mi cuerpo, pero soy también padre y marido, en consecuencia debo desempeñar estos roles”, “soy un jugador de baloncesto profesional y he quedado en silla de ruedas. Pero puedo poner a disposición de un equipo mi experiencia y en consecuencia lo puedo entrenar”). En los casos que se refieran a toda la esfera biográfica, trabajando para configurar los eventos críticos como ocasión de cambio y no mas exclusivamente como interrupción de la propia biografía: piénsese en el trabajo de reproyección biográfica de un “emprendedor en crisis”, en la condición de puesta a prueba de un menor en el ámbito de la justicia restaurativa, en la decisión de divorcio de una pareja, en las relaciones conflictivas entre condóminos o habitantes de un barrio y así sucesivamente.

El Modelo Operativo Dialógico (MOD)

A partir de las contribuciones de la dialógica teórica, ha sido posible definir una cadena cognoscitiva que como parte terminal ha definido una modalidad específica de intervención: el Modelo Operativo Dialógico (MOD)[46][54].

El MOD se coloca dentro del marco fundativo del “paradigma narrativístico” (que pertenece a los paradigmas interaccionísticos), que delimita las modalidades de conocimiento en virtud de las cuales deviene posible formalizar las configuraciones discursivas, posicionándola en el paradigma que presenta los elementos fundantes del lenguaje formal como instrumento cognoscitivo de las configuraciones discursivas[5].

Las producciones discursivas que se desarrollan en el lenguaje ordinario se muestran como dotadas de una fuerza de vínculo que mantiene en ellas la unidad y coherencia narrativa. Siendo el fluir del proceso dialógico incierto, es decir la interacción entre los elementos de tal proceso no es determinada, el nivel metodológico en el cual nos colocamos es el de describir[2]. La ausencia de nexos de casualidad no hace posible aplicar la noción de la previsión de la realidad futura, sino la de la anticipación, que permite evocar y gestionar múltiples, diferentes e inciertas configuraciones discursivas que se pueden verificar y que no se han todavía verificado[4]. La previsión restituye una única realidad “causal” ya determinada, mientras la anticipación, a partir de los elementos discursivos disponibles y de la coherencia narrativa de tales producciones discursivas, ofrece un abanico de configuraciones de realidades inciertas/posibles, cada una de las cuales potencialmente “practicable”[54].

A partir del paradigma narrativístico, el MOD presenta como propia asunción teórica (el objeto de intervención) las “producciones discursivas”, es decir el conjunto de datos puestos a disposición por la teoría de la identidad dialógica (TID) y de cuanto concierne la formalización de los elementos del proceso dialógico (los repertorios discursivos y las propiedades procesales). Partiendo de tales presupuestos, el criterio cognoscitivo para la intervención es de tipo “dialógico”: esto pone al operador en condiciones de activar un plano de intervención donde se muestre el lenguaje natural. Esto significa que por cuanto la configuración discursiva objeto de intervención se connote por una elevada densidad y potencial de absorción de otras configuraciones, en consecuencia tienda a mantenerse como idéntica a sí misma, intervenir para su reconfiguración es siempre posible justamente porque la materia discursiva se presenta como una procesualidad incierta en su propio proceder. Prosiguiendo, el objetivo del MOD es la reconfiguración y transformación de las configuraciones discursivas. Para la persecución de este objetivo el modelo prevé dos líneas estratégicas.  La primera es la modificación de la coherencia narrativa a través de la inserción de “elementos discursivos discrásicos” en la configuración discursiva (es decir dirigidos a la modificación de los vínculos de la configuración). La segunda es la adherencia al texto, que permite individualizar, justamente a partir del texto recogido, el elemento de discrasia más eficaz, tomando entonces los elementos discursivos que permiten modificar el valor de los vínculos retórico-argumentativos entre los elementos ya presentes y promoviendo la génesis de configuraciones discursivas que el texto ofrecido inicialmente no era capaz de contemplar y anticipar. Última porción del MOD está representada por las praxis operativas[58], que se presentan como artificios retórico-argumentativos y toman el nombre de “estratagemas”[46][54].

Siendo las configuraciones discursivas el focus del modelo, las estratagemas se presentan también estas, como configuraciones discursivas, mas construidas ad hoc por el operador dialógico según el proyecto de intervención. Las praxis del MOD son:

  1. recoger el texto,
  2. la observación de la configuración discursiva,
  3. la anticipación de los posibles escenarios discursivos que pueden desarrollarse a partir de lo recogido y observado,
  4. la promoción de la reconfiguración de las configuraciones discursivas objeto de intervención a través de “estratagemas de activación”,
  5. la evaluación de la eficacia de la intervención,
  6. la promoción del mantenimiento/génesis de configuraciones discursivas orientadas hacia el objetivo de la intervención[59].

Los ámbitos de aplicación de la dialógica

La cadena cognoscitiva descripta hasta ahora permite la construcción y la planificación de intervenciones sociales con impacto sobre la comunidad. Esto se vuelve posible a partir de la formalización del proceso dialógico y de las modalidades interactivas a disposición de los seres humanos: por lo tanto, en todo lugar donde es empleado el lenguaje natural, la dialógica puede ofrecer su propia contribución.

La mediación penal, civil y comercial, familiar y comunitaria

- A partir de 2007 ininterrumpidamente hasta la actualidad (2021), promoción del estudio, y la aplicación de la Dialógica con énfasis en la Mediación y en general en diversos campos tales como Salud, Justicia, Educación, Organizaciones, etc., en colaboración con la Dirección de Mediación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Córdoba, Argentina. Desarrollo de cursos y conferencias en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba, Concejo de Médicos de la Provincia de Córdoba, Instituto Italiano de Cultura de Córdoba, Universidad Siglo 21, Ministerio de Educación de Córdoba, Ministerio de Acción Social de Córdoba, Academia Nacional de Ciencias, Universidad Provincial de Córdoba, Universidad Nacional de la Rioja, Delegación del Foro Mundial de Mediación de la Provincia de Tucumán, Ministerio de Justicia de Catamarca, Defensoría del Pueblo de Río Cuarto, Universidad Cervantes, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo en Río Cuarto, Asociación de Mediadores de Río Cuarto y Córdoba, Colegio de Arquitectos de Córdoba, Colegio de Abogados de Córdoba, Universidad Blas Pascal, Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y ODR Latinoamérica- Red Internacional de Resolución de Disputas en Línea. Tal colaboración comprende por la parte de Argentina, la producción y traducción de material en lengua española y desarrollo de formaciones y capacitaciones.

- 2008-2009 Proyecto “Dal conflitto alla mediazione di quartiere: la mediazione come risorsa di inclusione e di accesso di abilitazione”, Comune di Arzignano. Ministero del Lavoro, della Salute e delle Politiche Sociali – Fondo Europeo per l’Integrazione.

- 2009 Proyecto “Lo stato dell’arte della mediazione in Italia: le prospettive professionali per lo Psicologo”.

- 2010, Proyecto “La promozione della cittadinanza come responsabilità condivisa. L’esperienza pilota di mediazione civica sul territorio della Valle del Chiampo”.

- 2010-2012, Proyecto "Le Olimpiadi della interculturalità: la mediazione come strumento di promozione di prassi condivise di integrazione scolastica e tra gli studenti" Fondo per l’integrazione dei cittadini dei Paesi Terzi- AP 2010.

- 2018, Institución del Comité Arlekin Centro/Nord Italia para la diffusion del uso de la Mediación como instrumento primordial para la gestión de criticidades socio-comunitarias como la acogida de nuevas poblaciones y la amenaza terrorista dentro del Proyecto europeo CrE-A.

La promoción de la salud y de la cohesión social

- A partir de 1994, colaboración Comunidad de Recuperación para Tóxico-dependientes “L’angolo” de Modena. Redacción del nuevo programa terapéutico para la comunidad de recuperación, formación y supervision de los operadores en el tratamiento de situaciones con implicancias psicopatológicas.

- A partir de 2000, colaboración SerT de Pordenone – Asociación I ragazzi della panchina, Servicio sanitario con función de tratamiento y rehabilitación de la dependencia de sustancias legales e ilegales – Asociación Onlus.

- A partir de 2006, Dialogica Cooperativa Sociale a. r. l., Realización de proyectos orientados a la cohesión social y al desarrollo de una comunidad competente en la gestión de la propia salud.  Proyección y gestión de servicios de consultoría y formación para Organizaciones públicas y privadas, profesionales y ciudadanos particulares. Dialógica se presenta como “activador” de un proceso de corresponsabilidad de toda la red territorial en generar salud, Milan.

- 2007 Proyecto de investigación “Stranieri e droghe. Dalla cura del corpo alle pratiche discorsive nel sistema carcerario”, Cárcel Due Palazzi di Padova.

- 2009, Proyecto de investigación “La promozione della salute nell’ambito del disagio giovanile: una ricerca-intervento nel territorio di Abano Terme”, Padova.

- 2011 Comité regional para las Comunicaciones  regionales Co.Re.Com Veneto Organismo instituido en el Concejo Regional del Veneto con funciones de consultoría, gestión y control en materia de comunicaciones, colaboración proyecto “Sport e media: come intervenire nella configurazione della violenza in ambito sportivo”.

- 2011 Proyecto de investigación “Lo Stigma: discriminazioni socialmente trasmissibili” - Ministerio de Salud.

- A partir de 2011 a 2013, Proyecto “Kairòs” de promoción de la salud social del territorio de la Provincia de Padova - Assessorato ai Servizi Sociali e alle Politiche Familiari.

- 2015, Proyecto “Configurazione della violenza in ambito ospedaliero”, en colaboración con la Empresa hospitalaria ULSS 15 de Caposampiero y Cittadella (Padova).

- 2017, Proyecto de investigación “Descrizione della configurazione discorsiva di ‘violenza di genere’ perpetrata dagli uomini nei confronti delle donne”, en colaboración con el Centro Anti violencia y Antistalking “La Magnolia”, Fondazione Ferrioli, (Ve).

- A partir de 2015 a 2017, “Progetto sull’efficacia della formazione in materia di sicurezza nei luoghi di lavoro”, en colaboración con Confindustria Veneto.

- 2017, Proyecto de investigación “Nessuno Escluso” en colaboración con AICS para la realización de intervenciones para la promoción de una cultura anti viloencia en una comunidad responsible y solidaria.

- 2018, Proyecto “Cohesion Chain” en colaboración con los municipios de: Melzo, Cassano d'Adda, Inzago, Liscate, Melzo, Pozzuolo Martesana, Settala, Truccazzano, Vignate. Objetivo del Proyecto fue: promover competencias de gestión responsible del propio recorrido biográfico bajo la óptica de cohesión social.

- 2019-2021, Proyecto de investigación  “Salute e Lavoro in chirurgia Oncologica (SALVO)” en colaboración entre Departamento FISPPA de la Università degli Studi di Padova, Chirurgia Generale Esofago Gastrica Humanitas e Chirurgia Oncologica dell’Esofago e delle Vie Digestive IOV-IRCCS. Objetivo del Proyecto es brindar un modelo de intervención validado y applicable para la gestión en salud, considerada respecto a las competencias con respecto a actividades sociales y laborales, de las criticidades socioeconómicas del posoperatorio del paciente oncológico operado por neoplasia del estómago, esófago y colon – recto.

- A partir de 2020, Observatorio Hyperion, es un proyecto de investigación al cabo del Curso de Perfeccionamiento en “Gestione dell’emergenza in ambito di Salute e Comunità” de la Università degli Studi di Padova que se ocupa de analizar las modalidades con las cuales la Comunidad interactúa en la emergencia sanitaria SARS-COV-2. En lo específico, se ocupa de construir una base de datos de textos producidos por los ciudadanos y por los roles institucionales recogidos a través de las redes sociales y de artículos de periódico dentro de la Región Veneto, los cuales son analizados semanalmente. Gracias a un instrumento de cálculo de los análisis realizados, es posible disponer del grado de cohesión social que emerge de los datos/textos recogidos, para poner a disposición de todos los visitantes del Observatorio, el índice numérico resultante acompañado de un boletín descriptivo de los principales aspectos relevados.

- 2020-2021, Proyecto de investigación “Jump the gap - Oltrepassare le barriere dello sport di base per le donne” entre el Departamento FISPPA de la Università degli Studi di Padova en colaboración con ACSI-Associazione di Cultura sport e Tempo Libero, AICS-Associazione Italiana Cuiltura Sport, CSEN-Centro Sportivo Educativo nazionale, Centro Nazionale Sportivo Libertas e finanziato da Sport e Salute. El Proyecto de investigación se fija el objetivo de indagar cómo la comunidad ve las deportistas, jóvenes y adultas y las barreras que encuentran en el practicarlo, para luego promover políticas de orientación del movimiento deportivo amateur dirigidas a derribar tales barreras y promover una responsabilidad compartida en la comunidad.

Organizaciones y empresas

- A partir de 2009 Prâgmata Arkyreyma Srl, Sociedad que se ocupa de actividades de investigación, de medición y de intervención de soporte a empresas, entes públicos, asociaciones, cooperativas, fundaciones y otras organizaciones del tercer sector. Finalidad de Prâgmata Arkyreyma es promover la innovación del Sistema país y su sustentabilidad ambiental, económica y social. Algunas actividades desarrolladas por la sociedad han sido: consultoría para el Proyecto Europeo de Mediación Familiar  “Two Minds” programa europeo Daphne – líder del Proyecto: Centro Servizi per il Volontariato; Supervisor de la formación y de las intervenciones de mediación, Supervisor de la planificación, proyección y suministro de las intervenciones participativas. Consultor para el Proyecto Europeo “Eirene”.

- A partir de 2015 a 2017, Proyecto sobre la eficacia de la formación en materia de seguridad en los lugares de trabajo, en colaboración con Confindustria Veneto.

- En 2018, Proyecto “Càndìdati per Vicenza!” en colaboración con Associazione Civica Vicenza Capital para las elecciones 2018 para la medición de las competencias relativas al ejercicio del rol decisional de “candidato politico”.

Formación

- A partir de 2003, cursos de formación dirigidos a las Fuerzas de Seguridad (Carabineros, Policía, Policía Municipal, Operadores Penitenciarios) sobre temáticas inherentes a las notificaciones de abuso/maltrato con relación a menores y sobre la gestión de la recomendación de intervención en la que están involucrados menores.

Colaboraciones multidisciplinares

- A partir de 2016, Proyecto CIAO, “Valorizzazione funzionale ed energetica del patrimonio edilizio inutilizzato o sottoutilizzato attraverso gestioni comunitarie innovative autosostenibili”, en colaboración con el Departamento de Ingeniería Industrial de Padova.

Emergencias sociales y comunitarias

- A partir de 2009 a 2014, Proyecto de evaluación de la eficacia de las intervenciones realizadas dentro de la comunidad  aquilana luego del sismo.

- A partir de  2012, “InOltre, la salute dell’imprenditore”: servicio impulsado por la Región Veneto para la promoción de la salud de todos los ciudadanos venetos, en el momento de crisis económica. Servicio gratuito en el territorio regional 24h/24, constantemente activo.

- A partir de 2015 a 2017, Proyecto “Accoglienza Solidale”, proyecto de acogida, hospitalidad e integración de los ciudadanos extranjeros solicitantes de protección internacional en colaboración con AICS e AIG, Firenze.

- A partir de 2017, "InOltre, la salute del risparmiatori coinvolti nella crisi bancaria” (Promoción de la salud), en colaboración con la Región Veneto y la Empresa ULSS4 Alto Vicentino.

Proyectos internacionales

- 2017, Proyecto CrEe_A – Création d’un Espace européen de la médiation pour l’inclusion sociale.

La dialógica aplicada al Natural Language Processing

En los últimos 4 años, la dialógica ha empezado a insertarse en el campo del Natural Language Processing (NLP), el cual indaga la interacción entre computadora y lenguaje “humano”, y en particular cómo programar una computadora para elaborar y analizar grandes cantidades de datos generados a través del empleo del lenguaje natural. El Desarrollo de la línea de investigación pura de la dialógica ha visto en efecto la transposición de la metodología M.A.D.I.T. para el análisis del texto, y en consecuencia de los seis pasajes de método que la distinguen, en un algoritmo de Machine Learning construido ad hoc para la observación y la denominación de los Repertorios Discursivos: tal pasaje es posible justamente en virtud de la organización lógico-formal de las propiedades procesales del lenguaje natural en los Repertorios Discursivos, a las cuales es atribuido un preciso valor numérico que puede ser identificado y procesado por una computadora.

En el actual estado de desarrollo de la investigación, gracias al constante incremento de la gran cantidad de textos elaborados, la exactitud del análisis automatizado ha progresivamente aumentado, acercándose a la precisión del operador en el reconocimiento de la clase de pertenencia de los Repertorios Discursivos (generadores, de mantenimiento, híbridos). El trabajo actualmente en curso y futuro está dirigido a alcanzar la misma exactitud también en el reconocimiento y la denominación de los singulares Repertorios Discursivos. En tal sentido, la línea de investigación pura de la dialógica en el ámbito del Natural Language Processing está dirigida a desarrollar un aparato metodológico-tecnológico de análisis y medición del proceso dialógico capaz de sustituir al operador humano, manteniendo - o superando - su precisión y paralelamente incrementando su eficiencia.

Tal progreso cognoscitivo y tecnológico trae consigo un notable valor para la comunidad en términos de repercusiones pragmáticas y aplicativas, en cuanto permite poner a disposición un dato, mensurable, relativo al impacto que las configuraciones discursivas y las estructuras de realidad generadas tienen sobre los miembros de la Comunidad misma en tiempo – casi – real. Esto permite en consecuencia, cuando se observen estructuras y situaciones que, por ejemplo, tienden a disminuir el valor de Salud o de cohesión social de la Comunidad, intervenir precisamente y rápidamente en la reconfiguración y promoción de nuevas configuraciones discursivas antes y/o todavía no contempladas.

En tal sentido, finalmente, desde una óptica de ulterior desarrollo de la línea de investigación hasta ahora conducida, además de la observación, análisis y medición de los procesos discursivos, la dialógica aplicada al Natural Language Processing está orientada también a alcanzar un nivel de avance tal por el cual sea posible la generación automatizada de configuraciones discursivas, en modo tal que también en su acepción operativa la misma pueda volverse instrumento eficaz y eficiente para la promoción de nuevas estructuras de realidad generadoras de Salud y cohesión social en la y para la Comunidad.

Referencias

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