Diego de Castilla (1365-1440)

Diego de Castilla (Murcia, febrero de 1365-Coca, 1440)[1] fue el segundo de los dos hijos ilegítimos que el rey Pedro I el Cruel tuvo con su amante Isabel de Sandoval. Su tío paterno y nuevo rey Enrique II de Castilla lo mantuvo encerrado en el castillo de Curiel de Duero durante más de medio siglo, la más larga prisión de la historia, hasta que fuera liberado en 1434.

Diego de Castilla
Información personal
Nacimiento 1365
Fallecimiento 1440
Sepultura Monasterio de Santo Domingo el Real
Familia
Familia Casa de Ivrea
Padres Pedro I de Castilla
Isabel de Sandoval
Cónyuge Isabel de Salazar
Hijos Pedro de Castilla y Salazar

Biografía

Diego de Castilla nació en Murcia, donde su padre el rey Pedro en febrero de 1365 envió a su amante Isabel de Sandoval y a su hermano mayor, Sancho de Castilla, que tenía en esas fechas unos dos o tres años durante la guerra de los Dos Pedros, cuando su hermanastro Enrique de Trastámara preparaba una incursión en Castilla para usurpar el trono.[1] Poco después de su nacimiento, se trasladaron a Sevilla.[1] Durante la Primera Guerra Civil Castellana cuando su padre partió hacia la batalla de Montiel del 14 de marzo de 1369 llevó a ambos hermanos a Carmona donde quedaron al cuidado de Martín López de Córdoba, mayordomo mayor del rey y maestre de la Orden de Calatrava.[2]

Castillo de Curiel de Duero donde fue encerrado Diego de Castilla

Tras el asesinato de su padre, se capituló la entrega de Carmona a Enrique de Trastámara quien pudo entrar en la ciudad en mayo de 1371.[2] Enrique prometió no ir contra los dos niños pero incumplió su palabra y los hizo presos[2] porque ambos representaban una amenaza para la nueva dinastía. Diego fue enviado primero al castillo de Peñafiel y después al de Curiel de Duero donde permaneció más de 50 años.[1] Sancho fue enviado a Toro, donde murió en 1370, a la edad de ocho años.

Durante su cautiverio, mantuvo correspondencia con la reina Catalina de Lancaster quien lo trataba «como muy caro e muy amado tío» y le enviaba ropa y dinero[3] así como a sus hijos que fueron criados y educados en el monasterio de Santo Domingo el Real en Toledo, donde también se encontraban las prioras del cenobio, Teresa de Ayala —hija de Diego Gómez de Toledo y de Inés de Ayala—, y María de Castilla (n. 1367), la hija que tuvo con el rey Pedro[1][4] que era tía de los hijos de Diego de Castilla.[5] Gracias a la reina Catalina, que también era muy cercana a Teresa de Ayala, se forjó entre los descendientes de Pedro I «el sentimiento de pertenencia a un mismo linaje».[1]

Tras su liberación en 1434[6] durante el reinado de Juan II y por mediación de Álvaro de Luna, se retiró a la localidad de Coca en la Extremadura castellana, donde falleció en 1440.[1] Su hija Catalina obtuvo la autorización del rey Juan II para que sus restos fueran trasladados en 1448 al monasterio de Santo Domingo el Real en Toledo, donde ya habían sido llevados los restos de su hermano Sancho en 1409 por intermediación de la priora Teresa de Ayala.[7]

Descendencia

Portada del monasterio de Santo Domingo el Real en Toledo donde se criaron los hijos de Diego de Castilla

Durante el cautiverio de Diego de Castilla en el castillo de Curiel de Duero tuvo por lo menos seis hijos con Isabel de Salazar, hija del alcaide del castillo,[1] Gonzalo García de Salazar[8] y de su esposa Antonia Núñez de Guzmán. Estos fueron:

Notas

  1. El 20 de julio de 1418, el rey Juan II de Castilla concedió a María de Castilla, hija de Diego de Castilla y nieta de Pedro I, 4000 maravedís vitalicios de merced en las alcabalas de la ciudad de Toledo.[9]
  2. En una carta del 2 de diciembre de 1418, su padre, Diego de Castilla, informa a su hermana María (hija del rey Pedro y Teresa de Ayala), monja en el monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo, que su hijo Pedro se criará en la corte de Beatriz de Portugal en Toro o en Valladolid.[11]
  3. El 20 de julio de 1418, el rey Juan II de Castilla concedió a Isabel de Castilla, hija de Diego de Castilla y nieta de Pedro I, 4000 maravedís vitalicios de merced en las alcabalas de la ciudad de Toledo.[12]
  4. El 20 de julio de 1418, el rey Juan II de Castilla concedió a Juan de Castilla, hijo de Diego de Castilla y nieto de Pedro I, 4000 maravedís vitalicios de merced en las alcabalas de la ciudad de Toledo.[13]
  5. El 1 de enero de 1422, el rey Juan II de Castilla concedió a Catalina, Pedro y Diego, hijos de Diego de Castilla y nietos de Pedro I, una merced de 4000 maravedís vitalicios a cada uno de ellos.[15]

Referencias

  1. Valdaliso Casanova, Covadonga. «Diego de Castilla y Sandoval». Real Academia de la Historia. Madrid. Consultado el 27 de abril de 2020.
  2. Valdeón Baruque, 2002, p. 215.
  3. González de Fauve, Las Heras y Forteza, 2008, p. 103.
  4. Beceiro Pita, Isabel (2012). «El entorno familiar y monástico de Inés de Ayala». Mundos medievales. Espacios, sociedades y poder. Tomo II. Homenaje al profesor José Ángel García de Cortázar y Ruiz de Aguirre. Santander: PUbliCan Ediciones. Universidad de Cantabria. pp. 1084-1086. ISBN 978-84-8102-650-4.
  5. González de Fauve, Las Heras y Forteza, 2008, p. 102.
  6. González de Fauve, Las Heras y Forteza, 2008, p. 104, n. 32.
  7. González de Fauve, Las Heras y Forteza, 2008, pp. 106-107.
  8. Viera y Clavijo, 2007, p. 31, ref. 18.
  9. Cañas Gálvez, 2010, doc. 119, pp. 174-175.
  10. Viera y Clavijo, 2007, p. 31.
  11. Cañas Gálvez, 2010, doc. 135, pp. 189-191.
  12. Cañas Gálvez, 2010, doc. 118, pp. 173-174.
  13. Cañas Gálvez, 2010, doc. 117, pp. 172-173.
  14. González de Fauve, Las Heras y Forteza, 2008, p. 104.
  15. Cañas Gálvez, 2010, doc. 148, p. 207.
  16. Cañas Gálvez, 2010, doc. 202, pp. 265-266.

Bibliografía

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