El último cuplé

El último cuplé es una película española musical dirigida por Juan de Orduña en 1957.

El último cuplé
Ficha técnica
Dirección
Ayudante de dirección Joaquín Vera
Producción Fortunato Bernal y Juan de Orduña
Guion Jesús María de Arozamena
Antonio Mas Guindal
Música Juan Solano Pedrero
Sonido Enrique Larriva
Maquillaje Rodrigo Gurrucharri
Fotografía José F. Aguayo
Montaje Antonio Cánovas
Escenografía Sigfrido Burmann
Vestuario Peris
Manuel Comba
Protagonistas Sara Montiel
Armando Calvo
Enrique Vera
Julia Martínez
Matilde Muñoz Sampedro
José Moreno
Erasmo Pascual
Miguel Fleta
Rafaela Aparicio
José María Caffarel
Alfredo Mayo
Guadalupe Muñoz Sampedro.
Ver todos los créditos (IMDb)
Datos y cifras
País España
Año 1957
Género Musical
Duración 110 minutos
Idioma(s) Español
Compañías
Distribución Cifesa
Recaudación 50 millones de pesetas[1]
Ficha en IMDb
Ficha en FilmAffinity

Fue estrenada el 6 de mayo de 1957. Uno de los títulos más taquilleros y de mayor repercusión en la historia del cine español, supuso la consagración definitiva como estrella de Sara Montiel. El último cuplé fue un éxito internacional y dio pie a sucesivas películas pensadas expresamente para su actriz protagonista, que se convirtió en la figura mejor pagada del cine español.

Sara Montiel interpreta las canciones de la banda sonora, que incluyen temas muy recordados como "Fumando espero" y "El relicario", este último con música de José Padilla.

Argumento

María Luján (Sara Montiel), una gloria olvidada de la canción, actúa en un destartalado cabaret de Barcelona. Al reencontrarse con Juan Contreras (Armando Calvo), su descubridor, rememora su pasado y cómo llegó a convertirse en la primera figura del cuplé del país. Antes de ascender al estrellato vivía con su tía, quien desaprobaba sus amoríos con el joven relojero, Cándido (José Moreno). Este se ve obligado a cometer un robo para sacar de un apuro a su amada y ella, en contrapartida, pide ayuda a Juan Contreras que la anima a ser cantante. Convertida en estrella, realiza giras por toda España y América y termina instalándose en París donde es cortejada por un aristócrata ruso (Alfredo Mayo). De regreso a Madrid, se enamora de un joven torero, que fallece en la plaza. Finalmente, María muere en brazos de Juan.

Curiosidades

El último cuplé, fue ofrecida a Carmen Sevilla que no la pudo interpretar por estar rodando "La Venganza" de Juan Antonio Bardem. La negativa de Carmen Sevilla supuso el retiro de parte de la financiación y su artífice Juan de Orduña le pidió el favor a Sara Montiel que se encontraba de vacaciones en España antes de volver a Hollywood a rodar Yuma. Ella aceptó al interesarle el guion y no le importaron las grandes dificultades económicas del proyecto. Incluso ella cobró su salario en partes. Sin embargo fue la reaparición de Sara Montiel en el cine español por la puerta grande, tras una prolongada etapa en México y Estados Unidos que culminó con tres películas en Hollywood: Veracruz, Serenade (Dos pasiones y un amor) y Yuma. Sara rodó El último cuplé en Barcelona, y sin esperar al estreno regresó a Estados Unidos para rodar Yuma, por lo que el éxito del filme español la sorprendió en América.

El título de esta película procede de un cuplé de las navidades de 1914 de La Fornarina con el mismo título de la película. «El último cuplé» fue el último cuplé de La Fornarina pues murió meses después en julio de 1915

El último cuplé fue también importante para la actriz manchega porque la introdujo en el cine musical y dio a conocer su peculiar voz; Sara no fue doblada por una cantante profesional. Lo habitual en las canciones de películas era doblar a las estrellas con voces de coristas anónimas, y así se hizo con Audrey Hepburn en My Fair Lady y con Natalie Wood en West Side Story. Pero El último cuplé era una producción modesta que no podía pagar al contado a una cantante profesional (se rumoreaba que Concha Piquer se negó) y finalmente fue Sara quien cantó los temas. El éxito de Sara como cantante disparó la recaudación no solo en taquilla, sino en la venta de discos, y dio pie a sucesivas películas con números musicales, pensadas expresamente para ella y que en cierta manera la encasillaron para el resto de su carrera en el cine.

Como era habitual en el cine musical, Sara rodó las escenas cantadas en play-back, con los temas grabados previamente. Durante los ensayos, Sara no llegaba a las notas y pidió al pianista que bajase de escala; como lo hizo varias veces, el director de la orquesta dijo: «Si seguimos bajando, nos sentamos debajo del piano». De la necesidad se hizo virtud, y la voz de Sara impuso un nuevo estilo.

La peculiar voz de Sara, con una tesitura inusualmente grave, rompió con la tradición de voces atipladas (tipo soprano) que se estilaban desde la época de Raquel Meller. Esta criticó a Sara diciendo: «Además de imitarme y cantar mis canciones, tiene voz de sereno».

Antes del estreno de la película Sara Montiel firmó un contrato con la discográfica Columbia para publicar un álbum con sus canciones, pero al desconfiar de su repercusión se acordó como pago un porcentaje (royalties) de lo que se recaudase. Finalmente el álbum sería un éxito colosal y Sara terminó ganando una fortuna.

El último cuplé se rodó en condiciones muy precarias por la falta de dinero. El proyecto tardó años en reunir financiación, y tuvo que suplir con ingenio la escasez del presupuesto: había decorados construidos con cartón, y algunos atuendos de la protagonista estaban confeccionados en papel. Sara Montiel, habituada a los generosos medios de los rodajes en México y Hollywood, se alarmó ante tales limitaciones si bien siguió adelante con un sueldo de 100 000 pesetas, y su marido, el director Anthony Mann, consideró que el filme estaba condenado al fracaso.

Taquilla

La película fue censurada durante un tiempo, ya que el gran duque Wladimir de Rusia encontró algunas injurias en la película, con relativo parecido del personaje que interpreta Alfredo Mayo. La querella fue aceptada por el juzgado número 1 de Palma de Mallorca.

Orduña propuso la distribución a Suevia Films a cambio del dinero necesario para finalizar el rodaje, la distribuidora no aceptó y el madrileño se lo ofreció a Cifesa, entonces en graves problemas económicos. La histórica distribuidora de películas como Morena Clara consiguió salir de la situación de crisis en la que se encontraba a cambio de 3 millones de pesetas.[2]

La película finalmente dejó de estar censurada por aclamación popular.[1] Hasta ese momento llevaba 38 semanas en cartel con una recaudación de 50 millones de pesetas, cifra colosal en la época, convirtiéndose en todo un récord. Además batió algunos más: mayor recaudación en un fin de semana (479 737), mayor recaudación en un día festivo (100 000) y mayor recaudación en un día laborable (58 000). Sólo en Madrid había recaudado 15 millones de pesetas.

Fue la película española más taquillera en su país natal hasta el estreno de No desearás al vecino del quinto en 1970.[3]

Premios

13.ª edición de las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos[4]
CategoríaNominaciónResultado
Mejor actriz principalSara MontielGanadora
Mejor fotografía en colorJosé Fernández AguayoGanador

Referencias


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