Elegancia

La elegancia o el gálibo es la apreciación estética que se asocia con el buen gusto, la distinción o el estilo de lo que hace que algo o alguien se destaque del resto, por ser agradable, armonioso, delicado, bello, fino, alejado de todo lo que puede parecer burdo, vulgar, estridente, común o recargado.[2]

Calla aethiopica . La flor cala blanca o Lily Fower, muchas veces mencionada como la flor más elegante, pero no lo es porque sea cara, esté de moda o sea rara o escasa, sino por su sencillez y efectividad en cumplir sus objetivos de supervivencia. Florece así todo el año y casi en todas las regiones, atrae la luz incluso a oscuras, el agua incluso del rocío y los lleva a su interior por su forma espiral, que además le permite atraer los polinizadores,es venenosa para sus depredadores y atractiva por su formas armónicas como las sucesiones de Fibonacci.[1]

El vocablo elegancia morfológicamente es la nominalización adjetiva del verbo elegir, así que ser elegante significa saber elegir lo adecuado para el momento y condiciones precisas, por tanto, es el fundamento práctico para la supervivencia, en todos los campos, desde el ADN de la pareja para la descendencia hasta el atuendo apropiado en cada ocasión.[3]

Los conceptos más aceptados en la actualidad y que ayudan a delimitar el ámbito asociado a «elegante» son: dotado de gracia (buen ritmo y simetrías dinámicas), nobleza (puro, de calidad original), sencillez (natural y espontáneo), airoso (efectividad y lucimiento), bien proporcionado (estética relación de las partes con el todo) y de buen gusto (su expresión induce deleite).[4]

Etimología

La voz «elegancia» procede del latín elegantia,[5] este de elĕgans, -antis ‘selecto, elegante’, y este formado por el sufijo privativo ex- y el verbo transitivo legere ‘reunir, escoger’[6]; por su parte, la voz «gálibo» procede del árabe andalusí قَالِب‎ qálib, este del árabe clásico قَالَب‎ qālab o قَالِب‎ qālib, este del pelvi کالبد kālbod, y este del griego bizantino καλόπους kalópoushorma[2].

Definición

Las diferentes aplicaciones del término no son totalmente isomorfas en el sentido estricto, pero en la actualidad hay autores que analizan el tema en el contexto de la comunicación global, proceso masivo de datos, inteligencia artificial y física cuántica en lo cotidiano, como el escultor, arquitecto y matemático Ibo Bonilla que cuestiona la total subjetividad del término y define que «La estética es el fundamento de la elegancia, como la capacidad intuitiva de elegir lo adecuado para el momento histórico, lugar y condición, sustentada en la proporción áurea, para identificar el actuar en armonía con el Universo, como principio fundamental de supervivencia y auto-corrección.»

En ese sentido da contexto a la elegancia con la ecuación «Ética + Estética + Arte = 1» con una dinámica dialéctica y ámbito de valores de medición relativos; en cuanto que al mover una variable, siempre se mueven las otras para mantener el equilibrio. Y agrega: «La ecuación nos plantea que, de acuerdo con la circunstancia específica, histórica, social, técnica, filosófica, ideológica, …incluso económica, siempre estarán presentes los tres componentes en una proporción diferente, atendiendo su circunstancia, pero siempre sumando 1, esa eterna tendencia de la diversidad hacia la Unidad Universal».[7]

Filosofía y literatura

En 1830, el novelista y dramaturgo francés Honoré de Balzac describió la vida elegante como la forma de vida de los «hombres que no hacen nada», en oposición a «los que trabajan» y «los que piensan».[8] Sin embargo, el propósito de Balzac es describir la clase de los ociosos, para quienes la vida elegante es la forma de evitar el aburrimiento del descanso absoluto; se abstiene de definir sus fundamentos.[8]

A finales del siglo XIX, el escritor, filósofo y poeta francés Paul Valéry atribuía la elegancia al «arte de pasar desapercibido combinado con el sutil cuidado de dejarse distinguir». Volvió sobre el tema varias veces, escribiendo «Elegantia. Es libertad y economía traducida a los ojos. Comodidad, facilidad en las cosas difíciles. Encontrar sin parecer haber buscado. Llevar, apoyar, sin parecer sentir el peso. Saber, sin demostrar que se ha aprendido. Y en definitiva lograr suprimir la apariencia, si no la realidad, del precio que han costado las cosas preciosas».[9][10]

Devolviendo la elegancia a lo indefinible que hace reconocer a quien comparte tus elecciones, el escritor brasileño Paulo Coelho escribe «la elegancia no es una cualidad externa, sino una parte del alma que es visible para los demás».[11]

Ciencias y otros campos

La noción de elegancia se encuentra en muchos campos especializados. Una solución a un problema técnico, una demostración matemática o un escrito pueden ser elegantes, cuando son simples en comparación con otros que tienen el mismo efecto, utilizando solo los elementos necesarios sobre ellos, «cuyos elementos están dispuestos armoniosamente, de modo que la mente pueda abarcar sin esfuerzo el todo penetrando en los detalles».[12]

Filosofía de la ciencia

En la filosofía de la ciencia, la simplicidad es un criterio metacientífico con el cual evaluar teorías que están compitiendo. En este campo, con frecuencia es hecha una distinción entre dos sentidos de simplicidad: simplicidad sintáctica (el número y complejidad de hipótesis), y simplicidad ontológica (el número y la complejidad de las cosas propuestas). Estos dos aspectos de la simplicidad son referidos a menudo como «elegancia» y «parsimonia», respectivamente.[13]

Demostración elegante y simple del teorema de Pitágoras

Matemáticas

En las matemáticas, cuando un matemático siente placer estético en su profesión, hablamos de belleza matemática. Al resolver problemas matemáticos, como la demostración de un teorema, denota elegancia matemática si es simple y eficaz, pero también efectiva y constructiva. Tales soluciones pueden involucrar una cantidad mínima de suposiciones y cálculos, delineando un enfoque altamente generalizable. Asimismo, un programa de ordenador o algoritmo es elegante si se utiliza una pequeña cantidad de código, de una manera muy ingeniosa para un gran efecto.[14][15][16]

Ingeniería

En la ingeniería, una solución puede ser considerada elegante si utiliza un método no obvio para producir una solución que es altamente efectiva y simple. Una solución elegante para resolver múltiples problemas a la vez, especialmente problemas que no se cree que están interrelacionados.[17]

Química

En la química, los químicos puede buscar por elegancia en la teoría y el método, en la técnica y el procedimiento. Por ejemplo, la elegancia podría comprender la parsimonia creativa y versatilidad en la utilización de los recursos, en la manipulación de los materiales, y la eficacia en la síntesis y el análisis.

Farmacia

En la farmacia, la elegancia en la formulación es importante para la calidad, así como también para la eficacia en el diseño de la forma de dosificación, un componente importante de la farmacéutica.

Moda

Mujer elegante en la barandilla de Paul César Helleu

En la vida social, la elegancia es la cualidad de quien es elegante y, por lo tanto, presenta cierta gracia harmoniosa caracterizada por la ligereza y la facilidad en la forma y el movimiento. En el campo de la confección y la moda, es uno de los objetivos más habituales de los diseñadores de alta costura.

Sin embargo, la elegancia no es principalmente una cuestión de medios. La ropa indica estatus social y estado de ánimo; una persona adinerada que desdeña un atuendo que se puede permitir no es elegante, mientras que otra que, combinando y alterando, aprovecha al máximo las prendas que tiene a su alcance es indiscutiblemente elegante. El uniforme puede ser lujoso; impidiendo la elección, se opone a la elegancia sartorial, dejando a los usuarios sólo la postura y el lenguaje.

Asimismo, la elegancia no es un estilo, sino una forma de expresarse. La elección de un atuendo adecuado a las circunstancias es la primera de la secuencia elegante. En el África occidental, se puede elegir la elegancia europea o la elegancia boubou.

Una mujer elegante es una mujer vestida con mimo; lo mismo ocurre con un hombre que será calificado de elegante, aunque, en este caso, puede tratarse de subrayar un comportamiento o un atuendo falto de naturalidad hasta el punto de resultar afectado. Llamar elegante a una persona es un cumplido; definirla como elegante es despectivo, dando a entender que no tiene otra cualidad o preocupación, denunciando un carácter superficial.

Historia

El concepto de elegancia en la moda a menudo se asocia con el gusto moderno por la substracción y la subestimación que las sociedades capitalistas han desarrollado para transmitir una sensación de estatus. A diferencia de conceptos similares como el glamur, la elegancia es una práctica mixta y se desarrolló inicialmente entre las clases dominantes masculinas después de la Revolución francesa. La elegancia fue luego adoptada por la moda femenina, a partir del siglo XX. Este enfoque de la ropa basado en la substracción y la subestimación es perseguido por las clases altas para evitar la vulgaridad y, por lo tanto, pertenecer a un estatus social más bajo. Se han reconocido varios elementos que determinan la adopción de la elegancia y su regla: la clase, el género, la moral y el gusto juegan un papel fundamental.[18]

Referencias

  1. «{{{nombre}}}». Germplasm Resources Information Network (GRIN) online database.
  2. RAE-ASALE. «gálibo | Diccionario de la lengua española». «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario. Consultado el 12 de diciembre de 2022.
  3. Ibo Bonilla. [https:// https://www.academia.edu/104155248/Qu%C3%A9_es_la_elegancia_definici%C3%B3n_y_ciencia «Qué es la elegancia?, definición y ciencia»]. Consultado el 10 de julio de 2023.
  4. Real Academia Española. «Diccionario de la lengua española». Consultado el 10 de julio de 2023.
  5. RAE-ASALE. «elegancia | Diccionario de la lengua española». «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario. Consultado el 12 de diciembre de 2022.
  6. «elegante | Origen de la palabra elegante en el Idioma Español | La Palabra del Día | Etimología de elegante». www.elcastellano.org. Consultado el 12 de diciembre de 2022.
  7. Ibo Bonilla. «Ética, estética y arte en el siglo 21». Consultado el 10 de julio de 2023.
  8. de Balzac, H. (1854). «De la vie ocupée». Traité de la vie élégante (en francés). París: Librairie nouvelle. pp. 8-13. ISBN 9782019980016.
  9. Paul Valéry, Cahiers, 1922.
  10. Ryan, P. (2010). «“État en acte”. L’esthétique poïétique dans l’art visuel chez Valéry». Studi Francesi (en francés): 70-78. ISSN 0039-2944. doi:10.4000/studifrancesi.7104.
  11. Coelho, P. (2012). El manuscrito encontrado en Accra (Ana Belén Costas, trad.) (1.ª edición). Barcelona: Planeta. p. 43. ISBN 9788408031079.
  12. Poincaré, H. (1908). «Chapitre III: L’invention mathématique». En Ernest Flammarion, ed. Science et méthode (en francés). París. pp. 45-66. OCLC 654613439.
  13. Baker, A. (2022) [2004]. Zalta, Edward N., ed. Simplicity (en inglés). Stanford: The Metaphysics Research Lab (Stanford University).
  14. Perrin, Chad (16 de agosto de 2006). «ITLOG Import: Elegance» (en inglés). Chad Perrin: SOB. Archivado desde el original el 30 de julio de 2020. Consultado el 20 de junio de 2012.
  15. Spolsky, Joel (15 de diciembre de 2006). «Elegance». Joel on Software.
  16. «La matematica è elegante come l'arte». ilGiornale.it (en italiano). 9 de enero de 2016. Consultado el 12 de diciembre de 2022.
  17. Zeldes, Nathan (2007). «Ingenious simplicity». Nathan's Possibly Interesting Web Site. Consultado el 11 de octubre de 2011.
  18. d'Aura, G. (2021). The Silence of Garments: Modernity and the conquest of elegance 8. Aisthema, International Journal. pp. 77-99.

Lectura adicional

Véase también

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