Hotel Nacional de Cuba

El Hotel Nacional de Cuba fue inaugurado el 30 de diciembre de 1930. El hotel se encuentra en una colina sobre La Habana, es considerado el establecimiento más lujoso de la capital cubana.[1]

Hotel Nacional de Cuba

Vista desde el malecón.
Ubicación La Habana, Cuba Cuba
Coordenadas 23°08′35″N 82°22′50″O
Inauguración 30 de diciembre de 1930
Habitaciones 457
Suites 16
Plantas 8
Propietario Gran Caribe
Sitio web

Historia

Ubicado en el saliente costero de Punta Brava, en la loma de Taganana, casi al extremo de la caleta de San Lázaro, sitio habitual de desembarcos de piratas, se alza el Hotel Nacional de Cuba desde el 30 de diciembre de 1930, como el más importante del Gran Caribe.

La colina que le recibe fue hospedera a mediados del siglo XIX de la famosa batería de Santa Clara. El cañón “Ordóñez”, uno de los más grandes de la época, aún descansa en los jardines del hotel. Asimismo, en el morillo de Punta Brava, el regidor Don Luis Aguiar hostigó a los británicos durante el sitio y asalto a La Habana. En homenaje, su apellido da nombre al restaurante más famoso y lujoso del hotel.

Las firmas americanas McKim, Mead & White y la Purdy & Henderson Co, encargadas de los planos y la ejecución, concluyeron la majestuosa casona en dos años.

Atrapan la atención del visitante las galerías de los jardines que recuerdan los claustros monásticos de arcadas hispano-morunas, la planta principal semejante a tres naves paralelas de una iglesia del medioevo, o las simuladas vigas del techo que rememoran un viejo monasterio catalán con reminiscencias árabes. Su arquitectura ecléctica matizada por el art déco o lo neoclásico y neocolonial de sus diseños, la adición del elegante Apartamento de la República con entrada directa y la necesaria privacidad para un invitado del Estado cubano, y la acogedora Suite Presidencial explican la visita de personalidades del arte, la literatura, la política, el comercio, la ciencia y los negocios, época tras época.

Entre sus primeros visitantes ilustres se destacan personalidades del arte y la literatura como Johnny Weissmüller, Buster Keaton, José Mojica, Jorge Negrete, Agustín Lara, Tyrone Power, Rómulo Gallegos, Errol Flynn, Marlon Brando y el afamado Ernest Hemingway, quien donó al bar “Sirena” un ejemplar de castero. Además, célebres representantes de la mafia italo-norteamericana como Santo Trafficante, Meyer Lansky, Lucky Luciano y Frank Costello. Enriquecen su tradición de anfitrión de lujo personalidades de la política y la ciencia, como Winston Churchill, los duques de Windsor, el científico Alexander Fleming, incontables jefes de Estado iberoamericanos y monarcas europeos.

Cabe destacar que en diciembre de 1946 el hotel fue escenario de uno de los más cruciales encuentros de todos los capos mafiosos de los Estados Unidos y de aquellos que se ocupaban de sus negocios en la Isla, reuniendo a las cinco familias de Nueva York.

A finales de la década de los años cincuenta el Hotel fue remozado respetando los planos originales, añadiéndole cuanto confort le tornase competitivo.

El protagonismo del Hotel Nacional se prolonga en el tiempo, para recibir hombres de negocio y noble gente anónima del mundo, hasta constituirse en sede de importantes eventos internacionales y seguir siendo el "castillo encantado" del que habló Carpentier, tan deslumbrante cual apareciera la noche de su inauguración.

Posrevolución cubana y caída de la URSS

Después de la Revolución Cubana en enero de 1959, los casinos de La Habana se cerraron brevemente, pero se reabrieron rápidamente después de que las protestas de los trabajadores de los casinos se quedaran sin trabajo. El Nacional sufrió fuertes pérdidas financieras en los meses siguientes, y como resultado directo, la división de Hoteles Intercontinentales de PanAm reportó una pérdida neta de $154,000 en 1959, luego de reportar una ganancia de $200,000 en 1958. [15] Fidel Castro nacionalizó el hotel en junio de 1960, apoderándose de Intercontinental Hotels, lo que resultó en que la cadena hotelera registrara una pérdida neta de $71,000 en 1960. [16] Castro finalmente cerró el casino en octubre de 1960, casi dos años después de derrocar a Batista.

Durante la Crisis de los Misiles en Cuba , se instalaron cañones antiaéreos en el sitio de la Batería de Santa Clara y se construyó una extensa serie de túneles debajo de la propiedad, que ahora están abiertos al público en visitas guiadas.

Después de años de abandono debido a la reducción del turismo después de la revolución cubana, el hotel se utilizó principalmente para alojar a diplomáticos visitantes y funcionarios de gobiernos extranjeros. Debido colapso de la Unión Soviética en 1991 y la caída del bloque del este, obligó al partido comunista cubano, ávido de reservas de divisas, a reabrir Cuba a los turistas, por lo tanto el Hotel Nacional fue nuevamente rehabilitado para alojar a turistas internacionales, tal como era durante los años previos a la revolución.

Desarrollo

Lobby del hotel.

El inmueble de ocho pisos y estilo español se yergue en la cima de una colina que da al Malecón, por lo cual sus huéspedes pueden disfrutar de vistas panorámicas de la Habana Vieja y el Vedado. Los majestuosos jardines que rodean al hotel son un sitio formidable y acogedor para descansar tras un día de exploración por los centros de interés de la ciudad, o simplemente un lugar excelente para disfrutar de una bebida contemplando la enorme expansión del Mar Caribe. Un portero uniformado recibe a los huéspedes a la entrada del extenso lobby, donde enseguida llama la atención el ambiente aristocrático y lujoso del lugar (una combinación ecléctica de losas mudéjar, lámparas y techos de viga isabelinos, que recuerdan una iglesia medieval y que bien podrían ayudar a entender por qué el renombrado escritor cubano Alejo Carpentier se refirió una vez a este edificio como un “castillo encantado”).

Entrada del Hotel Nacional de Cuba

El vestíbulo suele estar repleto de visitantes y grupos de turistas, al igual que el concurrido bar situado tras las puertas que se abren hacia los jardines. Así, uno termina por tener la sensación de que este hotel nunca duerme. El hotel cuenta con seis bares y un célebre cabaret. Al mismo tiempo, el hotel sirve de escenario a presentaciones en vivo de son, espectáculos acuáticos e incluso de desfiles de moda esporádicamente. Esto sin mencionar el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que cada diciembre instala su sala de prensa en el hotel, donde podrá encontrarse con personalidades cubanas de la cultura y el arte, o con una que otra estrella de Hollywood. Sin embargo, el Nacional no es exclusivamente para noctámbulos o cazadores de entretenimiento: también posee un centro de negocios bien equipado, casas de cambio, nueve salones de reuniones (incluyendo el Salón Taganana, que se emplea para conferencias de prensa) donde se ofertan servicios de interpretación, y un piso completamente dedicado a ejecutivos con servicio de check in al momento y cibercafés tanto para viajeros de negocios como para aquellos que vienen a participar en congresos y convenciones.

Referencias

  1. Clarín.com (27 de enero de 2021). «Personajes célebres y anécdotas de mafiosos: 90 años de historia en el Hotel Nacional de Cuba». Clarín. Consultado el 31 de diciembre de 2021.

www.hotelnacionaldecuba.com


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