Hydrodamalis gigas

La vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas) es una especie extinta de mamífero sirénido de la familia Dugongidae.[3] Sus ejemplares medían unos 8 metros de longitud (hasta 10 en algunos casos) y pesaban entre 4 y 10 toneladas, presentaban la cola ahorquillada y una áspera piel negra. En comparación con sus parientes manatíes y dugongos, muestra los dientes reducidos a su mínima expresión numérica, siendo la forma mejor adaptada a la vida marina. El mayor sirenio que ha existido jamás, fue descubierto y descrito por primera vez por el médico Georg Wilhelm Steller, integrante de la expedición rusa de Vitus Bering en 1741, extraviado en la isla de Arachka (luego isla de Bering), frente a Kamchatka. Su informe no solo entusiasmó a los zoólogos, sino también a los cazadores de focas y balleneros que vieron un negocio lucrativo, y desde ese momento se convirtió en una presa codiciada por los marineros, que la cazaron en gran número hasta su extinción en 1768. Los barcos se sucedieron uno tras otro frente a Kamchatka, y apenas 27 años después de su descubrimiento fue abatida la última vaca marina de Steller. A partir del año 1854 no quedaba ya huella alguna.

Vaca marina de Steller

Modelo de la vaca marina de Steller
Estado de conservación
Extinto (EX)
Extinto desde 1768 (UICN 3.1)[1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Sirenia
Familia: Dugongidae
Subfamilia: Hydrodamalinae
Género: Hydrodamalis
Retzius, 1794
Especie: H. gigas
Zimmermann, 1780
Distribución
Mapa que muestra la posición de las Islas del Comandante al este de la Península de Kamchatka. La isla más grande al oeste es la Isla de Bering; la isla más pequeña al este es Isla del cobre.
Mapa que muestra la posición de las Islas del Comandante al este de la Península de Kamchatka. La isla más grande al oeste es la Isla de Bering; la isla más pequeña al este es Isla del cobre.
Sinonimia
A nivel de género[2]
  • Haligyna Billberg, 1827
  • Manatí Zimmermann, 1780
  • Nepus Fischer von Waldheim, 1814
  • Rytina Illiger, 1811
  • Sirene Link, 1794
  • Stellera Bowdich, 1821
  • Stellerus Desmarest, 1822
A nivel de especie[3]
  • balaenurus (Boddaert, 1785)
  • borealis (Gmelin, 1788)
  • cetacea (Illiger, 1815)
  • stelleri Retzius, 1794

Este enorme mamífero era un animal estrechamente emparentado con el dugongo (Dugong dugon) que habita actualmente en las costas del océano Índico y parte del Pacífico desde Taiwán hasta Nueva Guinea. Al contrario que otros sirenios, la vaca marina de Steller era el único conocido que habitaba en aguas frías, aunque tenía el mismo temperamento excepcionalmente manso (hasta el punto de dejarse matar con facilidad). Todo lo que se sabe de su biología procede de los escritos de Georg Wilhelm Steller. Se alimentaba también de una amplia variedad de algas y plantas marinas, al parecer familias enteras compuestas por el macho, hembra y hasta dos pequeños vivían unidas. Debían de ser monógamos y los jóvenes podían nacer en cualquier época del año, pero sobre todo en otoño. El registro fósil demuestra que durante el Pleistoceno hubo momentos en que su distribución se extendía desde las costas de Japón a las de California, pero a finales del mismo la especie ya solo habitaba los campos de algas marinas del mar de Bering, y quedó restringida por último a las islas del Comandante, cerca de la península de Kamchatka.

Las causas de su extinción fueron la demanda humana de su carne, grasa y piel, de gran calidad. Fue descrita por el naturalista alemán Georg Steller (1709-1746), que se incorporó en 1738 a la segunda expedición a Kamchatka (1733-1743) dirigida por Vitus Bering. Los náufragos de la expedición solo vieron a este animal entre las algas litorales de la Isla de Bering. Lo habían arponeado y su grasa y su carne les sirvió de alimento. Georg Steller las describió de la siguiente manera:

La carne de los individuos adultos no se distingue de la de buey, y su grasa blanca y agradable se parece a la mejor mantequilla holandesa, sabe como el aceite de almendras dulces y tiene un olor francamente bueno, de manera que se pueden sorber escudillas llenas de ella.
Dibujo de la vaca marina, por Georg Steller. Nótese que la amplia cola aplanada está dibujada en ángulo para mostrar sus forma.

La piel era tan resistente que podía usarse para revestir el casco de los buques, y la grasa y carne, además de gratos alimentos, se demostraron como potentes remedios contra el escorbuto debido a su riqueza en vitamina C. Las islas del Comandante se convirtieron en un importante centro de cazadores de vacas marinas hasta la extinción del animal. Por lo que se refiere a la reserva de la Isla de Bering, sucedió que en el curso del siglo XVIII los cazadores de pieles de focas se acostumbraron a proveerse allí de carne fresca. En octubre de 1754, un grupo mandado por un tal Ivan Krassilnikow hizo un gran destrozo de colosos marinos. Ocho años más tarde un cierto Korovin "se provee allí de suficiente cantidad de carne de vaca marina". En 1768, uno de los antiguos compañeros de Steller, Ivan Popov, visita la isla y no encuentra más que una sola vaca marina, y la mata. En años posteriores se comunicaron algunos avistamientos en las islas del Comandante y otras islas cercanas, pero la existencia de esta especie después de 1768 no ha podido ser probada nunca de forma fiable.

Presencia fuera de la Península de Kamchatka

Si bien no existe evidencia directa de la existencia de esta especie en tiempos históricos fuera de la Península de Kamchatka, existen relatos de su posible presencia fuera de esta región. En el Siglo XIII el jesuita Miguel del Barco redacta en su obra "Historia natural y crónica de la antigua California" el relato dado por el misionero Victoriano Arnés (fundador de la Misión de Santa María de los Ángeles) sobre el hallazgo de un "Pez Mujer" ("Pez Mulier")[4][5][6]:

"El pez mulier tenía la figura de una mujer de medio cuerpo arriba; y de pescado común, de medio cuerpo abajo. Como lo hallamos seco y aplastado como un bacalao, no se pudo hacer mucha anatomía. No obstante, aparecía la cara, cuello, hombros y pecho blanco, como si llevara una cotilla, y tuviera descubiertos los pechos; aunque no me acuerdo si se distinguían los pezones. Lo demás estaba cubierto de escamas, y remataba en cola como otros peces. Su grandor sería de dos palmos, y a proporción de ancho, a semejanza del bacalao. No se descubrían brazos ni cabello. Le hallamos en la playa en diámetro opuesto a mi misión de Santa María, en el mar del sur, en una ensenada que se forma al fin del arroyo llamado Catabiñá."
Victoriano Arnés en la obra de Miguel del Barco Historia natural y crónica de la antigua California (S. XIII).

De igual manera, en los escritos de Miguel del Barco se hace hincapié la peculiaridad de los "pechos femeninos" del ejemplar[5]:

"Aun estando seco, se distinguían las facciones de rostro humano, se puede inferir que, estando este pez fresco y vivo, las representaran con mucha mayor propiedad, y principalmente los pechos: cuando se sabe que, o la mucha ancianidad o muy prolija enfermedad, consume y deshace los de las mujeres aún vivas."
Miguel del Barco, Historia natural y crónica de la antigua California (S.XIII)
Imagen del "Pez Mulier" hecha por Ignacio Trisch/Ignáz Trisch

La descripción dada del ejemplar y la ilustración del mismo (única en toda la obra de Miguel del Barco) han dado a pensar que a que fuese un tipo de sirenio, puesto que relatos similares se han dado por otros exploradores al describir a manatíes y dugongos con "sirenas"[7], siendo que la presencia de "pechos femeninos" podría explicarse con una confusión con las típicas aletas delanteras redondeadas de los miembros de este orden. Dada su ubicación se ha planteado que pudiese ser un ejemplar juvenil de Hydrodamalis gigas, siendo el único sirenio con presencia en el Pacifico Norte en tiempos históricos. Sin embargo, el tamaño tan reducido del ejemplar (grandor de "dos palmos" y ancho "semejante a un bacalao") y la presencia de escamas en el cuerpo contradice esta hipótesis.[8]

Imagen del "Pez Mulier" hecha por Miguel de Barca

En cuanto la ubicación, Miguel del Barco describe que el hallazgo se dio en una ensenada cercana a la desembocadura del Arroyo de Cataviña, localizada en un diámetro opuesto a la Misión de Santa María de todos los Ángeles. Sin embargo, no existe ninguna ensenada en la desembocadura de dicho arroyo, por lo que en realidad el descubrimiento pudo haber sucedió en algún punto de la Bahía del San Luis Gonzaga, lugar donde desemboca el Arroyo Santa María[9], por lo que el hallazgo se situaría en las aguas del Mar de Cortés. Precisamente esta ubicación, el pequeño tamaño del organismo y la presencia de coloración blanquecina en la parte ventral del mismo, ha hecho que también plantee el que este pudo ser un ejemplar varado y desecado de "Vaquita Marina" (Phocoena sinus).[8]

Véase también

Referencias

  1. Domning, D., Anderson, P.K. & Turvey, S. (2008). «Hydrodamalis gigas». Lista Roja de especies amenazadas de la UICN 2015.3 (en inglés). ISSN 2307-8235. Consultado el 3 de diciembre de 2015.
  2. Wilson, Don E.; Reeder, DeeAnn M., eds. (2005). «Hydrodamalis». Mammal Species of the World (en inglés) (3ª edición). Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2 vols. (2142 pp.). ISBN 978-0-8018-8221-0.
  3. Wilson, Don E.; Reeder, DeeAnn M., eds. (2005). «Hydrodamalis gigas». Mammal Species of the World (en inglés) (3ª edición). Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2 vols. (2142 pp.). ISBN 978-0-8018-8221-0.
  4. León Portilla, Miguel (2000). «XII. Las Pinturas del Bohemio Ignaz Trisch». La California mexicana: ensayos acerca de su historia. México: Universidad Autónoma de Baja California (UABC). pp. 208-209. ISBN 968-36-4717-0. Consultado el 08-08-2023.
  5. Miguel, del Barco (1988). «IX. De los peces». En Miguel León Portilla, ed. Historia natural y crónica de la antigua California. MÉXICO: Instituto de Investigaciones Históricos (UNAM). pp. 128-129.
  6. del Barco, Miguel (2000). «Estudio Preliminar». En Miguel León Portilla, ed. Estudio Preliminar. México: Instituto de Investigaciones Históricas. pp. XLIX-L. Consultado el 08-08-2023.
  7. «Los manatíes inspiraron las leyendas sobre sirenas». National Geographic. 27 de noviembre de 2014. Consultado el 9 de agosto de 2023.
  8. «El pez mulier». Inicio. 17 de febrero de 2012. Consultado el 8 de agosto de 2023.
  9. CONAGUA: (20 de abril de 2015). «Actualización de la Disponibilidad de Agua en el acuífero Bahía de San Luis Gonzaga (0225), Estado de Baja California». CONAGUA. Consultado el 08-08-2023.

Enlaces externos

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