José María Ramírez Casillas

Nació en la Hacienda de Labor en 1890, en una familia acomodada, no cursó más estudios que la instrucción primaria en la escuela parroquial de Jalostotitlán. Durante su juventud se dedicó a la agricultura. Siendo muy joven se fue en dos ocasiones a los Estados Unidos, volvió a su pueblo natal y contrajo matrimonio, dedicándose de nuevo al campo en un rancho de su propiedad llamado Vallarta. En marzo de 1927 viajó a Guadalajara, donde el y su hermano Salvador estuvieron en contacto con los principales jefes cristeros, contrayendo algunos compromisos con ellos. En ese mismo año José María volvió a los Estados Unidos.[2][3]

Después de regresar, se incorporó al Ejército Cristero, abarcando su radio de acción los extensos municipios de Teocaltiche, San Juan de los Lagos, San Miguel el Alto, Valle de Guadalupe, Cañadas y el de Jalostotitlán como sede de su cuartel general. Posteriormente integrado al Regimiento Gómez Loza. Pocos meses después participó en un combate librado contra el callista Miguel Z. Martínez en las cercanías de Valle de Guadalupe. Fue uno de los principales cristeros en realizar operativos de inteligencia y Espionaje. A mediados de 1927 ayudó a los generales cristeros Enrique Gorostieta Velarde y Aristeo Pedroza a tomar San Juan de los Lagos, debido a su conocimiento del terreno que tuvo como consecuencia la victoria cristera y 16 bajas federales. El día 10 de enero de 1928, entró a Jalostitlán,[2] distribuyéndo a sus soldados en patrullas, mientras el, frente a 8 de sus mejores hombres, atacó por sorpresa un cuartel improvisado del ejército, asesinando a todos los solados. Fue muy activo en está plaza, realizando numerosas ofensivas y cortando los servicios de comunicación dejando en más de una ocasión incomuniicado al pueblo del ejército federal.[4] Participó en otros combates en San Francisco y el Potrero del Pato. Se amnistió en Jalostitlán luegos de los arreglos de 1929.[5]

Debido a desacuerdos con la Educación Socialista implementada por el presidente Lázaro Cárdenas se levanta en armas, manteniendo una nueva guerrilla en el mismo territorio que en la primera guerra cristera, aunque esta vez con menos apoyo popular. Fue emboscado junto a sus 40 hombres por tres columnas federales el 27 de noviembre 1935, siendo perseguidos por los al rededores de la Barranca de San Antionio, murió un día después por las heridas.[5][3]