José Raúl Vera López

José Raúl nació el día 21 de junio de 1945 en Acámbaro, Guanajuato, México.

Graduado de Ingeniero Químico por la UNAM en 1968.[1]

Estudió filosofía en México y teología en Bolonia, (Italia) (1968 – 1976).

Se graduó como Licenciado en teología con la máxima distinción académica Summa cum laude por la Pontificia Universidad Angelicum de Roma en 1976.

En 1968, ingresó en el noviciado de la Orden de Predicadores de la de León, Guanajuato, vistiendo así su hábito dominico.

Realizó la profesión solemne el 12 de noviembre de 1969.

El 29 de junio de 1975, fue ordenado sacerdote para los Dominicos, a manos del papa Pablo VI.

A lo largo de su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos Pastorales:

• Capellán de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (1976 – 1981; 1985 – 1987).
• Maestro de novicios de la Provincia de México de la Orden de Predicadores, combinando su trabajo de formador, con la predicación a grupos en la Casa de Agua Viva, anexa al Convento de Noviciado. Durante ese tiempo realizó trabajo pastoral con universitarios y con campesinos (1977 – 1985).
• Miembro el Consejo Provincial de los Dominicos en México (1981 – 1987).
• Socio del Prior Provincial de los Dominicos de México (1985 – 1987).
• Coordinador de la Familia Dominicana en México (1985 – 1987).

El 20 de noviembre de 1987, el papa Juan Pablo II lo nombró IV Obispo de Ciudad Altamirano.

Fue consagrado el 6 de enero de 1988, en Roma, a manos del papa Juan Pablo II.

Sus co-consagradores fueron el por entonces Funcionario de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Eduardo Martínez Somalo y el por entonces Secretario de la Congregación para los Obispos, Giovanni Battista Re.

Tomó posesión canónica del Obispado, el 21 de enero de 1988.

En la CEM fue:

• Miembro del Consejo Permanente en dos periodos.
• Presidente de la Comisión para la Vida Consagrada
• Miembro de la Comisión de Pastoral Social y de la Comisión Episcopal para la Paz en Chiapas, a partir del 10 de enero de 1994, para apoyar el proceso de pacificación ante la insurrección del EZLN.

• Atendió a los campesinos y habitantes de las zonas marginadas de las poblaciones del Obispado.
• Fundó el Centro Social «Monseñor Juan Navarro Ramírez» para atender a los pobres del Obispado con lo que inició su defensa de los Derechos Humanos.

El 14 de agosto de 1995, el papa Juan Pablo II lo nombró Obispo Coadjutor de San Cristóbal de Las Casas.

Inició su ministerio episcopal como Obispo coadjutor de San Cristóbal de Las Casas el 4 de octubre de ese año.

• Trabajó en la realización del III Sínodo Diocesano y en la formación de los Diáconos Permanentes.
• Colaboró en la elaboración del Directorio para el Diaconado Permanente Indígena.

Apoyó el Proceso de Paz y Reconciliación entre los pueblos indígenas de Chiapas y el Gobierno Federal, junto con Monseñor Samuel Ruiz, la Diócesis de San Cristóbal y los obispos de la Comisión de Obispos para la Paz en Chiapas.tras el levantamiento zapatista.[2]

• Contribuyó a crear condiciones de diálogo entre el Ejército Zapatista y el Gobierno mexicano, para que fueran garantizadas condiciones de vida más justas para los pueblos indígenas mayas de la región.

El 30 de diciembre de 1999, el papa Juan Pablo II lo nombró VI Obispo de Saltillo.

Sustituyó al obispo mexicano, Francisco Raúl Villalobos Padilla.

Tomó posesión canónica del Obispado, el 20 de marzo de 2000.

Ha trabajado por la implantación de un Plan Orgánico de Pastoral, que promueva una evangelización integral de hombres y mujeres que integran el Obispado.

Anima al clero y al pueblo a integrarse en un proceso de Iglesia que incida en lograr un cambio profundo de la realidad social hacia la justicia y la paz.

• Fundó el Centro Diocesano para los Derechos Humanos “Fray Juan de Larios”, en Saltillo.[3]
• Acompañó a los mineros del carbón en la defensa de sus derechos laborales, especialmente de las condiciones de seguridad para su trabajo, la justicia a viudas, huérfanos y familias; en relación con los accidentes antes y después del siniestro del 19 de febrero del 2006, en que murieron 65 mineros en la mina Pasta de Conchos.[4]

Se destaca su defensa de los Derechos Humanos, el apoyo de las reivindicaciones de mejora laboral de los mineros y demás trabajadores de la región, la ayuda a los migrantes mediante el proyecto Frontera con Justicia, apoyo a los homosexuales y colectivo LGBT+ en general[5]

El 2 de junio de 2020, a 20 días de que cumpla los 75 años de edad y conforme al canon 401 del Derecho Canónico, regulación jurídica de la Iglesia católica, marca que un obispo al cumplir los 75 años, presentó su renuncia al papa, quien dará respuesta apropiada según las necesidades de la misma Iglesia.[6]

El 21 de noviembre de 2020, el papa Francisco le aceptó la renuncia por límite de edad, y nombró a Hilario González García, como su sucesor. En su última misa, celebrada el 31 de enero, habló de problemas presentes, como el COVID-19, la violencia, la clase política, la comida chatarra y la pobreza;[7][8] en las bancas se podían ver fotografías de personas desaparecidas y los mineros atrapados en la mina de Pasta de Conchos.[9]