Judería de Sevilla

La judería de Sevilla fue el área de la ciudad de Sevilla en el que habitaron judíos desde la conquista de Sevilla por parte de Fernando III de Castilla hasta la expulsión de los mismos en virtud del Edicto de Granada dictado por los Reyes Católicos. Actualmente se sigue conociendo como judería a esa zona de la ciudad, que comprende los barrios de Santa Cruz y San Bartolomé.

Actual calle Judería, una de las calles que comprendía la antigua judería sevillana.

Historia

A partir de la conquista de Sevilla por el rey castellano Fernando III en 1248, los judíos comenzaron a poblar en abundancia esta ciudad.

Su hijo, el rey Alfonso X les concedió cuatro mezquitas para que las convirtieran en sinagogas,[1] correspondientes a las actuales iglesias de Santa María la Blanca, de Santa Cruz, Convento de Madre de Dios (Sevilla) y la de San Bartolomé.[2]

En 1391 se produjo el asalto a la judería por parte de los cristianos, que constituyó el primer asalto a una judería en la Corona de Castilla.[3][cita requerida] En la primavera de ese año, el Arcediano de Écija, Ferrand Martínez empezó a instigar a los cristianos sevillanos contra los judíos. En marzo de ese mismo año, comenzó la revuelta, entrando las masas en la judería destrozando tiendas y agrediendo a los habitantes. Esta revuelta se apagó al llegar las fuerzas del orden, pero los responsables quedaron impunes. Debido a esta impunidad, el 6 de junio de ese mismo año de 1391, la multitud volvió a entrar en la judería, esta vez asesinando a unos 4000 judíos, es decir, casi todos los que habitaban en Sevilla. Por ello, el rey impuso una multa a Sevilla que se llevó pagando durante 10 años.[4]

En 1492 se decreta la expulsión de los judíos de España o su reconversión al cristianismo. En Sevilla no tuvo tanta repercusión ya que tras la matanza de 1391 y la inseguridad que le siguió, quedaban muy pocos judíos en la ciudad hispalense.[5]

No obstante, la huella de la comunidad judía en Sevilla puede detectarse en las entrañas de la ciudad como prueba la presencia de un enterramiento hebreo localizado en la calle Cano y Cueto a raíz de la intervención arqueológica previa a la construcción de un aparcamiento subterráneo.  El cementerio, situado a extramuros, se extendía más allá de los terrenos de la actual Diputación de Sevilla, aledaña a la Puerta de la Carne. Los restos óseos y enseres encontrados se custodian en el Museo Arqueología de Sevilla excepto una de las tumbas que, protegida por una cristalera, puede contemplarse hoy en día en la planta menos uno del citado aparcamiento.[6]

Referencias

Bibliografía

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