Comarca de la Sisla
La Sisla es una comarca de la provincia de Toledo (España), que se ubica cerca de su capital, al sur del río Tajo, entre las comarcas de La Sagra toledana al norte, La Mancha toledana al oriente, los Montes de Toledo al sur y esos Montes y el señorío de Montalbán al poniente. La cruzan dos ríos, el Tajo y el Algodor, se divide en Sisla mayor y Sisla menor y posee una extensión media (4.368 kilómetros cuadrados). El nombre de la comarca evoca el célebre monasterio jerónimo de Santa María de La Sisla, instituido en 1374 por fray Pedro Fernández Pecha, O.S.H., el fundador, primer monje y prior de la misma Orden de San Jerónimo, y el palacio de motivos masónicos allí instalado tras la injusta expropiación del inmueble durante las desamortizaciones de Juan Álvarez Mendizábal y la exclaustración de la comunidad jerónima en 1835.
Etimología y división histórica
El famoso historiador Sixto Ramón Porro explicó en su obra Toledo en las manos del año 1857 que la etimología del nombre de La Sisla era latina: «á todo aquél terreno quebrado y áspero, lleno de malezas antes de que los monjes y los vecinos de los lugares inmediatos le pusiesen en cultivo, daban antiguamente el nombre de Sisla, como si fuera voz corrompida de la latina silva ó selva en castellano; y aun á esta circunferencia desde las vertientes del rio frente á la ciudad hasta tocar con los términos de Ajofrin y Sonseca, se la decía Sisla menor en documentos de fecha lejana, asi como se denominaba Sisla mayor á la gran dehesa conocida ahora con el nombre del Común por pertenecer á Toledo con otros varios pueblos mas, y es entendida también por San Martin de la Montiña, cuyo terreno (que está al otro lado de las dos mencionadas poblaciones) es todavia mas áspero y montuoso que el de nuestra Sisla»[1].
La Sisla está partida en dos por el río Guarajaz, siendo denominada la margen izquierda «Sisla menor» y «Sisla mayor» la margen derecha.
El gentilicio del oriundo de La Sisla es «sisleño».
Morfología geográfica, orografía y flora y fauna
La etimología latina de silva, que ha llegado al castellano como selva, palabra hoy en desuso para indicar el bosque, contrasta con la actualidad de la flora sisleña.
Los escasos restos del bosque mozárabe que acaso bautizara la comarca con su histórico nombre se limitan a unos pocos almendros sueltos que sirven de linderos entre tierras y a algunos álamos enraizados en las vegas de los arroyos. La comarca es una gran dehesa semillana, salpicada con unas pocas serranías de cierta altura como las de Layos, Nambroca y Almonacid, y con lanchares muy característicos, como los que ocupan buenas partes de las tierras de los términos municipales de Ajofrín y Chueca. Propiamente los bosques de encinares y jaras, en los que puede encontrarse caza mayor, se levantan en los Montes de Toledo que franquean la comarca por el sur, entre la línea serrana que une Los Yébenes-Marjaliza y Ventas con Peña Aguilera.
La fauna de La Sisla está compuesta en su mayoría por conejos, liebres y perdices. Existe en la sierra de Nambroca presencia de águila real. La comarca sufre azotes recurrentes de plaga de conejos.
Historia
En 1162 se nombra una ermita «de Santa María de Cisla» en un documento en que se la hace depender de la Basílica de Santa Leocadia. Santa María de la Sisla fue, pues, la ermita que hubo al sur de Toledo, en el sitio que después ocupó el célebre monasterio de Jerónimos de Santa María de la Sisla. La ermita, que da nombre al territorio y, por extensión, a la comarca que inaugura la altiplanicie en que se encontraba, estaba dedicada a la Virgen en el misterio de la Anunciación. La fundación de la misma puede ser antiquísima, pues, como da noticia Sisto Ramón Porro, «solo nos dicen algunos autores que era fundación del Rey godo Atanagildo; pero ni sabemos mas, ni aun eso poco está suficientemente acreditado»[1].
En el año 1194 se cita ya el alfoz de La Sisla de Toledo en un documento mozárabe [¿fuente?].
En el año 1214 se la nombra sólo como el «pago de la iglesia de Santa María de la Sisla». Geográficamente está formada por una penillanura o meseta erizada de cerros aislados, serrezuelas, navas, valles, cañadas y barrancos.[2]
El monasterio jerónimo de Santa María de La Sisla fue instituido en 1374 por fray Pedro Fernández Pecha, O.S.H., el fundador, primer monje y prior de la misma Orden de San Jerónimo, en una esplanada en forma de meseta situada en las afueras de la ciudad de Toledo, a media legua de la ciudad, cercano al arroyo de la Degollada. Este convento jerónimo dirigió y tuteló, por obra de fray Pedro de Guadalajara, los beaterios privados que florecieron en la ciudad de Toledo durante el s. XV, el más destacado de los cuales fue el de doña María García y la viuda doña Mayor Gómez, que daría después en la creación de las monjas Jerónimas. En él se enterraron a beatas mujeres como la visionaria María de Ajofrín. Se sabe que en el lugar se custodiaba el cuchillo de Nerón con el que se degolló al apóstol San Pablo, hasta el lamentable expolio que sufrió el lugar tras la dilapidadora desamortización de Juan Álvarez de Mendizábal, que obligó a trasladarlo al convento de San Pablo de Toledo.
Geoeconomía
Las tierras son generalmente de cultivo, destinándose en su mayor parte al cereal (cebada) y la oliva. Destaca la cantidad de olivares centenarios que existen y se cultivan, existiendo varias almazaras de cooperativa. Antiguamente, la mayor parte la comarca estaba cubierta por viñedos, siendo muchísimas las casas privadas que disponían de lagar y bodega; hoy, sin embargo, por causa de las cotas de producción impuestas por la disciplina de régimen económico de la Unión Europea, los agricultores han removido buena parte de los viñedos de la comarca, manteniéndose la actividad vinícola tan sólo en la parte sudeste de la misma (Mora-Manzaneque).
La ganadería es intensiva, localizada en pequeñas y medianas producciones familiares de cebo bovino (concentradas en pueblos como Pulgar o Casalgordo); tan sólo en las antiguas tierras del Común de los pueblos de la comarca, conocidas hoy como Los Quintos, se mantienen fincas familiares de ganadería extensiva. Antiguamente se destacaban también los rebaños de ovejas merinas para la producción lanar y lechera destinada a las queserías. Poco a poco, la ganadería de ovino se ha ido eliminando, permaneciendo en funcionamiento, no obstante, varias queserías.
La comarca está significada por contar con las tierras de Sonseca como gran centro de recolección de azafrán de España. Esta localidad, de hecho, se ha destacado desde la segunda mitad del s. XX como el gran centro de producción económica de la zona, basada en una prestigiosa industria de ebanistería ampliamente reconocida a nivel europeo (sobre todo alemán) y en una alta confitería. Al menos hasta de la crisis inmobiliaria del año 2008, que destruyó buena parte de la industria ebanística.
Gastronomía
Son célebres en la gastronomía española el azafrán y las confituras de mazapán de Sonseca.
Municipios
Forman la comarca veintitrés municipios: Ajofrín, Almonacid de Toledo, Argés, Burguillos, Casasbuenas, Cobisa, Chueca, Gálvez, Guadamur, Layos, Manzaneque, Mascaraque, Mazarambroz, Mora, Nambroca, Noez, Orgaz con Arisgotas, Polán, Pulgar, Sonseca y Casalgordo, Totanés, Villaminaya y Villanueva de Bogas.
Referencias
- PARRO, Sisto Ramón (1857). «cap. III, párr. 1º». En Imprenta y librería de Severiano López Fando, ed. Toledo en las manos II. Toledo. p. 267.
- Jiménez de Gregorio: La comarca toledana de La Sisla, Toledo: IPIET, 1996.