Manuel Teodoro del Valle

Manuel Teodoro del Valle Seoane (Jauja, 9 de noviembre de 1813-Lima, 16 de octubre de 1888) fue un sacerdote peruano que llegó a ser obispo de Huánuco de 1865 a 1872. Fue propuesto por el gobierno de José Balta para ocupar el vacante arzobispado de Lima en 1872, siendo preconizado por la Santa Sede ese mismo año, pero su nombramiento fue cuestionado por el gobierno del presidente Manuel Pardo, quien arguyó que el gobierno anterior no había respetado los trámites usuales en su proposición. Del Valle no llegó a ocupar la sede limeña pues renunció en un gesto de desprendimiento.

Manuel Teodoro del Valle

Arzobispo de Lima
(No tomó posesión de su silla)
1872
Predecesor José Sebastián de Goyeneche
Sucesor Francisco Orueta y Castrillón

Otros títulos Primer Obispo de Huánuco (1865)
Arzobispo titular de Berito (1872)
Información religiosa
Ordenación episcopal 1865
Información personal
Nombre Manuel Teodoro del Valle
Nacimiento 9 de noviembre de 1813, Jauja
Fallecimiento 1888, Lima
Alma máter Universidad de Oviedo

Biografía

Primeros años

Hijo de Juan Manuel del Valle y Ponga, natural de Tazones, Principado de Asturias y de Francisca de Seoane y Fernández, natural de la Real Villa del Ferrol, reino de Galicia.

Bajo el patrocinio del obispo de Concepción y luego Arzobispo de Charcas, Diego Antonio Navarro Martín de Villodres estudió en La Paz, Bolivia y luego, tras la batalla de Ayacucho (fines de 1824), su protector se lo llevó a España donde estudió leyes en la Universidad de Oviedo, graduándose de bachiller en Cánones en 1829. Estudió además teología en el Convento de San Antonio del Prado de Madrid. En 1833 recibió la primera tonsura y las cuatro órdenes menores como sacerdote capuchino franciscano. Secularizado, ejerció su ministerio en diversas ciudades españolas, hasta 1839. Regresó al Perú como misionero apostólico, y sucesivamente asumió los curatos de Pararín en Áncash, Sicaya en Junín (1846) y la parroquia de Santa Ana de Lima (1850).

Fue nombrado Secretario de Cámara y Gobierno del arzobispo de Lima Francisco Xavier de Luna Pizarro. En 1853 fue incorporado al Colegio de Abogados de Lima como miembro honorario. Luego fue nombrado examinador sinodal del arzobispado y director del Seminario Conciliar de Santo Toribio. Por entonces escribió contradiciendo las opiniones jansenistas del clérigo Francisco de Paula González Vigil.

Obispo de Huánuco

El 27 de marzo de 1865 fue propuesto para ocupar el nuevo obispado de Huánuco, con jurisdicción en las cinco provincias que componían el departamento de Junín. Fue consagrado por el arzobispo de Lima José Sebastián de Goyeneche el 6 de agosto de 1865. Una de sus más importantes obras en dicha diócesis fue la fundación del Seminario Conciliar de San Teodoro de Huánuco, cuya sede donó de su peculio y que abrió el día 17 de octubre de 1869.

Viajó a Roma para concurrir al Concilio Vaticano I y aprovechó esta ocasión para gestionar el traslado al Perú de un grupo de jesuitas para que ejercieran la enseñanza en el seminario de Huánuco. Por entonces existían en el Perú otros siete seminarios: el de Santo Toribio de Lima, el de San Jerónimo de Arequipa, el de San Carlos y San Marcelo de Trujillo, el de San Antonio de Abad del Cuzco, el de San Cristóbal de Ayacucho, el de Jesús María de Chachapoyas (fundado en 1845) y el de San Ambrosio de Puno (fundado en 1866).

Elección como Arzobispo de Lima

Tras fallecer el arzobispo Goyeneche el 19 de febrero de 1872, el presidente José Balta, con la aprobación del Consejo de Ministros, elevó preces al romano pontífice a fin de que se otorgase el arzobispado de Lima a monseñor Manuel Teodoro del Valle (30 de marzo de 1872). El representante peruano ante la Santa Sede puso las cartas de presentación en manos de S.S. Pío IX, quien preconizó arzobispo a Del Valle el 4 de junio de ese año.

Pero al producirse el cambio del poder político del Perú y asumir la presidencia Manuel Pardo, algunos elementos liberales (por ende, anticlericales) de su gobierno protestaron por dicha designación y alegaron que el gobierno de Balta no había respetado los trámites usuales al proponer ante el Papa como arzobispo a Del Valle. Sucedía que una ley dada el 14 de octubre de 1864 había dispuesto que el poder ejecutivo debía proponer una terna doble de obispos al poder legislativo, para que este eligiese por mayoría de votos al obispo indicado para ser presentado ante la Santa Sede. En el caso de monseñor Del Valle, su designación como arzobispo de Lima se había hecho sin acuerdo del Congreso (que en esos momentos se hallaba en receso). Debido a ello, el Congreso decidió anular el nombramiento de Del Valle. El poder ejecutivo apoyó esta decisión y las preces fueron retiradas. El ministro peruano ante la Santa Sede, el liberal Pedro Gálvez Egúsquiza, hizo los trámites para que la Santa Sede anulara el nombramiento, lo cual era un asunto complicado pues una anulación de ese tipo solo podía darse por muy graves causas, que la Sede Apostólica no veía en este caso específico.

El asunto se resolvió cuando el mismo monseñor Del Valle, demostrando gran desprendimiento, renunció al arzobispado, facilitando así a la Santa Sede el nombramiento de otro arzobispo. El papa Pío IX supo apreciar dicho gesto y en recompensa nombró a Del Valle Arzobispo Titular de Berito o Beirut (19 de noviembre de 1872), así como administrador apostólico de Huánuco.

Pese a que no tomó posesión de la arquidiócesis limeña, se considera que el Arzobispado de Manuel Teodoro del Valle fue de agosto a noviembre de 1872.

Sus últimos años

A monseñor Del Valle se le recuerda también por su intervención a favor del reingreso de la orden jesuita en el Perú, luego de un siglo de la expulsión del año 1767, retorno que provocó no pocas controversias en el país. Como ya mencionamos anteriormente, puso a cargo de los jesuitas el seminario que fundara en Huánuco (1871). En 1878 se abrió en Lima el Colegio de la Inmaculada a cargo de sacerdotes jesuitas, que sería clausurado por decisión del gobierno en 1886, aunque reabrió en 1888 y aún existe.

Durante la guerra del Pacífico actuó como consejero del general Andrés Avelino Cáceres durante la campaña de la Breña. Un delegado suyo entregó un mensaje a los combatientes peruanos apurando el inicio del combate de Concepción, en el valle de Jauja (9 y 10 de julio de 1882). El coronel chileno Pedro Lagos le impuso un cupo de 20 000 pesos, que pagó mediante un giro contra un banco en Lima, pero inmediatamente envió a la capital a un emisario para anularlo. Por tal desaire, los chilenos lo apresaron en el Convento de Santa Rosa de Ocopa y lo trasladaron a Lima. Pese al fin de la guerra y de la ocupación chilena, no pudo ya retornar a Huánuco pues enfermó y falleció.

En su testamento donó dinero con la que se construyó la primera casa de los padres salesianos en el Perú en el Callao. Fue propietario de un cáliz de Santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima. Su fortuna la obtuvo de la herencia proveniente de su pariente política Ventura Ugarte, a su vez heredera de la fortuna de Teresa de Apoalaya, la muy poderosa "Catalina Huanca".

Bibliografía

  • Basadre, Jorge: Historia de la República del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición, corregida y aumentada. Tomo 6, págs. 1515 - 1518 - 1519. Editada por el Diario "La República" de Lima y la Universidad "Ricardo Palma". Impreso en Santiago de Chile, 1998.
  • Bravo Guzmán, Adolfo: El Arzobispo de Berito, Lima, 1949.
  • Nieto, Armando: Historia del Colegio de la Inmaculada, Lima, 1978
  • Fernández García, Enrique: Perú Cristiano, PUCP, Fondo Editorial, 2000.
  • Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 17. VAC/ZUZ. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-166-9
  • Vargas Ugarte, Rubén: Historia General del Perú. Noveno Tomo. "La República (1844-1879)". Segunda Edición. Editor Carlos Milla Batres. Lima, Perú, 1984.


Predecesor:
José Sebastián de Goyeneche
Arzobispo de Lima
Arzobispo
(No tomó posesión de su silla)

1872
Sucesor:
Francisco Orueta y Castrillón
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