Neuromito del hemisferio cerebral dominante

Un neuromito es un término utilizado para dar cuenta de aquellas ideas no científicas sobre el cerebro prevalentes en la cultura médica. Este neuromito en particular afirma: «Algunas personas usan más el hemisferio derecho y otras usan más el hemisferio cerebral izquierdo.»[1]  [2]

Porqué se trata de un neuromito

La creencia de que algunas personas usan más un hemisferio cerebral –derecho o izquierdo- que el otro, no tiene ninguna base científica. Esto es un mito, ya que todas las personas utilizamos ambos hemisferios por igual y, de hecho, los hemisferios no están aislados sino están conectados por una ancha banda de axones.[3]

Es un neuromito pensar que los individuos pueden ser categorizados como cerebro izquierdo o cerebro derecho en términos de su personalidad y su forma de procesar la información. Los hemisferios se conectan entre sí y funcionan siempre como un todo unificado.[4]

En neurociencia educativa y en neuroeducación, los neuromitos son afirmaciones incorrectas sobre cómo el cerebro está implicado en los procesos de aprendizaje. La idea de que algunos alumnos usan más un hemisferio del cerebro que otro, hace que de esto pueden desprenderse implicancias prácticas en términos de intervenciones pedagógicas que fomenten el aprendizaje, todas ellas equivocadas.[5]

La lateralización cerebral no implica que los seres humanos tengan un tipo de pensamiento y comportamiento según el hemisferio que predomine. Es cierto que existen ciertas tareas que requieren de una mayor implicación de un hemisferio cerebral, como el reconocimiento de rostros o la producción del lenguaje hablado, pero no existe ninguna tarea que requiera de la actividad de un solo hemisferio por lo que esta división propuesta de la lateralización hemisférica cerebral es muy simplista, al pensar al cerebro con dos sistemas conscientes, cuando está organizado en múltiples subsistemas mentales dinámicos e interactivos.[6]

Aunque las imágenes cerebrales delinean áreas de activación superior o inferior, en respuesta a tareas particulares, el pensamiento implica interconectividad coordinada de ambos hemisferios cerebrales y no existe un pensamiento separado del cerebro izquierdo o derecho. Incluso muchas personas muestran actividad cerebral en las imágenes de ambos hemisferios para procesar el lenguaje.[7]

Todo nuestro pensamiento requiere niveles más altos de actividad interhemisférica y otras actividades conexas.[8]

Variantes

Una variable del neuromito anterior es que los varones usan más el hemisferio izquierdo, del pensamiento lógico y racional, lo que los haría ser mejores en matemática y tener mayor habilidad espacial, mientras que las mujeres usarían más el hemisferio derecho, supuestamente asociado a las emociones y a la creatividad.[9]  [10]

Según este mito, las mujeres, con el hemisferio cerebral derecho más activo, tendrían más capacidad de reacción emocional.[11]
Las mujeres por su hemisferio predominante, compartirían más detalles en su comunicación, a diferencia del hombre que comunicaría todo de una manera directa y concreta por el solo hecho de utilizar más su hemisferio izquierdo. El origen de este mito proviene de los estudios de Brocca, y Wernike que describrieron que las lesiones del lóbulo temporal del hemisferio cerebral izquierdo del cerebro bloqueaban el lenguaje, esto llevó a pensar que las distintas funciones están alojadas en las diferentes partes del cerebro. Interpretar las asimetrías funcionales de los dos hemisferios, como estilos de pensamiento diferentes, podría ser una simplificación por extrapolación.[11]

La noción de diferentes estilos de pensamiento hemisférico se basa en una premisa errónea: cada hemisferio cerebral estaría especializado y debería funcionar independientemente con un estilo de pensamiento diferente. Sin embargo, no existe evidencia científica apoye la idea de que existan diferentes estilos de pensamiento dentro de cada hemisferio. Equiparar la localización del lenguaje y el propuesto procesamiento en serie de estímulos en el hemisferio izquierdo a un estilo de pensamiento racional, analítico y lógico, no tiene sustento excepto en las ideas preconcebidas del médico.[11]

La reducción de los dos lados del cerebro a meros asientos de ciertas habilidades o cualidades y la aplicación de esto a la diferencia de géneros se basa en prejuicios y simplificaciones excesivas. Las pruebas con escáneres que pueden identificar la actividad cerebral demuestran que los dos hemisferios trabajan de manera complementaria en todos los seres humanos.[3]

No hay ninguna evidencia científica que pueda sostener la teoría de que los varones utilizan más un hemisferio y las mujeres el otro.[12]

No solo ambos hemisferios están unficados y funcionalmente integrados, sino que la mayoría de las redes en el cerebro incluyen áreas de ambos hemisferios y no podrían funcionar uno sin el otro. Por ejemplo, los sonidos del lenguaje se procesan en el hemisferio dominante y los sonidos tonales o musicales en el hemisferio no dominante, pero ambos hemisferios obtienen información de ambos oídos y de ambas regiones auditivas primarias. Si no fuera así, la gente perdería su capacidad de oír de un lado después de un ACV.[4][2]

Véase también

Referencias

  1. «5 Common Myths about the Brain». Scientific American. Special Editions 23 (5s): 73. 2015.
  2. «'Right Brain' or 'Left Brain' - Myth Or Reality?». rense.com. Consultado el 27 de julio de 2019.
  3. Sohr, Olivia (25 de diciembre de 2012). «El mito de los dos hemisferios del cerebro .». Chequeado. Consultado el 24 de julio de 2019.
  4. «More Left Brain / Right Brain Nonsense». NeuroLogica. 10 de enero de 2012. Consultado el 24 de julio de 2019.
  5. «Neuromitos en educación». www.plataformaeditorial.com. Consultado el 15 de mayo de 2019.
  6. Gazzaniga, M. S. (2012). ¿Quién manda aquí? El libre albedrío y la ciencia del cerebro. Barcelona: Paidós
  7. «Algunas personas utilizan los dos hemisferios cerebrales para procesar el lenguaje - Noticias médicas - IntraMed». www.intramed.net. Consultado el 27 de julio de 2019.
  8. Geake, John (1 de junio de 2008). «Neuromythologies in education». Educational Research 50 (2): 123-133. ISSN 0013-1881. doi:10.1080/00131880802082518. Consultado el 26 de julio de 2019.
  9. Pérez Oliva M. (21 de marzo de 2006). El País, ed. «Cerebro de hombre, cerebro de mujer». ISSN 1134-6582. Consultado el 24 de julio de 2019.
  10. Bär N. (20 de agosto de 2013). «La batalla de los sexos: el mito de las diferencias entre los cerebros». En La Nación, ed. www.lanacion.com.ar. Consultado el 24 de julio de 2019.
  11. «Neuromyth 6 - OECD». www.oecd.org. Consultado el 27 de julio de 2019.
  12. Wager, Tor D.; Phan, K. Luan; Liberzon, Israel; Taylor, Stephan F. (2003-7). «Valence, gender, and lateralization of functional brain anatomy in emotion: a meta-analysis of findings from neuroimaging». NeuroImage 19 (3): 513-531. ISSN 1053-8119. PMID 12880784. Consultado el 27 de julio de 2019.
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