Oliver Wendell Holmes (jurista)

Oliver Wendell Holmes Jr.[nota 1] (8 de marzo de 1841 - 6 de marzo de 1935) fue un jurista estadounidense, juez asociado de la Corte Suprema de los Estados Unidos entre 1902 y 1932 y presidente interino del alto tribunal entre enero y febrero de 1930.

Oliver Wendell Holmes

Oliver Wendell Holmes en años 1930


Juez asociado de la Corte Suprema de los Estados Unidos
4 de diciembre de 1902-12 de enero de 1932[1]
Nominado por Theodore Roosevelt
Predecesor Horace Gray
Sucesor Benjamin Cardozo

Información personal
Nombre en inglés Oliver Wendell Holmes, Jr.
Nacimiento 8 de marzo de 1841
Boston (Estados Unidos)
Fallecimiento 6 de marzo de 1935 (93 años)
Washington D. C. (Estados Unidos)
Causa de muerte Neumonía
Sepultura Cementerio Nacional de Arlington
Residencia Londres y Mattapoisett
Nacionalidad Estadounidense
Lengua materna Inglés
Familia
Padres Oliver Wendell Holmes
Amelia Lee Jackson
Cónyuge Fanny Bowditch Dixwell Holmes (1872-1929)
Hijos 1
Educación
Educado en
Información profesional
Ocupación Jurista, juez, abogado, profesor universitario, político y filósofo
Años activo desde 1861
Empleador Universidad de Harvard
Conflictos Guerra de Secesión
Partido político Partido Republicano
Miembro de
Firma

Reconocido por su larga carrera, concisas y precisas opiniones, y el respeto profesado por el legislador a sus decisiones jurídicas, es uno de los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos más reconocido y citado en la historia, particularmente por su argumentación en la sentencia dictada por unanimidad en el caso Schenck contra Estados Unidos de 1919.[nota 2] Honrado como uno de los jueces más influyentes e importantes en el derecho anglosajón en Estados Unidos y también en Reino Unido, Holmes se retiró a la edad de 90 años, convirtiéndose en el juez más longevo de la Corte Suprema en toda su historia. Previamente también fue juez asociado y juez presidente de la Corte Suprema Judicial de Massachusetts, además de profesor asociado en la que había sido su alma mater, la facultad de Derecho de Harvard.

Profundamente influido por sus experiencias bélicas en la guerra civil estadounidense, Holmes ayudó a desplazar el pensamiento legal estadounidense hacia el «realismo jurídico», como él mismo resumía en su máxima «la vida de la ley no ha sido lógica, ha sido experiencia».[3] Holmes se opuso a la doctrina del derecho natural y abrazó una forma de escepticismo moral, provocando un cambio de paradigma en la jurisprudencia estadounidense. En una de sus más célebres opiniones concibió, en su voto particular del caso Abrams contra Estados Unidos de 1919, a la Constitución estadounidense «como un experimento, ya que toda la vida es un experimento», y esgrimió que como consecuencia lógica «deberíamos estar eternamente atentos a los intentos de verificar la expresión de opiniones que detestamos y creemos que están repletas de muerte».[4][nota 3] Nombrado juez de la Corte Suprema por el presidente Theodore Roosevelt, durante su mandato promovió y apoyó los esfuerzos para regular la economía y abogó por una amplia libertad de expresión al amparo de la Primera Enmienda; estas posiciones, su personalidad distintiva, así como su particular estilo literario, lo convirtieron en una figura popular, especialmente entre los «progresistas» estadounidenses.[5] Su jurisprudencia tuvo una notablemente influencia en el pensamiento jurídico estadounidense posterior, incluido el consenso judicial que permitió el nuevo derecho regulatorio surgido de las políticas del New Deal, además de en las escuelas pragmáticas, del análisis económico del Derecho y en los estudios jurídicos críticos. Señalado como uno de los pocos jueces eruditos en su campo, el Journal of Legal Studies lo identificó «como el tercer jurista estadounidense más citado del siglo XX».[6]

Véase también

Notas

  1. También conocido como The Great Dissenter, «El Gran Disidente».
  2. En este célebre caso judicial, Holmes defendió en su ponencia, apoyada de forma unánime por el resto del tribunal, que la única excepción válida en que la libertad de expresión, prensa o reunión podían ser limitadas era cuando estas supusiesen un «peligro claro y presente» (clear and present danger);[2] esta expresión daría nombre a la doctrina adoptada por la Corte Suprema de Estados Unidos sobre la interpretación de la Primera Enmienda a la Constitución hasta el caso Brandenburg contra Ohio de 1969.
  3. En este caso una mayoría del tribunal dictaminó que no se habían violado los derechos emanados de la Primera Enmienda de unos activistas políticos condenados por repartir folletos donde denunciaban el envío de tropas y fabricación de material bélico para impedir la revolución rusa de 1917. Aunque el tribunal se amparó en la doctrina del «peligro claro y presente» de Holmes, este se opuso a la sentencia y al uso de sus escritos. Holmes argumentó, junto al juez Louis Brandeis, que los escritos de los condenados no representaban peligro alguno ni habían interferido en el esfuerzo de guerra contra Alemania, sino que las draconianas sentencias demostraban que más que condenarles por sus escritos se los estaba condenando por sus creencias políticas.

Referencias

  1. «Oliver Wendell Holmes». Archivado en Internet Archive (en inglés). Federal Judicial Center. 2004. Archivado desde el original el 14 de mayo de 2009. Consultado el 22 de noviembre de 2019.
  2. Fuller, 2000.
  3. Holmes, Oliver Wendell (1881). The Common Law (en inglés). Boston: Little, Brown and Company. Consultado el 22 de noviembre de 2019.
  4. Abrams v. United States, 250 U.S. 616, 630 (1919).
  5. Menand, Louis (1997). Pragmatism: A Reader (en inglés). Nueva York: Vintage Books. p. 29.
  6. Shapiro, Fred R. (2000). «The Most‐Cited Legal Scholars». The Journal of Legal Studies (en inglés) 29 (S1): 409-426. ISSN 0047-2530. doi:10.1086/468080. Consultado el 22 de noviembre de 2019.

Enlaces externos

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