Oriol Mitjà Villar

Entre 2010-2020 trabajó en la isla de Lihir, en Papúa Nueva Guinea en una línea de investigación para el desarrollo de nuevas estrategias para el diagnóstico y tratamiento de la infección del pian. La observación del gran número de niños afectados por la enfermedad del pian, que llegaba al 30 % de los menores de quince años de aquella comunidad, lo impulsó a investigar para encontrar un remedio más barato, asequible y fácil de administrar que el seguido hasta ese momento que estaba basado en inyecciones de penicilina, difíciles de administrar en un contexto de poblaciones remotas y sin red médica básica. Demostró que basta con una dosis oral de una pastilla de azitromicina, un antibiótico de uso común, para curarla.[7] Este hallazgo científico se publicó en la revista The Lancet, el año 2012, como parte de un estudio sobre la eficacia del tratamiento antimicrobiano oral contra la enfermedad de Pian.[8]

La Organización Mundial de la Salud reconoció la importancia del descubrimiento y, en marzo de 2012, lo nombró asesor de la organización en materia de enfermedades tropicales olvidadas, con el encargo de elaborar las nuevas recomendaciones de la OMS para el tratamiento del pian, siguiendo una nueva estrategia que tiene como objetivo la total erradicación de la enfermedad en 2020.[9]

Según Mitjà, el pian —que tiene unas consecuencias similares a la lepra— forma parte de las enfermedades de la pobreza porque afecta a grupos de población con pocos recursos que nunca mejorarán porque las consecuencias de la misma enfermedad limitan las capacidades físicas del afectado y producen rechazo social. En palabras suyas "la enfermedad empieza donde acaban los caminos", puesto que prevalece en lugares remotos con poco acceso a la higiene y la sanidad.[10]

Desde 2020, en el Institut de Recerca Germans Trias i Pujol, Mitjà trabaja para trasladar su conocimiento sobre epidemiología a la identificación de soluciones clínicas para la pandemia de SARS-CoV-2. Está liderando investigaciones en el ámbito terapéutico, donde intenta readaptar terapias destinadas a otros usos para reducir el riesgo de contagio. En concreto, ha investigado si la administración de hidroxicloroquina a personas que han sido expuestas al coronavirus en hospitales, en residencias o en domicilio reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad. Esta estrategia se conoce técnicamente como profilaxis post-exposición.[11] Los resultados de este estudio se han publicado en la revista New England Journal of Medicine.[12] Además, coordina ensayos para evaluar la eficacia de un nuevo tratamiento basado en una inmunoglobulina anti-SARS-CoV-2,[13] y de un tratamiento basado en la transfusión de plasma convaleciente,[14] ambos destinados a proporcionar protección inmediata a personas expuestas al virus. Mitjà también investiga en el ámbito diagnóstico, donde está evaluando la eficacia de las pruebas rápidas de antígenos para facilitar el cribado masivo de la población, y en las áreas de transmisión e identificación de factores de riesgo.

Durante la pandemia se pronunció repetidamente a favor de la intensificación de la estrategia de prevención y contención del SARS-CoV-2 y solicitó el confinamiento total en España durante el mes de marzo de 2020.[15][16] Ha coordinado la redacción de un informe de expertos sobre el plan de desconfinamiento encargado por el Gobierno de Cataluña el abril de 2020, y ha asesorado al gobierno de Andorra para diseñar medidas adecuadas para contener la expansión del virus en su territorio.