Prospero Colonna

Prospero Colonna (Civita Lavinia, 1452- Milán, 30 de diciembre de 1523), algunas veces llamado Prosper Colonna, fue un condotiero italiano al servicio sucesivamente de Francia, los Estados Pontificios y España durante las Guerras Italianas. Se le considera, junto con su rival Bartolomeo d'Alviano, el mayor militar itálico de su generación.[1]

Prospero Colonna
Información personal
Nacimiento 1452
Civita Lavinia, Lacio
Fallecimiento 1523
Milán
Sepultura Fondi
Familia
Familia Familia Colonna
Pareja Isabel de Nápoles
Hijos Vespasiano Colonna
Información profesional
Ocupación Condottiero
Años activo 1484 - 1523
Lealtad Estados Pontificios
Rango militar General
Conflictos

Guerras Italianas

Título Grabado de Prospero Colonna
Escudo

Biografía

Miembro de la antigua familia noble de los Colonna, nació en Civita Lavinia, cerca de Velletri (Lacio) en 1452 y era primo de Fabrizio Colonna.

Su primera acción notable como líder militar tuvo lugar en 1484, cuando defendió el castillo familiar de Paliano contra un ataque de las familias rivales Orsini y Riario. Tras haber participado en algunas batallas más, Prospero, que se había unido al partido del cardenal Giuliano della Rovere, fue encerrado en el castillo de Sant'Angelo (Roma) por el papa Alejandro VI. Una vez liberado, fue encerrado de nuevo por su alianza con Carlos VIII de Francia durante su invasión de Italia. Al final, el rey de Francia resultó victorioso contra el papa y entró en Roma, seguido por Prospero y Fabrizio Colonna en 1495.

Durante el breve dominio francés sobre el Reino de Nápoles, Prospero obtuvo el Ducado de Trasetto, y el Condado de Forli. Sin embargo, cuando Carlos retornó tras los Alpes, Prospero ayudó al rey Fernando II de Nápoles a expulsar al virrey francés de sus tierras.

La situación cambió de nuevo con la nueva invasión francesa de Luis XII. Mientras el rey napolitano Federico I huía hacia la isla de Isquia, Fabrizio y Prospero intentaron defender el reino. Fueron derrotados y encerrados en el Castel Nuovo de Nápoles, a la vez que eran excomulgados por Alejandro VI, quien confiscó sus castillos en el Lacio. Con el tiempo fueron rescatados y ambos primos entraron al servicio de España de mano de Gonzalo Fernández de Córdoba, jefe del ejército español en Nápoles.[2]

Prospero Colonna tuvo un destacado papel en la victoria española de Ceriñola (1503), que abrió a los españoles las puertas de Nápoles, y aún comandó la caballería ligera en la batalla del Garellano. Tras la muerte de Alejandro VI también recuperó sus posesiones en el Lacio. Prospero añadió entonces Itri, Sperlonga, Ceccano y Sonnino a sus dominios, llegando a ser de nuevo un gran señor feudal en el sur de Italia. Se casó con Isabella Carafa quien le dio un heredero, Vespasiano.[3]

Mantuvo una rivalidad con Bartolomeo d'Alviano, hábil condottiero de la familia Orsini, por entonces también al servicio de España y favorito personal de Fernández de Córdoba. Debido a esto, Colonna se sumó a los oponentes políticos del Gran Capitán, consiguiendo mediante maledicencias que Fernando el Católico destituyera a Fernández tras la muerte en 1504 de la reina Isabel, su principal valedora.[4] Al año siguiente, tras el ataque injustificado de Alviano a las tierras de los Colonna, Prospero vio también a su rival expulsado de las huestes españolas.

Los Colonna continuaron al servicio de España, rechazando constante ofertas venecianas de liderar a los ejércitos contra la Liga de Cambrai, especialmente después de que Venecia contratase al propio Alviano. Su enconada enemistad con los Orsini le hizo faltar al encuentro conciliatorio entre éstos y los Colonna en 1511, tras lo que se retiró a Genazzano y no estuvo presente en la derrota española en Rávena. De vuelta al frente, asistió a Ramón de Cardona y Fernando de Ávalos en la victoria de La Motta, donde su viejo enemigo Alviano fue vencido.

En 1515, sin embargo, los franceses de Pierre Terrail de Bayard le sorprendieron con una infiltración por el inaccesible paso de Argentera y le capturaron en su propio cuartel. Se dice que, mientras era llevado prisionero a Francia, Colonna comentó jocosamente: "Francia es un país que siempre he querido visitar". Al año siguiente, después de que el propio rey Francisco I de Francia pagara la mitad de su rescate como gesto hacia un militar de su talla, Colonna fue liberado, pero el fin de la guerra ya estaba próximo y no pudo resarcirse de su captura.

La Guerra de los Cuatro Años devolvió a Colonna a la acción contra Francia, esta vez al servicio de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Reunido con Fernando de Ávalos y el representante papal Federico II Gonzaga, con los que tendría algún desacuerdo inicial, jugó a marchas y contramarchas contra el Vizconde de Lautrec y le derrotó contundentemente en la batalla de Bicoca, seguido por un éxito aún mayor en el sitio de Génova. Ante una nueva invasión francesa en 1523, defendió Milán en noviembre, obligando a Guillaume Gouffier de Bonnivet a retirarse a Abbiategrasso.

Sin embargo, su salud estaba decayendo y murió en diciembre. El emperador le había concedido Carpi por sus éxitos, pero no pudo ser investido.

Referencias

  1. Guicciardini, Storia d'Italia, IV, p. 212
  2. Hernán Pérez del Pulgar: Coronica llamada las dos conquistas del reino de Nápoles, incluida en las Crónicas del Gran Capitán, págs. 97-98.
  3. Libro d'oro della nobiltà mediterranea.
  4. Ignacio López de Ayala, Vida de Gonzalo Fernández de Aguilar y Córdoba, llamado el Gran Capitán

Enlaces externos

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