Urna funeraria
Una urna funeraria (también llamada ‘cineraria’, del latín «cinis, -eris», ceniza) es un vaso cerrado elaborado en cerámica, piedra, bronce, mármol, alabastro o vidrio, en el que los parientes de un difunto recogen sus cenizas después la cremación.[1][2]
Usada durante siglos para guardar las cenizas tras la cremación de un cadáver, sigue utilizándose por las empresas de pompas fúnebres. Otro recipiente que pudiera estar relacionado con estos usos, es el relicario, de menor tamaño y que no contiene más que una porción de los restos.[3]
Historia
Usada en civilizaciones que han practicado ritos funerarios de cremación, han generado recipientes clásicos específicos como los «pithoi» entre los minoicos (en principio para guardar cuerpos inhumados, no cenizas de cremación) y sus secuelas en Etruria y la Roma. Los romanos las llamaron ‘ollas’, vasijas que colocaban en la hornacina familiar (llamada «columbarium», literalmente «palomar»), o en un altar funerario. Solían estar decoradas con motivos relacionados con la mitología de cada cultura y su relación con la muerte y su trasmundo.
El descubrimiento de urnas enterradas en el Edad del Bronce en un campo de Norfolk, en 1658, llevó al inglés Thomas Browne a publicar una descripción, y a establecer un paralelismo con los ritos funerarios practicados en su época, en una obra titulada Hydriotaphia or Urn Burial (1658).
El Museo Etrusco Guarnacci de Volterra, en Toscana, contiene más de 600 urnas cinerarias etruscas esculpidas de toba, alabastro y terracota.
Véase también
Referencias
- Lajo Pérez, Rosina (1990). Léxico de arte. Madrid: Akal. p. 208. ISBN 978-84-460-0924-5.
- Fatás Cabeza, Guillermo; Borrás, Gonzalo (1993). Diccionario de Términos de Arte. Madrid: Anaya. p. 322. ISBN 84-7838-388-3.
- El Diccionario de la Real Academia Española tiene una definición para relicario.
Enlaces externos
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