Yafar al-Siqlabi
Yafar al-Siqlabi, también conocido como Yafar ibn Abd al-Rahman, (f. 971) fue el hayib del Califato de Córdoba entre los años 961 y 971, bajo el gobierno del califa al-Hakam II. Albergó una vivienda en Medina Azahara actualmente visitable y además participó en diversos proyectos constructivos como la ampliación de la Mezquita aljama de Córdoba en el siglo X.
El término «al-Siqlabi» hacía referencia a su condición como saqaliba, antiguo esclavo que se había convertido en liberto. Mientras que su denominación como «ibn Abd al-Rahman», indicaba a los esclavos que adquirían la denominación de «hijo del califa», en este caso de Abderramán III, con el que comenzó a ganar puestos en la corte omeya.[1]
Biografía
Yafar fue un esclavo eunuco que consiguió escalar posiciones sociales hasta conseguir ser jefe de las caballerizas (sahib al-jayl) y responsable de la fábrica de tejidos (dar al-tiraz) durante el gobierno del emir y posterior califa Abderramán III (912-961). Además, algunos epígrafes incluso lo señalan como responsable de algunas obras realizadas en la ciudad palatina de Medina Azahara, a unos ocho kilómetros de Córdoba, desde el año 956.[1]
Una vez fallecido Abderramán III, su primogénito al-Hakam II celebró la jura como nuevo soberano el 4 de octubre de 961 en el Alcázar andalusí de Córdoba y, un día más tarde, en Medina Azahara. En ambos eventos se encontraba Yafar al-Siqlabi y, una vez al-Hakam adquirió el trono califal el 15 de octubre, justo ese mismo día, nombró a Yafar al-Siqlabi como hayib. Este le correspondió regalando al recién coronado califa cien esclavos militares francos que había comprado él mismo; a partir de entonces van a ser conocidos como los «yafaríes» y tendrán una presencia destacada en los desfiles militares. Asimismo, al-Hakam fue quien realizó una de las ampliaciones más bellas de la Mezquita aljama de Córdoba, adjudicándole algunos de los trabajos a Yafar. Estos hechos son conocidos debido a que el nombre del eunuco aparece inscrito en el mismo mihrab hasta en cuatro ocasiones.[1]
Mandó el imán, al-Muntansir bi-llah, siervo de Dios, al-Hakam, Príncipe de los Creyentes a su liberto y hayib, Yafar ibn Abd al-Rahman, Dios se apiade de él, la erección de esta construcción.
Esta insistencia es algo casi extravagante y es un halago al eunuco, a pesar de que había fallecido hacía poco, en el año 971, tal y como afirma la inscripción «Dios se apiade de él». Tras su fallecimiento, al-Hakam II no volvió a nombrar hayib, si no que únicamente nombró a distintos visires de menor rango.[1]
Casa de Yafar en Medina Azahara
Una vez Yafar al-Siqlabi adquirió el cargo de hayib, se realizaron una serie de remodelaciones en Medina Azahara para que pudiera albergar su vivienda cerca del califa al-Hakam II. Actualmente su residencia se trata de una de las zonas mejor conservadas de todo el yacimiento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2018, gracias a serie de restauraciones que se llevaron a cabo en 2003 y cuyo trabajo recibió el Premio Europa Nostra.[2]
Referencias
- Manzano Moreno, Eduardo (2019). La corte del califa: Cuatro años en la Córdoba de los omeya.
- «La Casa de Yafar vuelve a brillar tras su restauración en Medina Azahara». Diario Córdoba. 15 de febrero de 2003. Consultado el 30 de septiembre de 2021.