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Definición Volver al comienzo
Es una pausa involuntaria en la respiración, algunas veces acompañada de pérdida del conocimiento, que generalmente ocurre en respuesta a una situación de enfado o de sorpresa.
Causas, incidencia y factores de riesgo Volver al comienzo
La contención de la respiración se ve en algunos niños normales a los dos meses de vida, pero puede empezar incluso hasta los dos años de edad. Los episodios o crisis graves se pueden observar en un 4 a 5% de los niños y la mayoría de los casos han cesado para el momento en que el niño tiene una edad de 6 a 8.
Los espasmos del llanto parecen ser una respuesta refleja al miedo, a una situación de confrontación, a un evento traumático (dolor, por ejemplo) o al hecho de ser asustado. La reacción súbita puede hacer que el sistema nervioso disminuya la frecuencia cardíaca o la respiración temporalmente, causando la contención de la respiración y los cambios de color.
Los espasmos del llanto se pueden dar en familias, de manera que si los padres del niño tuvieron episodios similares en la infancia, el niño tiene mayor probabilidad de sufrirlos. También se pueden presentar con trastornos genéticos, como el síndrome de Riley-Day y el síndrome de Rett. Los niños con anemia ferropénica también pueden tener aumento de los episodios de contención de la respiración.
Síntomas Volver al comienzo
Después de asustarse o enfadarse, el niño puede quedar sin aliento durante un momento, luego exhalar y dejar de respirar. Luego, rápidamente se torna azul (cianótico) y puede tener muchos movimientos espasmódicos parecidos a una convulsión leve.
El episodio termina con un período breve de pérdida del conocimiento, en el cual se recupera la respiración normal. El color del niño mejora con la primera respiración y el episodio termina. El niño puede repetir este comportamiento varias veces al día o hacerlo sólo en raras ocasiones.
La contención de la respiración puede ser una experiencia alarmante para los padres, quienes pueden pensar que se trata de una convulsión o incluso un paro cardíaco. Después de que el médico le haya diagnosticado al niño los espasmos del llanto, los padres pueden simplemente esperar a que el episodio termine de manera natural.
Signos y exámenes Volver al comienzo
El médico elaborará la historia clínica y llevará a cabo un examen físico completo para descartar una causa física de esta afección. Se puede llevar a cabo un examen de sangre, debido a una asociación conocida con una deficiencia de hierro.
Algunas veces, a los pacientes se les realiza un examen cardíaco (como un ECG ) para garantizar que el corazón no esté comprometido en los episodios. En ocasiones, se puede hacer un EEG, en especial cuando es difícil diferenciar los movimientos similares a una convulsión del espasmo del llanto de los de una convulsión real.
Tratamiento Volver al comienzo
Generalmente, no es necesario ningún tratamiento. Los niños afectados con los espasmos del llanto no presentan epilepsia ni daño cerebral.
El hecho de evitar situaciones que provoquen rabietas puede ayudar a reducir el número de crisis que el niño experimente. Asimismo, colocar una tela fría en la frente del niño durante la crisis puede acortar el episodio.
Si el niño padece anemia ferropénica, se debe empezar el tratamiento con reemplazo de hierro.
Cuando se presente una crisis, es bueno asegurarse de que el niño esté en un lugar seguro donde no se vaya a herir durante una caída o una convulsión breve. Después de la crisis, hay que tratar de calmarse y evitar prestarle demasiada atención al niño, debido a que esto puede reforzar los comportamientos que llevan a los espasmos del llanto.
Expectativas (pronóstico) Volver al comienzo
Los niños afectados superan estos espasmos del llanto con el tiempo hacia la edad de 4 a 8.
Complicaciones Volver al comienzo
El mayor riesgo es una lesión, especialmente un traumatismo craneal, debido a una caída durante un episodio o crisis.
Situaciones que requieren asistencia médica Volver al comienzo
La persona debe consultar con el médico si su hijo exhibe comportamientos de contención de la respiración o espasmos del llanto, en especial si este comportamiento es nuevo para él o si el niño hace esto con frecuencia.
Si el niño deja de respirar o tiene convulsiones por más de un minuto, se debe llamar al 911 (en los Estados Unidos) o al número local de emergencias para solicitar ayuda inmediata.
Prevención Volver al comienzo
No se dispone de medidas preventivas específicas. Si los padres saben que su hijo es propenso a los espasmos del llanto, podrían tratar de distraerlo antes de que el comportamiento alcance el punto que clásicamente provoca un episodio o crisis.
Actualizado: 1/7/2009 Versión en inglés revisada por: Neil K. Kaneshiro, MD, MHA, Clinical Assistant Professor of Pediatrics, University of Washington School of Medicine. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc. Previously reviewed by Rachel A. Lewis, MD, F.A.A.P., Columbia University Pediatric Faculty Practice, New York, NY. Review provided by VeriMed Healthcare Network (11/12/2007).